Presentan resultados de la investigación ¿Qué hacemos desde la universidad para transformar al mundo? Experiencias de promoción del compromiso social desde la docencia universitaria.
¿Cómo entiende el profesorado de las universidades jesuitas el compromiso social? ¿cómo lo transiten en sus prácticas docentes? Son las preguntas que guiaron una investigación en las universidades iberoamericanas de la Ciudad de México, León, Puebla, Tijuana, Torreón y en el ITESO.
En el estudio “¿Qué hacemos desde la universidad para transformar al mundo? Experiencias de promoción del compromiso social desde la docencia universitaria” participaron Susana Cuevas (Ibero León); Eduardo Arias (ITESO); Juan Carlos Silas (ITESO); Laura Bárcenas Pozos (Ibero Puebla); Hilda Patiño (Ciudad de México); Eiko Galvaldón (Torreón); y Rosario León (Tijuana). Todos estuvieron en el ITESO el jueves 28 de noviembre para presentarla a la comunidad universitaria.
La investigación se dividió en dos partes, primero una parte cuantitativa con encuestas a los profesores de todos los campus y luego la parte cualitativa con entrevistas a profundidad para comprender qué hacen para promover el compromiso social.
De las 2 mil 329 encuestas válidas los investigadores concluyeron que el perfil del profesorado de las universidades jesuitas es “bastante homogéneo en cuanto a sus valores, indistintamente del plantel, del área disciplinar de su profesión o del departamento o centro en el que imparten clases”.
Encontraron que la búsqueda del bienestar social predomina sobre la búsqueda del éxito personal entre los profesores y profesoras de las seis universidades.
Las entrevistas a profundidad abarcaron los antecedentes en la docencia de las y los profesores, qué experiencias de formación implementan para fomentar el compromiso social y lo que entienden por este concepto. En este último punto encontraron que las formas más comunes de entender el compromiso social tienen que ver con normas y valores (es deber humano ayudar a los demás) y como toma de conciencia de condiciones injustas.
En las prácticas se encontraron dos tipos. La primera es discursiva, en la que el profesorado busca sensibilizar y mostrar otras realidades a estudiantes a través de reflexiones, debates, exposiciones, por ejemplo. A la segunda práctica la denominaron como “vicaria”, que engloba el aprendizaje situado, el contacto directo y la vivencia cercana; esta modalidad, a diferencia de la primera tiene un efecto más permanente.
“El factor emocional es fundamental en las prácticas educativas para fomentar el compromiso social, especialmente cuando se trata de romper esquemas o prejuicios y confrontar a los estudiantes con otras realidades” concluyeron.
Esta investigación tiene como antecedente el estudio “Los valores sociales y profesionales de los egresados de las universidades del Sistema Educativo Jesuita” que se hizo de 2011 a 2014 en donde se encontró una relación positiva entre experiencias significativas de formación y compromiso social.
Los profesores de la investigación presentada este noviembre anunciaron que lo que sigue es un estudio entre los estudiantes de las universidades.