Miembros de la Maestría en Desarrollo Humano impartieron un taller de acompañamiento emocional a adolescentes, hijos e hijas de personal sanitario, que perdieron a sus padres durante la pandemia
En el último año y medio la atención a la salud mental se ha convertido en un tema de interés público debido a los estragos que ha traído la pandemia en sus medidas de confinamiento y dolorosas pérdidas humanas. En medio de todo esto, uno de los sectores menos visibilizado y atendido son las y los adolescentes que afrontan el distanciamiento de sus amigos, familia, escuela y algunos de ellos, la pérdida de sus padres.
De acuerdo a cifras publicadas por el Sindicato de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) hasta abril de 2021 la cifra de fallecimientos de trabajadores de la salud afiliados ascendía a mil personas, dejando a más de 500 huérfanos menores de 18 años. Niños, adolescentes y jóvenes que han sufrido una pérdida significativa en una edad crucial para su desarrollo.
A partir de un convenio firmado entre el Sindicato y el ITESO, profesores, alumnos y egresados de la Maestría en Desarrollo Humano diseñaron un taller de acompañamiento emocional para adolescentes entre los 12 y 18 años, hijos de personal sanitario fallecido por la covid-19
En días pasados concluyó la primera edición del taller virtual en la que participaron ocho facilitadores del ITESO acompañando a 17 jóvenes de ocho estados de la República. Para la segunda edición, los cuatro grupos están completos con 32 personas inscritas y 11 en lista de espera.
«El ITESO se distingue por atender necesidades de la sociedad en sus sectores más vulnerables y esta pandemia nos ha dado la oportunidad de cuidar de las personas, con mayor razón a estos jóvenes hijos e hijas del personal de salud que heroicamente ha estado al frente de la batalla», relató Martha Leticia Carretero, coordinadora de la maestría.
El taller ¿Qué pasa conmigo? tiene como propósito compartir experiencias en grupo, reconocer necesidades y generar recursos para el cuidado personal y de los otros. De acuerdo a la coordinadora, en algunos casos el duelo es solo una parte de escenarios familiares complejos en los que muchos jóvenes viven. «Algo fundamental es establecer vínculos de confianza y crear espacios para que los adolescentes puedan expresarse y descubran sus recursos para salir adelante», compartió.
Con la intención de integrar más a padres y tutores en el proceso de acompañamiento de los jóvenes se les ofreció el taller «Caminando juntos en la contingencia… pasos hacia el cuidado y la esperanza«— también diseñado por la maestría y en el que han participado más de 200 personas. «Nos parece importante atender también a los tutores y aunque no fue parte del convenio, está resultando en una propuesta más integral», señaló la coordinadora.
FOTO: Luis Ponciano