En su primera edición, el taller “Un camino para la construcción de paz”, organizado por el Sistema Universitario Jesuita y coordinado desde el ITESO, cuenta con la participación de estudiantes y docentes, con la intención de, en un futuro, ampliar su alcance a las personas colaboradoras
Para hablar de los talleres de Construcción de Paz que se concibieron desde el Laboratorio para la Paz y la Reconciliación (Reconcilab) del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), Paulina Quintero pone sobre la mesa la tradición jesuita. “La Compañía de Jesús tiene un recorrido de construcción de paz en toda su historia”. En el caso de México, esta búsqueda por generar procesos de paz y de reconciliación tuvieron un punto de inflexión cuando en 2022 los jesuitas Joaquín Mora, SJ, y Javier Campos, SJ, junto a Pedro Palma, fueron asesinados en Chihuahua. Ese hecho motivó una serie de acciones por parte del SUJ, una de ellas la creación del Laboratorio.
Paulina Quintero encabeza los trabajos de la Coordinación de Reconciliación para una Cultura de Paz (Cerpaz) del ITESO, y es el vínculo de la Universidad con los trabajos del Laboratorio. Detalla que desde que se creó el proyecto, “se definió que se iba a trabajar desde cuatro líneas de acción: Investigación aplicada, Educación para la paz, Articulación y Difusión”.
Desde el Cerpaz del ITESO, agrega, se coordinan los trabajos de la línea Educación para la paz, donde se buscó atender una inquietud del Consejo de Rectores del SUJ relacionada con la formación de estudiantes y las y los colaboradores. “La propuesta central de esta línea fue la creación de un proceso formativo que lleva por nombre ‘Un camino para la construcción de paz’ y que se integra por tres microcursos”.
Esta ruta formativa conjunta los trabajos del Reconcilab, a través de la Cerpaz, y el área de Educación Continua del ITESO. Quintero Toscano detalla que se entrevistó a expertos, se generó la guía de aprendizaje, la fundamentación filosófica desde una perspectiva ignaciana, con el enfoque del paradigma pedagógico ignaciano. “Esto es importante porque”, dice la coordinadora, “a diferencia de otros cursos, que están centrados en el contenido, este tiene la intención de generar un proceso formativo para la toma de conciencia”.
El curso es cien por ciento autogestivo y desde Educación Continua se diseñó una plataforma nueva, con un modelo de aprendizaje que permite que la persona pueda avanzar a su propio ritmo, desde cualquier lugar. Los microcursos están diseñados de la siguiente manera: “El primero tiene una perspectiva más antropológica, para reflexionar sobre las relaciones y cómo la construcción de relaciones puede posibilitar a la persona para ser constructora de paz; el segundo tiene un enfoque más teórico para reflexionar sobre las paces y las violencias; el tercero es mucho más experiencial, para cerrar la pinza y reflexionar sobre el perdón y la reconciliación. Esto tiene un paralelismo con el paradigma pedagógico ignaciano, que está centrado en la experiencia, la reflexión y la acción”, detalla Paulina Quintero.
De entrada, se invitó a realizar los microcursos a cien personas, entre estudiantes y docentes, de los cuales se registraron 90 y hasta el momento de la charla había 77 inscritos. “Un camino para la construcción de paz” comenzó en septiembre y cada microcurso dura entre 15 y 20 horas, por lo que el estimado es que pueda completarse en dos meses. “Estamos en el proceso de evaluar cómo estuvo el nivel de avance de cada una de las universidades. Ese es el proceso formativo que estamos haciendo a nivel SUJ, es iniciativa del Laboratorio y se trabajó en articulación con Educación Continua y es una experiencia que abre un montón de posibilidades pensar cómo seguir transversalizando el tema de la paz en escala SUJ”.
En esta primera edición sólo se invitó a estudiantes y docentes, aunque la intención es después abrir la convocatoria a otras personas colaboradoras y, desde Educación Continua, al público en general.
De manera paralela a los microcursos, la Cerpaz también está realizando en el ITESO un curso de mediación con un equipo de colaboradores y colaboradoras de las cuatro direcciones estatutarias. “El curso se llama ‘Herramientas para la mediación’ y ha sido una experiencia muy interesante. Tuvimos buena respuesta, están participando 20 personas de diferentes áreas y con diferentes encargos en la Universidad”, explica Paulina Quintero. Este curso es presencial y también se están realizando adecuaciones con base en esta primera edición.
“Con el trabajo desde la coordinación y en el Laboratorio nos empezamos a dar cuenta cómo estos procesos formativos son súper potentes y claves para empezar a colocar otro paradigma, para tomar conciencia de cómo cada acción, por más pequeña que sea, puede ser fermento para la construcción de paz”, concluye.
FOTO: Luis Ponciano