Coordinado por el grupo Territorio, Género y Extractivismo, el documento busca ofrecer herramientas y orientaciones para salvaguardar la salud física y mental de las mujeres que están involucradas en luchas sociales de defensa del territorio

De las mineras, del fracking, de la deforestación, de las hidroeléctricas y las presas, pero también de la voracidad inmobiliaria. Las personas se organizan para defender sus territorios, y basta echar un vistazo para darse cuenta de que, invariablemente, en la primera línea de defensa hay mujeres, muchas mujeres. Mujeres que ven afectada su salud por procesos de los que no son conscientes en muchos casos, pero que, una vez que empiezan a compartir, descubren que son comunes. Y es que el cuerpo es también un territorio y debería ser el primero en ser defendido. Con esa certeza, el grupo Territorio, Género y Extractivismo realizó la investigación “La salud emocional importa: impactos psicosociales en defensoras del territorio”, que derivó en el armado de una guía cuyo objetivo es contribuir al autocuidado de las mujeres involucradas en alguna lucha de defensa de territorio. 

Alejandra Jiménez, de Territorio, Género y Extractivismo (TGE), explicó que, si bien la guía tiene apartados metodológicos y teóricos, lo que buscaron fue dotarla de dinámicas y herramientas para fortalecer los cuidados de las mujeres que realizan defensa del territorio, porque, dijo, las luchas las viven de modo diferente los hombres y las mujeres. 

“Todo comenzó cuando, en un encuentro con defensoras del territorio, preguntamos: ‘¿Cómo estamos?’. Fue como abrir una caja de Pandora. En TGE no sabíamos cómo contener y atender todo lo que salió: había historias de acoso, de amenazas, de precariedad laboral, tristeza, cansancio, enfermedad. No supimos qué contestar, pero no quisimos quedarnos indiferentes y comenzamos a trabajar”, relató Jiménez. 

“Esta guía tiene que ver con la búsqueda de generar un contexto en el que la voz de las defensoras pueda ser amplificada, que sean sus voces las que se escuchen, y colocarlas no sólo desde la ideología, sino desde todos los ámbitos y niveles”.

La activista detalló que en 2020 se echó a andar el proyecto y durante 2021 realizaron el trabajo en los territorios. Para armar la guía hicieron entrevistas a defensoras de Jalisco, Zacatecas, Oaxaca, Veracruz y Puebla. Comenzaron a encontrar afectaciones que se repetían, como el estrés crónico y los dolores corporales. En marzo de este año regresaron con los grupos para mostrarles los hallazgos, y de ese intercambio surgió la guía, para la cual optaron por un abordaje psicosocial porque, explicó Alejandra Jiménez, buscaban “una mirada integral, más allá del cuerpo físico, porque somos seres con emociones que se ven afectadas por todo lo que nos rodea”. 

Valeria Moscoso, también integrante de TGE, dijo que “esta guía tiene que ver con la búsqueda de generar un contexto en el que la voz de las defensoras pueda ser amplificada, que sean sus voces las que se escuchen, y colocarlas no sólo desde la ideología, sino desde todos los ámbitos y niveles”. También explicó que eligieron el enfoque psicosocial porque “no hablamos sólo desde la psicología, sino de cómo todos los ámbitos y saberes de la vida se articulan y se alimentan mutuamente”. 

Durante la presentación de la guía también se contó con la presencia de María de Jesús García, habitante y defensora de Temacapulín, uno de los tres poblados que iban a ser inundados por la presa El Zapotillo. “Después de 16 años de lucha yo tenía mucho desgaste, mucho enojo, mucha tensión en la columna”, compartió sobre las afectaciones que comenzó a experimentar en su salud. Dijo que al principio ella no sabía qué era defender el territorio, pero aun así comenzó a “ir a todos lados a contar nuestro problema. La primera vez me fui con las manos llenas de masa para hacer gorditas, porque ésa era mi vida”. Aunque la lucha fue un proceso difícil —“todos sufrimos, todos nos enfermamos”, dijo—, no podían dar marcha atrás porque “cuando uno tiene un ideal hay que defenderlo al costo que sea, y cuando conoce uno sus derechos, pos ya valió: ya no se puede uno dejar”. 

Aunque la Guía de apoyo psicosocial para mujeres defensoras de la tierra y el territorio tiene claro a quién está dirigida, la idea es que pueda ser usada por cualquier persona, por lo que se encuentra disponible para su descarga en este enlace