En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna cuyo tema este año es la necesidad de la educación multilingüe para transformar la educación, permitiendo la inclusión en el aprendizaje de quienes hablan lenguas no dominantes, el autor pone sobre la mesa la necesidad de que no solo se visibilicen, sino que se reconozcan los retos que existen para quienes tienen como su lengua materna la Lengua de Señas Mexicana
Por Gilberto Gutiérrez Cirlos – COINCIDE ITESO
No solo nuestros labios pueden expresar un mensaje: nuestras manos también pueden ser una herramienta poderosa para compartir nuestros sentimientos, opiniones, inquietudes y emociones a través de la Lengua de Señas. Una lengua bella que permite al ser humano expresarse a través del movimiento de nuestras manos, de las expresiones faciales y del movimiento corporal que representa un mecanismo cognitivo que las personas sordas necesitan para alcanzar el desarrollo intelectual, espiritual y social. Las personas sin discapacidad auditiva han podido adquirir y recibir la información a través de la audición, pero las personas sordas observamos todo, ya que la vista se desarrolla con mayor potencialidad, debido a la ausencia de la audición.
Mi discapacidad auditiva es desde nacimiento, ya que nací con sordera profunda bilateral, así que mi mundo prácticamente fue visual desde el inicio; desde niño observaba todo lo que me encontraba, miraba los labios, las conversaciones y las dinámicas de mis padres, de mis maestros, de mis compañeros de colegio. Estaba sediento de recibir toda la información y, sobre todo, de comprenderla. Mis papás me ofrecieron herramientas visuales, lo me permitió tener mayor capacidad de comprensión del mundo que me rodeaba. A los 12 años aprendí la Lengua de Señas Mexicana – gracias a la cual descubrí personas que vivían con la misma condición que yo – y fue como ingresar a otro mundo en el que pude ser comprendido en distintas dimensiones como las dificultades que enfrentamos día a día por las condiciones culturales y sociales que a veces nuestros derechos se ven limitados por la ausencia de nuestra lengua en diferentes escenarios.
Es difícil cuando privas a un niño sordo de las cosas visuales, la mímica y la lengua de señas; por ejemplo, si queremos enseñarle el significado de una pelota, se lo podremos mostrar visualmente, incluso diferentes pelotas, como de baloncesto, de beisbol, de fútbol. Pero lo más importante es que va creando una comprensión clara del significado de las palabras por medio de la vista, pero ¿qué pasa con las palabras abstractas, como justicia, paz, amor, esperanza? ¿Se lo podemos mostrar visualmente? Es mucho más complejo si sólo le enseñamos ejemplos a través del lenguaje oral, sin ninguna evidencia visual, por eso, la lengua de señas es la lengua materna de una persona sorda, ya que le permite desarrollar habilidades cognitivas, sociales y comunicativas.
Por otro lado, nos preguntamos: ¿cuántas personas sordas son privadas de la información y de la comunicación por la ausencia de la Lengua de Señas Mexicana? ¿Qué sucede cuando una persona sorda requiere ir a una consulta médica y/o psicológica? ¿O hacer trámites como el pasaporte? Diariamente debemos enfrentar barreras con personas que tienen desconocimiento acerca de las necesidades de las personas sordas o ven la discapacidad como un impedimento para hacer nuestra vida como cualquier persona.
El hecho de no contar servicios accesibles puede ser un escenario de mucho estrés porque la información es valiosa y necesitamos tener acceso a ella sin importar en dónde nos encontremos, por ejemplo, el no poder cancelar una tarjeta bancaria por medio de llamadas telefónicas o como ir al doctor y te realice una simple pregunta: ¿eres alérgico a algún alimento y/o medicamento? El responder mal a esto o no responderlo puede cambiar completamente nuestra vida, todo debido a la falta de profesionistas capacitados en atender personas sordas por medio de la Lengua de Señas Mexicana, así como a la baja población de intérpretes, lo que ha dificultado la posibilidad de atender a todas las personas sordas.
Por eso es importante que en el Día Internacional de la Lengua Materna que se celebra el 21 de febrero, no sólo se trate de visibilizar las distintas lenguas, sino también de reconocer los diferentes retos que existen – como el que enfrentan las personas sordas al no tener un mayor reconocimiento de su lengua – y de implementar estrategias que visibilicen la Lengua de Señas Mexicana en los diferentes escenarios que permitan el acceso a sus derechos fundamentales, como la salud, la educación y el trabajo, entre otros. Aunque aquí en México se reconoce la Lengua de Señas Mexicana desde 2005 como una lengua nacional y parte del patrimonio lingüístico de la nación mexicana, se requieren muchas acciones más para eliminar las múltiples barreras sociales que impiden la participación plena y efectiva de las personas con discapacidad auditiva.
Ilustración: Khina Moreno Nuño