Ron Sky, profesor del Georgian College en Canadá, habló de los retos y oportunidades de la sustentabilidad a nivel mundial.
“El planeta ha existido por millones de años y, lo más probable, es que seguirá existiendo mucho tiempo después de que ya no existan los seres humanos; así que la sustentabilidad es para la humanidad, es para mantener al planeta en un estado en el que los humanos puedan prosperar”, afirmó Ron Sky, profesor del Georgian College en Ontario, Canadá, durante la conferencia “Sustentabilidad: Retos y oportunidades mundiales” el miércoles 7 de febrero en el Auditorio D2 del ITESO.
En su exposición, el experto en ciencias ambientales y sistemas sustentables, destacó que la sustentabilidad implica tener agua, alimento y refugio para todos, no sólo para un sector de la población o para una especie, además, que debe ser duradera, “no sólo para este año, para este periodo electoral, por el tiempo de vida de una compañía o para la siguiente generación”.
“Esto es un reto”, dijo, “pero en el Ártico una característica de los canadienses que viven ahí es tomar una decisión considerando su impacto hasta siete generaciones adelante; este es el tipo de pensamiento que debemos hacer”, afirmó.
El profesor comparó las características de los sistemas con los que funciona la naturaleza con los sistemas industriales en la que destacó la interdependencia de especies para la creación de un ambiente robusto, el ejemplo fueron las abejas cuya polinización sostiene el 90 por ciento de las fuentes de comida para otras criaturas, “mientras que nuestro sistema industrial el ganador toma todo, no digo que eso no exista en la naturaleza, pero debe haber un balance, necesitamos diversidad e interdependencia en nuestro sistema social”.
Aclaró que, aunque ya hay un avance en la creación de sistemas que imitan algunas características de la naturaleza, se requiere de una actualización de software –refiriéndose a los hábitos– y al hardware –desarrollo de tecnología–.
En el tema de hardware, Ron Sky señaló que se debe maximizar la eficiencia de la tecnología y el uso de energías renovables, así como minimizar o eliminar el uso de sustancias perjudiciales y diseñar tecnología “de la cuna a la cuna”, lo que implica una preocupación por la concepción, uso y final de la utilidad de un producto.
En el libro Dejar el hábito de usar combustible fósil (Kick the fosil fuel habit) de Tom Rand, relató Ron Sky, se describen tecnologías limpias para alejarse de los combustibles fósiles y planteó la pregunta ¿si gastáramos un billón de dólares en esa tecnología a dónde nos llevaría?
Y le puso contexto a la cifra que puede sonar inmensa, “el plan de rescate a los bancos estadounidenses en 2008 requirió 12.8 billones de dólares”, dijo y agregó que, con un billón de dólares, en Estados Unidos se podría reemplazar la mitad de la generación de electricidad que se hace con carbón.
“Está bien mejorar la tecnología, pero hay que pensar en la eficiencia, usar productos disponibles que sean más eficientes con hábitos diferentes; no necesitamos iluminación eficiente si aprovechamos la iluminación natural”, cuestiones tan simples como apagar la luz al salir un salón, “la tecnología ayuda, pero los hábitos pueden hacer la diferencia”, afirmó.
Ron Sky también impartió en el ITESO una clase en la modalidad de Aula Abierta para la Maestría de Edificación y Proyectos Sustentables el jueves 8 de febrero.