El Siglo XVIII fue particularmente difícil para los jesuitas, sobre todo la segunda mitad: en 1759 fueron expulsados del reino de Portugal, cinco años después la Compañía de Jesús fue disuelta en Francia, y en 1767 el rey de España, Carlos III, decretó el extrañamiento de los jesuitas de todos sus dominios. Los expulsos terminaron exiliados en los Estados Pontificios. Lo peor llegó en 1773, cuando el papa Clemente XIV disolvió en su totalidad a la Compañía de Jesús. No fue sino hasta 1814 que el papa Pío VII, mediante la bula Sollicitudo omnium ecclesiarum, restauró universalmente a la Compañía. Un año después, en 1815, la Orden fue restablecida, en el reino de España por Fernando VII. Como parte de los festejos por el Bicentenario de la Restauración, hace unos días fue inaugurada en el Museo del Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, Estado de México, la exposición La construcción del México mestizo: los jesuitas, expulsión y restauración, que tiene por objetivo reflexionar sobre la importancia de la Compañía en la formación de la identidad mexicana.
Para integrar la exposición se contó con la participación de tres curadores del ITESO: Arturo Reynoso, SJ, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades de la universidad y que, además, preside en México la Comisión para la Conmemoración del Bicentenario de la Restauración; Alfonso Alfaro, académico de esta Casa de estudios, de El Colegio de México y director del Instituto de Investigaciones de Artes de México, y Gutierre Aceves, coordinador de la Casa ITESO Clavigero.
El equipo curatorial, que se complementó con Verónica Zaragoza, del Museo Nacional del Virreinato, se dio a la tarea de ofrecer una muestra que recopila piezas procedentes de los acervos del Archivo Histórico de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús (AHPMSJ), la Casa ITESO Clavigero, la Biblioteca Pública Juan José Arreola del Estado de Jalisco, la Biblioteca Eusebio F. Kino de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, así como del Museo Nacional de Historia, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, el Museo Nacional del Virreinato y colecciones particulares.
Dividida en seis grandes temas –»La grandeza del mundo indígena», «Proyectos útiles para adelantar el comercio en la Nueva España», «Detractores de América», «Las humanidades: las letras, las artes, la naturaleza, la sociedad», «Un horizonte de universalidad» y «Exilio, supresión y restablecimiento de los jesuitas mexicanos»–, la exposición recopila artículos personales de Francisco Xavier Clavigero, pinturas del padre Carrasco y diversos documentos, entre los que destacan el manuscrito autógrafo Historia antigua de México, así como Il Pater noster, l’ave maria e il Credo in più di 30 lingue dell’America meridionale, ambos de Clavigero, así como la obra de Gonzalo Carrasco, titulada La conquista espiritual del Paraguay a través de la música. En total, son 80 piezas que recuperan el legado de los jesuitas durante la Colonia.
La apertura de la exposición contó con la presencia del padre Adolfo Nicolás, SJ, Superior general de la Compañía de Jesús, y de Francisco Magaña, SJ, provincial de los jesuitas en México.
Durante la inauguración, Adolfo Nicolás señaló que luego de la Restauración de los jesuitas «regresó a México un puñado de ancianos que habían pasado cuatro décadas en el exilio, y este es el momento propicio para evocar sus figuras y un legado de amor y fidelidad a la iglesia y a su patria. Esta exposición muestra cómo los jesuitas realmente estaban muy metidos en la cultura, en las discusiones con Europa, luchando contra los prejuicios».
Además de enmarcarse en los festejos por el Bicentenario de la Restauración de la Compañía de Jesús en México, la exposición La construcción del México mestizo: los jesuitas, expulsión y restauración también tiene por objetivo celebrar el 75 aniversario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y los 50 años del Museo Nacional del Virreinato. La muestra estará en exhibición hasta el 17 de agosto de este año. El museo se encuentra en Plaza Hidalgo 99, barrio San Martín, en Tepotzotlán, Estado de México. Foto Luis Ponciano