Desde una visión desde las instituciones internacionales, se analizó la crisis de la independencia catalana en Café Internacional “Cataluña un desafío internacional”.

La trama de la búsqueda de independencia de Cataluña ha dividido a España donde los nacionalismos –catalanes y españoles– han polarizado al país, además de poner en la mesa de las instituciones internacionales preguntas sobre si podría seguir siendo parte de la Unión Europea (EU).

En la sesión de Café Internacional “Cataluña un desafío internacional” del pasado martes 13 de febrero en el Auditorio D1 se analizó la crisis independentista catalana desde distintos ángulos por la profesora del ITESO Giovana Rios y Nalia Rochín, socia fundadora de BB&R una firma internacional de consultoría, investigación y capacitación en áreas electoral, gobierno y políticas públicas.

Lo que suceda con Cataluña, dijo, podría marcar un precedente para otras regiones europeas con movimientos independentistas: Baviera en Alemania, Flandes en Bélgica y el norte de Italia, por mencionar algunas. En especial en el tema de si podrían pertenecer o no la Unión Europea.

“A lo que le están apostando los catalanes separatistas es que Cataluña es un factor de inestabilidad y que aplicaría muchísima presión negativa hacia el Euro y que, con la crisis económica, las instituciones de la UE no se van a arriesgar y que los van a dejar entrar”, relató Nalia Rochín, quien aclaró que, si la región concreta su independencia de España, el camino para ser parte de la Unión Europea implica, entre otras condiciones, que los estados miembros lo reconozcan como su igual.

Rochín resaltó que en los artículos que rigen a la Unión Europea dejan en claro que sólo la pueden conformar estados, no comunidades ni pueblos, y que sus integrantes son libres de decidir sobre sus estructuras internas en cuanto a autonomía local y regional. Para el actual estado español, aclaró, el separatismo es ilegal.

“El dificultar la adhesión de un nuevo estado independiente que en el pasado fue parte de un estado miembro no tiene solamente razones políticas o motivos jurídicos, es evitar el efecto dominó que sería realmente peligroso para la UE”, dijo.

“A nadie le conviene que Cataluña se convierta en una lección y que otras regiones separatistas quieran seguir el camino de Cataluña”, apuntó Nalia Rochín.

Por su parte, Giovana Rios –citando a Josep Ramonera, colaborador del diario El País– enfatizó que la manera en que se configura el debate político aleja a la ciudadanía de la realidad y “la confrontación es la única identidad que encuentra el ciudadano, o estás conmigo o estás contra mí, estás con los catalanes o con los españoles, entonces empezamos a ver esta dinámica del conflicto y si nos quedamos ahí nos quedamos con un simplismo político, nos aleja del debate intelectual”.

La profesora del ITESO señaló que las imágenes de las fuerzas de seguridad española reprimiendo a los independentistas catalanes en octubre del 2017, dividieron al país y reactivó al nacionalismo español.

“Lo vemos con las manifestaciones que se dieron estos meses en favor de la unidad de España, había ríos de personas en las calles de Barcelona que venían de Madrid para hablar de unidad; tenemos una confrontación entre un nacionalismo español que se ha reactivado frente a un nacionalismo catalán, eso que está generando mayor división desde las personas de a pie hasta las esferas más altas”, explicó.

Ante este panorama, Giovana Rios sugirió abordar el conflicto desde la ciencia política, desmitificar el conflicto y quitarle la dualidad de buenos y malos, blanco y negro; alejarlo del debate público efervescente, “ese que se hace desde la emoción, el sentimiento, el enojo”.

“Además, debemos de acercarnos desde bases teóricas en torno al conflicto a través de la negociación, la mediación, el conocimiento de los actores políticos, el entender cómo se dan procesos de identidad, no solamente catalanes, vascos, españoles”.