La puesta en escena que muestra pasajes de la vida y la obra de Teilhard de Chardin, SJ, se presentó en el ITESO en el Auditorio Pedro Arrupe.

“Si Dios no estuviera en todas las cosas, la naturaleza se quedaría muerta, sin actuar ni desear”, es la frase de un enfermero a un soldado herido, el camillero es el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, en la obra El Corazón de la Materia, que tuvo su primera función el jueves 8 de junio en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ.

En 16 escenas, un elenco de 16 actores entrelazó durante tres horas el pensamiento del controversial sacerdote con tramas actuales como la problemática social que en Michoacán desató el narcotráfico y la fiebre del oro verde –aguacate–  que, también, tuvo repercusiones ecológicas.

 

Las proyecciones de imágenes sobre una escenografía que se ajusta a cada situación llevan a la audiencia a un edificio dañado por la explosión de Chernóbil, el bosque en llamas de la sierra michoacana, el Museo Nacional de Historia Natural de Francia y en las excavaciones en China en las que Teilhard de Chardin participó en el descubrimiento del Hombre de Pekín.

Las escenas, que parecen correr por vías que se antojan paralelas, muestran el discurso de esperanza que encierra la obra de Teilhard de Chardin quien pudo conciliar la ciencia con la espiritualidad.

“En esta piedra se oculta el corazón de la materia”, dice el joven novicio Teilhard, interpretado por José María de Tavira, al explicar por qué entre sus pertenencias hay una roca en la escena en la que está por iniciar la segunda probación en la Compañía de Jesús.

La obra El Corazón de la Materia fue escrita por José Ramón Enríquez, José María de Tavira y Luis de Tavira, quien dirige la puesta en escena.