Una llamada entra al teléfono móvil. El número no está registrado, por lo que no se sabe quién está llamado. Al contestar, una voz da órdenes, amenaza, exige dinero. Las personas que reciben las llamadas entran en pánico, obedecen y, en muchos casos, depositan. Se trata de extorsiones telefónicas y secuestros virtuales, dos modalidades de delito que tienen en la comunidad estudiantil y sus familiares a sus víctimas más recurrentes.
“Lo primero que hay que hacer es no contestar llamadas de números desconocidos”, dice Raúl Castillo, director de la Oficina de Seguridad del ITESO, quien señala que entre la comunidad universitaria ya han atendido diferentes casos de extorsión telefónica y secuestros virtuales. En el primer caso, los delincuentes amenazan a quien recibe la llamada para exigirle dinero, identificándose como integrantes de grupos criminales; en la segunda, más elaborada, mientras en una llamada aíslan a una persona, por lo general jóvenes, en otra contactan a sus familiares para fingir un secuestro y exigir dinero.
En función de esta segunda modalidad, si ya se contestó el teléfono la recomendación es terminar la llamada al recibir las amenazas. “No hay que seguir instrucciones de quien llama, lo mejor es colgar inmediatamente. Si les prestas atención dos minutos te van a enganchar”, dice Castillo, quien advierte que no importa la edad ni qué tanto crea la persona que está preparada para reaccionar. “Si les das tiempo te van a convencer del peligro, porque se activa el instinto de protección, y ya no te van a soltar hasta que logren lo que quieren”.
El director de Seguridad del ITESO comparte que en 2024 tuvieron conocimiento de 19 casos de extorsiones telefónicas y secuestros virtuales. En lo que va de 2025 ya tienen tres registrados. Dice que es fundamental que quienes sufren estos delitos los reporten a las autoridades, de la Universidad pero, sobre todo, ante la Fiscalía de Jalisco. “Conocer los números desde donde llaman nos permite estar más preparados para atender futuros casos. Además, cada semana la Fiscalía reporta los números que denuncian las personas para que sean dados de baja por parte de las empresas de telefonía”. Castillo agrega que, de los casos sobre los que han tenido conocimiento, el 90 por ciento se hizo con llamadas que se realizaron desde el penal de Altamira, Tamaulipas, con chips telefónicos de Guadalajara.
Para Raúl Castillo, la comunicación es clave. Primero, entre las familias, para que generen estrategias que les permitan asegurarse rápidamente de que todos están bien en caso de alguna llamada de este tipo. Otra sugerencia es prestar atención para no dar información sensible, aunque eso le lleva a reiterar el consejo primordial: colgar inmediatamente a las llamadas. También es recomendable usar los filtros de seguridad de las aplicaciones de los dispositivos móviles y prestar atención cuando se navega desde móvil, para evitar la clonación de teléfonos y que los delincuentes tengan acceso a la información de las personas y sus contactos cercanos.
Raúl Castillo concluye insistiendo en la importancia de acudir con las autoridades, tanto de la Universidad como de la Fiscalía de Jalisco, para recibir orientación y reportar los números desde donde se están realizando las llamadas. En el caso del campus, hay que escribir a seguridad@iteso.mx o acudir con el personal del área para reportar el caso. Y para reportar en Fiscalía, hay que llamar al teléfono 33 3668 2368 o escribir al correo prevenciondeldelito.fe@jalisco.gob.mx.
¿Qué hacer?
Raúl Castillo dice que no hay que inventar el hilo negro de la prevención, por lo que sugiere seguir los consejos de la Fiscalía de Jalisco:
• Conservar la calma.
• No responder a números desconocidos.
• No proporcionar información.
• Evitar hacer negociaciones.
• No hacer depósitos de dinero.
• No seguir instrucciones.
• Colgar inmediatamente.
• Contactar lo más rápido posible a familiares y amigos de confianza.
También es recomendable:
• Crear un chat o grupo familiar.
• Mantener una comunicación constante.
• Evitar subir información personal a las redes sociales.
• Evitar publicar fotos de los lugares que se visitan.
• Evitar subir fotos y nombres de los familiares a redes sociales.
FOTO: Zyan André
