Cuatro estudiantes del ITESO y un escolar jesuita compartieron lo que significa vivir en un lugar lejos de sus comunidades de origen.

“A lo mejor no soy la persona más hospitalaria del mundo, pero voy poniendo mi granito de arena, y si todos hacemos eso poco a poco vamos formando una cultura y nos vamos haciendo más hospitalarios”.

Lisbeth Bonilla, Román Aldrete, Carla Sarabia, Melissa Cruz, Eddie Ngo y Nicole Dugas, participaron en el foro sobre hospitalidad en el ITESO

Lisbeth Bonilla, Román Aldrete, Carla Sarabia, Melissa Cruz, Eddie Ngo y Nicole Dugas, participaron en el foro sobre hospitalidad en el ITESO

Esta fue la invitación que hizo Melissa Cruz a los asistentes al foro de reflexión “Juventud, migración y hospitalidad”, realizado el miércoles 24 de septiembre en el ITESO.

Ella es estudiante de Derecho y de los tres a los 15 años vivió en Estados Unidos. Cuando regresó a México, notó mayor hostilidad en este país, al grado de considerar que aquí las personas suelen ser más cerradas entre grupos que ya se conocen desde la preparatoria o la secundaria.

Además de Melissa, Lisbeth Bonilla, Román Aldrete, Carla Sarabia y Eddie Ngo compartieron las experiencias y dificultades a las que se enfrentaron cuando decidieron estudiar en el ITESO.

Lisbeth llegó a la ciudad cuando tenía 17 años para estudiar Administración de Empresas. Aquí tuvo que adaptarse a los tiempos de traslado en la ciudad, a solo tener que hablar y escribir en español, a extrañar su casa, su familia y su lengua: el wixárika.

Con el tiempo se integró al colectivo Universidad Solidaria del Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles del ITESO, donde encontró un espacio para compartir sus dificultades y recibió el apoyo de otros estudiantes que, como ella, ya se habían enfrentado a todo lo que implica ser foráneo.

A pesar de que Román (Ingeniería en Alimentos) tuvo problemas para integrarse con sus compañeros, resaltó la importancia de tener la suficiente inteligencia emocional para reconocer de dónde vienes y no aparentar lo que no eres.

En el foro también participó Nicole Dugas, presidenta de la Unión de Sociedades de Alumnos del ITESO (USAI) quien enumeró algunas de las actividades que tienen destinadas a acompañar a los estudiantes que vienen de fuera, por ejemplo el programa Soy Foráneo o recorridos para conocer distintos barrios de la ciudad.

Trabajando con migrantes

Eddie (escolar jesuita) y Carla (Ciencias de la Educación) no solo narraron su experiencia como estudiantes foráneos, sino que también hablaron de su trabajo con migrantes que viajan de Centroamérica hacia Estados Unidos.

Carla trabajó en un albergue franciscano en el municipio de Tenosique, Tabasco, adonde los migrantes llegaban sin saber cuáles eran sus derechos, llenos de problemas y con hambre. Su labor era intentar que se sintieran un poco como en casa. “Hay que convivir y no discriminar a los demás”, sugirió Carla.

Por su parte Eddie, escolar jesuita en Texas, trabajó en la Iniciativa Kino para la Frontera, que ayuda a personas que han sido deportadas de Estados Unidos.

“Los migrantes están en una situación de desesperación, no querían dejar a su familia y aunque hay muchas historias muy tristes, también existe un sentido de esperanza”, rememoró Eddie, quien agregó que en algunas ocasiones consideró que su trabajo no era suficiente para ayudar a los migrantes, pero uno de sus compañeros, quien fue migrante y recibió ayuda de la organización, le respondió que su trabajo era muy importante, porque nunca había recibido un plato de comida con una sonrisa y eso es algo significativo.

El foro fue convocado por el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS), el Centro Universitario Ignaciano, el C-Juven y la coordinación de Intercambios de la Oficina de Relaciones Internacionales del ITESO. Revisa aquí la fotogalería que recoge varios momentos del Happening Migración en el ITESO.  Texto Mónica Jiménez Foto Luis Ponciano