El eclipse solar del lunes 21 de agosto fue el más observado en la historia de la humanidad.
POR KARINA OSORNO Y JUDITH MORÁN

¿Hace cuánto tiempo que no mirabas el cielo, escudriñando siluetas, viajando con la vista fija hasta perderte en su inmensidad? El lunes 21 de agosto alrededor de las 13:04 horas -en el ITESO-, la luna ofreció la oportunidad a millones de personas, en distintas partes del mundo, incluyendo a seis astronautas en una estación espacial, de observar al poderoso resplandor del sol ser ensombrecido en pleno día.

En el ITESO el eclipse fue contemplado por alrededor de mil 500 personas que abarrotaron el pasillo frente al edificio J, del Departamento de Matemáticas y Física. Estudiantes, profesorado, personal y visitantes, orientados por expertos astrónomos y físicos, apuntaron sus miradas hacia el sol a través de cinco telescopios equipados para la observación, así como caretas de soldador y filtros que pasaban de mano en mano, para mirar la hazaña de la luna cubriendo –de manera parcial en México– con su sombra la inmensidad del sol.

¿Por qué nos cautiva así el cielo? ¿a qué se debe el deseo de ver más allá de lo que nuestros ojos pueden distinguir?

Para el profesor Javier Zapata Romano, especialista en astronomía del Departamento de Matemáticas y Física, aun antes del origen de la humanidad –nuestros antepasados homo y nosotros en la actualidad– buscamos modelos de referencia y de orden, que nos brinden certeza y seguridad.

“El descubrimiento de las estrellas, de la profundidad del cielo y las figuras contenidas en él llevaron al ser humano a sentir la lejanía, la inaccesibilidad y la pequeñez” agrega Javier Zapata.

“El hombre se preguntó por su creación y su origen e inevitablemente por el papel que jugaba en ello. Estas preguntas nos desarrollaron la razón, la religiosidad, el pensamiento abstracto y las cosmovisiones”.

El profesor del MAF detalla que “las observaciones –los razonamientos y juicios derivados posteriormente de ellas– convirtieron al cielo en el símbolo del orden, de la permanencia y de lo absoluto; generaron una distinción entre lo profano y lo sagrado, lo trascendente y eterno de lo finito y perecedero. De ahí que la mayoría de las religiones identificaran al cielo como la morada de lo divino, o al cielo mismo como el ser divino por excelencia”.

Javier Zapata refiere que algunos antropólogos como Mircea Eliade y Joseph Campbell creen que la primera sensación de sacralidad y de trascendencia que el hombre pudo experimentar se dio cuando dirigió sus ojos al cielo por primera vez. “Para el pensamiento científico, que trata de develar los comunes denominadores que operan en el universo, el cielo provee una idea de la inmensidad, nos permite apreciar las escalas, las dimensiones, los tiempos y los espacios”.

La astronomía da para todos

La Astronomía, considera Luis López, Doctor en Física, tiene un lugar privilegiado entre las disciplinas científicas puesto que sus fenómenos son espectaculares, además de que son relativamente fáciles de observar “con un poco de tecnología, llámese una protección para los ojos o, con un poco más en el caso de los telescopios para mostrárnoslo con más detalle, y ya estamos disfrutando un fenómeno natural, un fenómeno celeste a buen nivel donde están implicadas varias ciencias como física y matemáticas”.

Todos los fenómenos naturales obedecen a leyes que la ciencia trata de descubrir y formular, y actividades como lo fue la observación del eclipse en la universidad son una oportunidad de difusión, considera Luis López.

El profesor de Astronomía señala que en estas actividades “se realiza una labor de formación de los estudiantes, de interés por la ciencia, por el pensamiento analítico, por el buscar la verdad también en la naturaleza porque, a fin de cuentas, también es la búsqueda de tu lugar en el universo, y la astronomía nos habla de eso”.

“Tuvimos este evento, pero no vamos a esperar al siguiente en 2024 para que sea la siguiente actividad de difusión de la ciencia. Todos los días los observatorios espaciales y muchos terrestres están generando información y están haciendo descubrimientos, entonces debería de ser una actividad continua”, afirma.

Quien fuera director del MAF, adelanta que, en el marco de las celebraciones por los 60 años del ITESO, del 5 al 9 de marzo de 2018 se realizará la Semana de la Astronomía con conferencias, talleres y exposiciones.

En la actualidad los estudiantes de todas las licenciaturas del ITESO pueden cursar Astronomía como materia complementaria y, en enero, se abrirá la clase de Astrofísica.

“Hay un campo muy fértil en el ITESO creo que va a venir una época de expansión de la Astronomía, como el universo que se está expandiendo”, comenta Luis López.

Para el público en general están los cursos en Educación Continua que en enero ofertarán diplomados en Mitología en el Arte y en la Astronomía, Astronomía Observacional, y Mecánica Cuántica y Física de Partículas.