Expertos, académicos y alumnos convivieron en el XVI Simposio Internacional de Ingeniería Civil del ITESO con estas preguntas rondando cada taller, conferencia y panel de trabajo.

Puentes aderezados con una magnífica iluminación pensada no solo para hacerlos lucir, sino para garantizar la seguridad de los usuarios; nuevos materiales más resistentes, dúctiles y sustentables; las características que debe tener un edificio verde o el reto de generar políticas innovadoras para mejorar la movilidad urbana, entre otros temas, se conjugaron en la décimo sexta edición del Simposio Internacional de Ingeniería Civil del ITESO.

Hovenring

El espíritu del simposio se asentó desde el primer día, a través de los sendos discursos del Rector del ITESO, el jesuita José Morales, y Óscar Castro, jefe del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano, al que pertenece la carrera.

Los ingenieros, señaló Castro, deben preguntarse permanentemente cosas como: ¿Dónde habrán de construirse los hospitales, las viviendas, las escuelas o los puentes que contribuyan a reducir los fuertes desequilibrios entre el desarrollo urbano y el rural y la alarmante brecha entre ricos y pobres? ¿Cómo construir de manera que los impactos ambientales no pongan el riesgo los derechos de futuras generaciones? ¿Cómo revertir las políticas de infraestructura vial que en México y América Latina han privilegiado a “su majestad el automóvil”?

Recordó que en los próximos años habrá mucho trabajo para los ingenieros civiles, ya que el Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018 contempla invertir 7.7 billones de pesos a lo largo y ancho del país.

En este sentido, el Rector afirmó que parte de la misión del ITESO consiste en “ser una comunidad de personas en permanente crecimiento bajo la inspiración de la tradición educativa de la Compañía de Jesús, para así formar profesionales competentes, libres y comprometidos, dispuestos a poner su sed y su quehacer al servicio de la sociedad”.

Obras iluminadas e iluminadoras
A lo largo de los días que duró el simposio (del 18 al 21 de febrero, simposiumcivil.iteso.mx), expertos de Inglaterra, España, Estados Unidos, México o los Países Bajos, repartieron sus conocimientos, proyectos y experiencias en el campus.

El primero en hacerlo, la mañana del martes 18, fue el holandés Rob Kruizinga, quien expuso las soluciones conceptuales y técnicas alcanzadas en varios de los puentes y proyectos de iluminación que ha elaborado su empresa, ipv Delft (ipvdelft.nl).

 

Una de las obras más icónicas y celebradas alrededor del mundo que iluminaron Kruizinga y su equipo es el Hovenring (foto superior), un espectacular puente circular construido exclusivamente para ciclistas y peatones en la ciudad de Eindhoven.

La seguridad de los ciudadanos (el puente lo utilizan diariamente unas 5 mil personas) era la prioridad para las autoridades, así que la iluminación debía antes que nada circular en un espacio dotado de visibilidad en todos los sentidos.

Además, debajo de esta estructura que parece flotar y está sostenida por 24 cables unidos a una gran columna central, transitan al día unos 25 mil autos, que también disfrutan de una iluminación desde abajo, inteligente y de bajo consumo.

Rob

Creador de todo tipo de puentes por Europa –duraderos, de fácil mantenimiento, hechos con materiales reforzados y respetuosos con el medio ambiente– el despacho de Kruizinga tiene otro hito que presumir en materia de iluminación de espacios públicos: el Museo Mauritshuis en La Haya, el cual reabrió sus puertas en junio del año pasado, después de pasar dos años en remodelación.

Este edificio construido en el Siglo 17 es una de las más importantes pinacotecas europeas y resguarda diversas obras de los grandes maestros holandeses de la Edad de Oro, entre ellas “La joven de la perla”, de Vermeer o “Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp”, de Rembrandt.

Tanto para embellecer su fachada de día y de noche como para proteger dichas obras, había que iluminarlo de manera adecuada, sutil y multifacética. Proyectores dotados de unas pequeñas “máscaras” que lograban diversos efectos lumínicos resolvieron el trabajo –el holandés trajo una de estas al ITESO y la “roló” entre los asistentes–, asegurando que el Mauritshuis luzca por las noches como si lo bañara la luz de día. Texto Enrique González Fotos Luis Ponciano/ipvDelft