Abogado y doctor en Educación, cuenta con una amplia trayectoria en la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, Luis Arriaga Valenzuela, SJ, ocupará el cargo de Rector del ITESO, la Universidad jesuita de Guadalajara este 2 de octubre.

POR COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL

 

Portrait of Luis Arriaga, S.J., who joined Santa Clara Law in October 2016, photographed on November 7, 2016. Arriaga is the chaplain and human rights scholar at the law school.
(Photo credit: Joanne H. Lee/Santa Clara University)

Los derechos humanos tanto en el área de la Educación, como en el área del Derecho son los ejes entre los que Luis Arriaga Valenzuela, SJ, (Tijuana, 28 de mayo de 1970) ha llevado su trayectoria académica, profesional y como sacerdote jesuita, y este 2 de octubre asume el cargo de Rector del ITESO por un periodo de cuatro años. Así lo expresa el nombramiento emitido por la Junta de Gobierno de la universidad, fechado el 12 de julio de 2018.

Luis Arriaga ya conoce las aulas del ITESO, entre 2000 y 2002 fue fundador y coordinador del Diplomado en Derechos Humanos. Además de que es egresado de esta casa de estudios de la Maestría en Filosofía Social (2000-2003).

En la Ibero Ciudad de México impartió las asignaturas en Deontología Jurídica y Derechos Humanos en licenciatura y maestría.

Su carrera como defensor inició en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) en 1994 –tras egresar de la Licenciatura de Derecho de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México– donde desarrolló estrategias para la defensa integral de casos, elaboró manuales y publicaciones sobre la litigación de derechos humanos, además de llevar casos y documentar violaciones a derechos humanos.

Once años después, Arriaga Valenzuela, SJ, regresó al Centro Prodh ya como director, después de haber trabajado con la Asociación de Migrantes y Refugiados Ignacio de Loyola, en Chiapas, además del Centro de Reflexión y Acción Laboral, en Guadalajara.

En su gestión en el Centro Prodh se atendieron alrededor de mil 150 casos, algunos de ellos llegaron a instancias internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Algunos de los casos más emblemáticos del país como el de Jacinta Francisco, Alberta Alcántara y Teresa González, mujeres otomíes que permanecieron más de tres años en prisión acusadas falsamente de secuestrar a unos policías en 2006.

“La reproducción de la discriminación fue patente en este caso: En un entorno donde el secuestro queda frecuentemente impune –aun cuando lacera a miles de familias– la justicia mexicana priorizó acusar por la comisión de este crimen a tres mujeres inocentes sin pruebas bastantes para ello por razones espurias. Aunque fueron liberadas en 2009 gracias a la intervención del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), es hasta este 2017 cuando las tres mujeres serán reparadas y cuando se reconocerá el ilegal actuar del sistema de justicia. Los responsables de estos hechos, empero, continúan impunes” señala Luis Arriaga en su artículo “Cerrar la brecha: alternativas para revertir la crisis de impunidad”, publicado en la Revista IBERO de la Universidad Iberoamericana (bit.ly/2OLwMDf)

Para el jesuita es “necesario el cerrar la brecha entre el marco constitucional mexicano y la realidad del país. Es tiempo de construir en México un verdadero Estado de derecho. Esta tarea pendiente es –en el presente– una de las principales que deberán llevar adelante las actuales generaciones. Sólo así la impunidad, esa ‘anestesia cívica’, según la calificara Carlos Monsiváis, será la excepción y no la regla”.

Luis Arriaga señala que para revertir las violaciones de los derechos humanos, las personas deben conocer sus derechos y que “la educación es una herramienta importante no solo para prevenir las violaciones de los derechos humanos, sino que también es invaluable para la transformación social”.

“La educación puede ayudar a aumentar la conciencia de las personas sobre sus libertades y derechos básicos”.

Durante su gestión de 2006 a 2011, el Centro Prodh recibió diversos reconocimientos, como la Medalla Emilio Krieger 2010 y el Reconocimiento Hermila Galindo 2010; el Premio Francés de los Derechos Humanos, reconocimiento especial, y el Premio Rey de España en 2006 y 2007.

Además, fue coordinador del Área de Derechos Humanos del Centro de Derechos Indígenas, en Chiapas, México (1999-2000).

Fue columnista de El Universal (2006 – 2011) donde abordó temas como la vivienda, pobreza, la negligencia del gobierno el caso de los 65 mineros muertos en Pasta de Conchos, la protección a defensores de derechos humanos, violencia contra las mujeres –el caso Atenco– y los pueblos indígenas, entre otros, puedes leer su vasta producción aquí: bit.ly/2xNmyLd

Prolífico autor y colaborador de diversos artículos en revistas y publicaciones colectivas, entre los más recientes se encuentran: “The Experience of Center Prodh in Mexico” (en Darder, Antonia. Reinventing Paulo Freire. A pedagogy of love, Routledge, Nueva York, 2017); “Cerrar la brecha: alternativas para revertir la crisis de impunidad” (bit.ly/2OLwMDf) y “¿Liberadas del temor? La tortura sexual contra las mujeres en México” (bit.ly/2OhG50M) –en Ibero, Revista de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, febrero-marzo de 2017 y agosto-septiembre de 2015–, respectivamente). Su tesis doctoral “Contributions of the Jesuits to Human Rights in Mexico: A Case Study of Center Miguel Agustin Pro Juarez” (2016) está próxima a publicarse y se puede consultar en: http://bit.ly/2OZhvio

En Análisis Plural (blogs.iteso.mx/analisisplural), publicación del Departamento de Formación Humana del ITESO donde también ha colaborado artículos, Luis Arriaga, SJ, afirma en “Notas sobre la coyuntura nacional: una mirada desde los derechos humanos” (primer semestre 2009) que la defensa concreta de los derechos es estratégica para la construcción de un México justo y aborda el tema de la seguridad desde su bastión.

“Considerar la seguridad desde la óptica de los derechos humanos permitiría responder y exigir respuestas para todas las formas de violencia que amenazan a las personas. La seguridad es el derecho de todos a vivir con dignidad y sin amenazas el disfrute de sus más esenciales derechos. Esto no remite sólo a la seguridad pública sino al derecho a la seguridad humana; supone la reducción efectiva de los índices de criminalidad, pero también de la pobreza, de la degradación medioambiental, de la agresión intrafamiliar, de los delitos de cuello blanco, de la corrupción gubernamental, los abusos policiales y militares o los cacicazgos rurales”.

Luis Arriaga Valenzuela, SJ, es doctor en Educación para la Justicia Social (2016) por la Universidad Loyola Marymount, en Los Ángeles, California, y realizó un posdoctorado (2016-2018) en el Centro de Derechos Humanos de Stanford, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California. Allí ha sido investigador del tema de derechos humanos en su Centro de Derechos Humanos.

En la universidad de Santa Clara, California, además de ser profesor, apoyó a estudiantes en la preparación de casos de derechos humanos ante organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

También ha sido miembro jesuita en la Facultad de Derecho de la Universidad Loyola, en Los Ángeles, California; profesor en el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, y coordinador y profesor de la asignatura en Derecho Laboral y Derechos Humanos en el ITESO.

Es conferenciante y ha participado en diversos foros y escrito sobre derechos humanos, procuración de justicia y la contribución de los jesuitas en América Latina.

Luis Arriaga participó, también, en las áreas de pastoral universitaria en distintas instituciones de educación superior como universidad de Santa Clara, California y la Universidad Loyola Marymount de Los Ángeles, California.