Celebran los 20 años de la Maestría en Psicoterapia del ITESO con un diálogo en torno a la psicoterapia y sus encuentros y desencuentros con otras disciplinas
Encarnar el conocimiento, encontrar otros modos de referirse a ella, mantenerse en movimiento, en diálogo constante, en encuentros y desencuentros con otros saberes, e incluir también las experiencias de vida, son deberes de la psicoterapia actual, dentro de un enfoque integrativo que tome en cuenta las complejidades y singularidades de lo humano.
Estas fueron algunas de las reflexiones que construyeron académicos del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) durante el conversatorio inaugural por la celebración de los 20 años de la Maestría en Psicoterapia que se llevó a cabo en el ITESO, la cual comenzó con el panel “La formación en psicoterapia y el diálogo interdisciplinario”, el cual fue moderado por la académica de este departamento, María Luisa González.
Salvador Moreno, uno de los fundadores de la maestría y profesor jubilado del ITESO destacó la necesidad de poner en común lo que denominó sentipensares, es decir, no sólo un dialogo de ideas, conceptos y teorías, sino incluir también emociones, perspectivas personales y de vida, y valoraciones, tanto para la interlocución con otras disciplinas que ayudan en la comprensión como la filosofía, la sociología o la literatura, como para el abordaje de los asuntos individuales.
“No es lo mismo que una persona venga a decir que se siente mal porque está sin trabajo, a que venga otra que vive en una constante ansiedad muy intensa con ataques de pánico, o que viene una persona diciendo que todo mundo quiere hacerle daño. ¿Tendrá el mismo sentido hablar de psicoterapia con estas distintas problemáticas? Mi primera repuesta es que no, y necesitamos encontrar otros modos de referirnos a esta práctica. Más que hablar de disciplina hay que hablar de modos de conocimiento, mismos que deben mantenerse siempre en movimiento”, dijo el también docente en el Doctorado Interinstitucional en Investigación Psicológica.
Para Jorge González, académico de la Ibero León, la psicoterapia es el encuentro entre quien sufre y el otro, quien procura facilitar y acompañar, es donde surgen muchos puntos referenciales que tienen que ver con las propias biografías, donde hay que reconocer que somos singularidades complejas, problema en constante revisión y renovación.
“Procuremos vivir fuera de nuestro algoritmo, no el que nos ponen, sino el que nosotros vamos armando, la incertidumbre hay que aprender a vivirla, es parte de ser complejos, singulares y finitos, pero con la ilusión de ser trascendentes, pero sobre todo atreviéndonos a apostar, la acción, cuando yo asumo la complejidad, esta una apuesta”, añadió.
Tania Zohn, coordinadora de la Maestría en Psicoterapia, reconoció que el diálogo interdisciplinario implica un encuentro, pero también un desencuentro, pero que además hay que entender que la persona con su problemática y sufrimiento está al centro y que, frente a eso, está el propio especialista con su propia experiencia, historia, sufrimiento, sentipensares, y conceptualizaciones, y eso es lo que va a favorecer el dialogo interdisciplinario.
“El diálogo ocurre en mi interior cuando al estar frente a una persona con una problemática puedo estar al tanto de las distintas dimensiones, y puedo elegir una vía de entrada para trabajar con esas dimensiones presentes (…). Estos espacios son los que nos pueden empujar a permitirnos cierta incomodidad, aquello que no me resuena porque no me es familiar ni es lo que yo hubiera pensado, porque a final de cuentas, es lo que muchos vivimos con nuestros consultantes, una situación distinta que tal vez no me es familiar, pero que, si no me abro a comprenderlo, difícilmente voy a poder favorecer un cambio, un alivio o una vida con mayor plenitud. Hay que escuchar, activamente, con curiosidad, todos los abordajes temáticos que me son distintos, sorprendentes y no quedarme en la comodidad de rodearme de solo aquellos que piensan como yo”, dijo.
Antonio Sánchez Antillón, académico del DPES, destacó que el abordaje de la psicoterapia es algo que debe apegarse a la techné griega –saber hacer y saber con fundamento–, un conocimiento que implica la práctica. No obstante, esta disciplina tiene que ver con atender el sufrimiento humano, la experiencia de la desdicha, y es por ahí por donde se llega.
“La utopía es el lugar donde no hay llegada, y precisamente la practica psicoterapéutica no tiene fin, entonces digamos, debemos siempre estar reflexionando sobre la práctica y metiéndole cuerpo a nuestra propia experiencia para que podamos dar mejores resultados en el acompañamiento”, concluyó.
Cuidado del otro como resistencia vs. el autoritarismo
Durante la inauguración del evento, Eugenia Casillas, directora del DPES destacó la relevancia de poner en el centro al consultante antes que a las teorías, así como el hecho de que cada persona que se acompaña en un proceso de psicoterapia ha transformado las vidas de los terapeutas al igual.
“En un mundo donde aumenta el individualismo y se fractura el tejido social, cada una de las acciones enmarcadas en el cuidado del otro, son resistencias ante el autoritarismo”, mencionó.
Por su parte, Catalina Morfín, directora general académica de la universidad jesuita, destacó que la Maestría en Psicoterapia se enmarca en un contexto social que ha contribuido a mantener la severidad del problema de salud mental, considerando que según datos oficiales del INEGI, al menos 35 millones de mexicanos han experimentado un episodio depresivo, mientras que 19.3 por ciento de la población tiene síntomas de ansiedad severa.
“La maestría está llamada a generar prácticas, métodos y teorías en su campo, para también a fomentar la puesta en marcha de lo dicho en nuestras Orientaciones Fundamentales. Se trata de realizar las operaciones propias de un sujeto autentico, saber a profundidad, pensar para transformar, decidir a favor del bien y amar. El compromiso es ayudar a comprender y compenetrarse con las heridas de todas y todos los que sufrimos, para construir nuevas formas de encuentro”, mencionó.
El programa de actividades de la conmemoración de los 20 años de la Maestría en Psicoterapia se llevó a cabo durante dos días en los cuales fueron abordados temas como las neurociencias, el apego, la formación y supervisión de procesos terapéuticos, el análisis transaccional, el autismo en adultos, el genograma como instrumento terapéutico, la terapia narrativa, la creación artística, el mindfulness en adicciones, la conciencia corporal y la escucha empática.
FOTO: Zyan André