Natalia Rivas Pérez, estudiante de noveno semestre de la carrera de Relaciones Internacionales del ITESO, participó como becaria en un programa de siete semanas con la Fundación Botín en Brasil, Colombia y España, en torno al desarrollo de políticas públicas en América Latina 

A sus apenas 24 años, Natalia Rivas, estudiante de noveno semestre de la carrera de Relaciones Internacionales, puede hablar con fluidez y confianza de cuáles son sus objetivos de vida profesional: servir al bien común desde una institución pública. 

Parte de esta intención la cultivó desde las aulas del ITESO, pero la reforzó tras participar en 2023 como becaria del programa de la Fundación Botín, Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina, el cual volverá a abrir su convocatoria el próximo 4 de marzo en su edición 15. 

“Llevo rato con esta vocación de servicio, de ayudar a la comunidad. Este programa me ayudó a crear redes, a saber que hay más gente como yo que tiene este mismo sueño y que hay más cosas que nos unen, numerosas situaciones, como la desigualdad, las democracias frágiles que vivimos y entre todos poder inspirarnos para saber que sí se puede construir una mejor región”, dijo. 

El programa, que lleva realizándose desde el 2010, tiene el propósito de contribuir al fortalecimiento de las instituciones y a la mejora del desarrollo social, económico y sostenido de Latinoamérica, fomentando los mejores jóvenes universitarios de la región participen en una serie de formaciones donde comprometan con la mejora de sus sociedades desde lo público. 

A lo largo de un mes y tres semanas recibieron talleres dentro de cinco áreas: Políticas Públicas, Ética Pública, Creatividad e Innovación, Liderazgo y Habilidades personales, y Tendencias Globales y Sostenibilidad, de modo presencial y en tres centros distintos: en la Fundación Getulio Vargas, en Río de Janeiro, Brasil; en la Universidad de Salamanca en España; y en la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia. 

“En la beca descubrí proyectos con los cuales coincidía, otros me compartieron buenas prácticas desde sus países o sus ciudades. También fue aprender más a trabajar en equipo, con distintas organizaciones internacionales, con la propia fundación, con lo que cada uno está haciendo en su región, es lo más importante, pensando que desde la colectividad podemos abonar mucho más que todos trabajando por separado”. 

En esta ocasión, en este programa de 540 horas de formación, participaron un total de 32 estudiantes de 18 países, luego de un arduo proceso de selección en el que participaron más de 11 mil 200 personas de toda América Latina. 

“Tuvimos seminarios, desarrollamos proyectos, y tuvimos que diseñar una política pública. También realizamos visitas institucionales a miembros de las Naciones Unidas o, por ejemplo, con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (Luis Almagro), que también nos acompañó”, recordó Natalia. 

“Encontré mucho esta parte de ser empático y la humildad, el ITESO tiene una frase que me gusta mucho: ‘no se trata de formar, no a los mejores del mundo, si no a los mejores para el mundo’. No es que yo sea la mejor, sino que realmente se busque esa integridad, que mi persona sea íntegra, y creo que el ITESO me ayudó mucho con eso, en fomentar mi desarrollo, pero para también poder ayudar a los demás.”

Durante la selección para este proyecto, Rivas hubo de presentar una acción de alto impacto que se esté implementando en lo local, para ello se valió de la labor previa que hizo siendo parte del equipo de la diputada Mónica Magaña –egresada del ITESO de la Licenciatura en Derecho–, con quien participó en la elaboración de la Ley de Atención, Educación y Tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 1, así como en la creación de un centro de educación y atención sobre este padecimiento en toda el área metropolitana.  

“Me preguntaron de ese proyecto, pero también de mi persona, qué me interesaba, buscan mucho que tengas vocación de servicio, saber por qué me interesaba esto en mi carrera, cómo quería ayudar a mi ciudad y a mi región. Lo que realmente buscan es conocerte a ti tal cual, y como eres”, explicó. 

Para Natalia, la formación obtenida en el ITESO fue importante para ser parte de este programa, pues tuvo materias complementarias relacionadas con los contenidos de este, como desarrollo sostenible, género y desarrollo regional, mientras que su estancia con la fundación le permitió fortalecer más la visión de lo internacional, aunque con un actual lo local desde las ciudades. Además, en la universidad jesuita desarrolló otro tipo de valores que potenciaron esta experiencia. 

“Encontré mucho esta parte de ser empático y la humildad, el ITESO tiene una frase que me gusta mucho: ‘no se trata de formar, no a los mejores del mundo, si no a los mejores para el mundo’. No es que yo sea la mejor, sino que realmente se busque esa integridad, que mi persona sea íntegra, y creo que el ITESO me ayudó mucho con eso, en fomentar mi desarrollo, pero para también poder ayudar a los demás”, mencionó. 

Tras esta vivencia, y luego de experimentar, a la par de la escuela, el servicio público, ahora su objetivo es concluir sus estudios y seguir en el sector público, así como continuar preparándose para servir de manera más digna e integra a las personas.

FOTO: Zyan André