A lo largo del camino para obtener libertad financiera, entender y aplicar este concepto puede serte muy útil para cumplir tus metas económicas

Por Rodrigo Cervantes Escalante

Como estudiantes universitarios, es importante reconocer la realidad económica que enfrentamos actualmente. Cada vez es más difícil sostener una familia con un solo ingreso mientras el costo de la vida sigue en aumento. El crecimiento económico constante hace que el incremento en los precios de los bienes y servicios pueda ser abrumador. En este contexto, es fundamental tener un buen manejo de nuestras finanzas personales para asegurar nuestro bienestar financiero a largo plazo.

El concepto de unas finanzas saludables es bastante simple: gasta menos de lo que ganas. Pero claro que hoy en día la presión por gastar de más es fuertísima. Las campañas publicitarias nos incitan a ahorrar con la finalidad de poder gastar todo lo ahorrado en unos tenis, una bolsa, una chamarra o incluso un evento. Cuando las personas recibimos un aumento de sueldo lo primero que pensamos es en comprar un coche nuevo, cambiar a una mejor vivienda o hacer algún cambio en nuestro estilo de vida como forma de recompensa por esa victoria. Pero lo realmente inteligente es pensar financieramente responsable y prepararnos para tener un mejor estilo de vida que si sea sustentable dentro de cinco o diez años. 

Como guardián de unas finanzas personales saludables hay dos frentes que se tienen que cuidar: lo que gastamos y lo que ingresamos. En esta ocasión escribiré sobre el frente del ingreso.

Hace muchos años, en Estados Unidos, los asesores financieros surgieron con una metodología para explicar los ingresos saludables durante el retiro. La Teoría del Taburete de Tres Patas. La teoría consiste en imaginar que tus finanzas están sentadas en un taburete (banquito) y las patas son las fuentes de ingreso que tienes. Es importante que el taburete tenga tres y que sean del mismo tamaño, de cualquier otra forma estaría inestable. En aquellos entonces las tres patas eran: la seguridad social, la pensión de la compañía para la que trabajas y los ahorros personales.

Hoy en día se puede rescatar el concepto del taburete para tener finanzas saludables, pero se tienen que hacer algunas modificaciones para adaptarlo a nuestros tiempos. Primero, porque nuestra generación ya no cuenta con seguro social, ahí de plano nos quitaron una pata. Segundo, porque ya no es común que trabajemos de 40 a 50 años en una misma empresa. Y tercero, porque hoy en día ahorrar no basta para que esa pata este fuerte, ahora tenemos que invertir.

Lo que si podemos hacer es actualizar las patas de nuestro taburete, que nos sirva no solamente en la etapa del retiro, sino para tener libertad financiera a lo largo de nuestras vidas. Por ejemplo, podemos tener una pata que sea, obviamente, sueldo. El sueldo es la fuente de ingreso que podemos recibir a cambio de esfuerzo y conocimientos y de donde será necesario alimentar a las otras dos, sobre todo ahora que estamos estudiando. La segunda pata puede ser rentas, ahorrar para poder comprar una propiedad y esta misma rentarla para estar generando un ingreso puede ser muy beneficioso para nuestras finanzas. Es difícil ahorrar para comprar una vivienda, pero en lugar de vivir al límite de nuestras posibilidades, podemos separar parte de nuestro sueldo a un ahorro que en unos años se transforme en una propiedad que sea fuente de ingreso. Para complementar el taburete están las inversiones. Hay muchos tipos de inversiones y estrategias que nos pueden estar generando dividendos o pagos recurrentes para tratar como un ingreso más. Para esto también es importante nutrir esta pata por medio de un sueldo.

Separar parte de nuestros sueldos, sobre todo los primeros ahora que somos universitarios, es difícil y las recompensas no serán inmediatas. La libertad financiera es un camino largo y para llegar ahí se necesita mucha disciplina, pero para una generación que tiene que pensar más que ninguna otra en ser autosustentable en el futuro es obligatorio intentarlo.

ILUSTRACIÓN: Khina Moreno