Belisario Romo, doctor en Ingeniería de Tráfico por la Universidad de Teherán, habló en la Casa ITESO Clavigero de un sistema para cobrar los kilómetros recorridos y el estacionamiento en la vía pública, y con lo que se recaude financiar el transporte colectivo.
Para nadie es un secreto la urgente necesidad de que algo tiene que hacerse en relación con la movilidad en la ciudad. Hoy, muchas de las «soluciones» que se han implementado tienen que ver con la construcción de estructuras para el automóvil: avenidas, túneles o puentes que sólo impactan un punto específico de la urbe.
En opinión de Belisario Romo, doctor en Ingeniería de Tráfico por la Universidad de Teherán, las necesidades ya superaron eso y se requiere «atacar» de forma integral toda la mancha urbana:»¿Para eso solo hay un sistema que lo puede hacer y es de manera cibernética». Se trata de tecnologías alternas para optimizar la movilidad, reduciendo demoras y emisiones contaminantes en todos los medios de transporte urbano, con beneficios sociables medibles.
Durante la charla «Infraestructura de movilidad urbana integral adaptiva» que ofreció el martes 18 de junio en Casa ITESO Clavigero, el también especialista de la empresa Metropolitan Mobility Technologies Corporation (en San Diego), consideró que el automóvil debe «pagar su deuda con toda la sociedad». Es decir, dejar de considerarlo como el «enemigo público número uno» y tomar ventaja de su potencial económico.
¿Cómo? A través de un sistema que mediante el servicio de telefonía celular cobre al automovilista los kilómetros recorridos y el estacionamiento en vía pública, y con lo que se obtenga se pague el transporte colectivo y los medios no motorizados. El dinero recaudado, dijo, podría irse a una bolsa administrada por la ciudadanía.
Este «sistema de detección geo-referencial de dinámica continúa en tiempo real» también serviría para el control y optimización de la movilidad, pues registraría los orígenes-destino y los horarios de cada persona que cuenta con un teléfono celular, lo que permitiría obtener un gran banco de data para hacer una «movilidad operativa real. No demagógica, sino real, técnica».
Según explicó en su charla, el sistema asignaría un número de identificación a cada persona cuando inicia un trayecto y lo sigue a través de la red. Si es automovilista, se cobraría, según dijo, alrededor de 3 centavos el kilómetro, además del estacionamiento. «Habría días, horas y avenidas más caras que otras, dependiendo de la capacidad», agregó.
«Nada más ‘gerenciando’ cibernéticamente la movilidad aumentaríamos la capacidad tres o cuatro veces de toda el área metropolitana, además bajaríamos los niveles de polución […] Si lográramos tener diariamente la data real de los orígenes-destino de la ciudad de Guadalajara, con el paso del tiempo tendríamos tal banco de data, tal acumulación de data, que nos permitiría predecir cada vez con mayor distancia cuál va a ser la demanda de todos los días, las horas, de dónde a dónde, y prever el crecimiento de la ciudad».
Acerca de los beneficios para la ciudadanía, incluso para un automovilista, el especialista explicó que «si tú te ibas a tardar 45 minutos en un congestionamiento, te lo quito, porque estoy ‘gerenciando’ el momento en que los pelotones llegan a las intersecciones. Eso es lo que se logra con el tiempo, con los datos que se tienen, [saber] quiénes van y a qué horas […] Lo único que hago es retrasar a uno o acelerar al otro unos segundos. Te estoy vendiendo el tiempo que te estoy ahorrando y también te estoy ahorrando emisiones, que es dinero, porque estás gastando menos gasolina».
Sobre el costo que implicaría su implementación, aseguró que sería «mínimo» en comparación con lo que se gasta en la construcción de un periférico o una autopista. «Lo que les puedo decir es que este sistema le estaría produciendo a la ciudad de Guadalajara aproximadamente entre nueve y 14 millones de pesos diarios de ingreso».
El especialista lamentó que hoy todos los trazos y diseños de las vías son intuitivos y no están basados en un análisis científico. Además, dijo que priorizar un modo de transporte sobre otro conduce a la radicalización.
La conferencia fue organizada por la Maestría en Ciudad y Espacio Público Sustentable, y la Maestría en Proyectos y Edificación Sustentables. Texto Natalia Barragán Foto Roberto Ornelas