Como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna, el colectivo Nuestras Culturas organizó diferentes actividades en el campus. Durante el conversatorio que tuvo lugar en el Ágora de la Biblioteca, cuatro estudiantes compartieron sus experiencias 

Elizabeth Bustillos, Emiliano Macías y Reynaldo Robles son estudiantes del ITESO. Las carreras que estudian —Ingeniería Ambiental, en Biotecnología y Administración de Empresas— son tan diversas como sus orígenes: ella es originaria de la sierra Tarahumara, ellos de comunidades wixaritari. Junto con Juana Facundo Rodríguez, otomí de Querétaro, participaron en la charla “Impacto y efecto de la urbanización en las lenguas maternas”, organizado por el colectivo universitario Nuestras Culturas (Nucu) como parte de las actividades para conmemorar el Día Internacional de la Lengua Materna. 

El encargado de conducir la charla fue Índigo Carrillo, wixárika y estudiante de la licenciatura en Arte y Creación. Comenzó refiriendo que la efeméride fue instituida en noviembre de 1999 por la UNESCO para “promover la diversidad lingüística y cultural”. También recordó que actualmente en México hay 68 lenguas diferentes, de ahí la importancia de abrir espacios en los que puedan compartirse las experiencias de las personas hablantes de cualquiera de estas lenguas originarias. 

La charla se estructuró a partir de seis preguntas que fueron atendidas por pares. En la primera, se les cuestionó sobre el efecto de la urbanización. “Es un impacto importante, porque hay que adaptarse a nuevas costumbres. Para mí fue complicado porque no tenía buena comunciación y tenía dificultades para transmitir lo que quería decir”, dijo Elizabeth Bustillos, rarámuri originara de Chihuahua, quien añadió que, si bien ha habido efectos negativos como la pérdida de costumbres, “también es gratificante compartir experiencias».  

Por la misma línea se expresó Reynaldo Robles, quien dijo que uno de los cambios más notorios tiene que ver con la vestimenta. “Ya no te sientes cómodo usando la ropa tradicional”, compartió, y dijo que también el uso de su lengua originaria también es complicado porque, aunque haya alguien más con quien usarla, “dejas de interactuar con los demás y eso hace que incluso entre compañeros se prefiera hablar en español”. 

Juana Facundo Rodríguez no es estudiante del ITESO, pero participó en la charla como invitada especial. Ella compartió que, cuando en 1999 llegó a un entorno urbano, “lo más triste que me pasó fue que me discriminaran porque me dijeron que no hablaba bien. En ese momento quise perder mi lengua, pero ahora sé que es mi identidad y me hace sentir orgullosa de mis raíces”. Añadió que es importante inculcar en las nuevas generaciones la práctica para que no se pierdan las lenguas originarias. 

Para Emiliano Macías es importante analizar desde el sistema educativo la necesidad de incluir las lenguas originarias en los planes de estudios, y señaló que esa lucha se debe realizar dentro y fuera de las comunidades para que, en primer lugar, sean vistas como idiomas y no sólo como dialectos. En esa línea continuó Elizabeth Bustillos, quien dijo que “cumplen con todas las cualidades de los idiomas. Deberían implementarse al igual que el inglés”. 

La opinión fue compartida por Juana Facundo, quien agregó que impulsar el uso de las lenguas originarias “es fomentar el rescate de la culturas, pero su incorporación en la formación académica es un debate, porque no todos en la comunidad mestiza están de acuerdo”. No obstante, añadió, se debe seguir trabajando por mantenerlas vivas, y no sólo eso, sino también por “mostrar nuestra cultura, nuestra vestimenta, nuestra gastronomía. Mostrar nuestra identidad”. 

Uno de los ejemplos que aparecieron reiteradamente en la charla para mostrar la importancia de impulsar el aprendizaje de las lenguas originarias fue el de la salud. Las y los participantes coincidieron en señalar que muchas veces las personas de las comunidades no reciben atención médica porque no hay intérpretes que les permitan comunicarse con los médicos, y a los médicos con ellas. “Es una negligencia”, denunció Emiliano Macías, y Juana Facundo dijo que es necesario “que en cada dependencia pública haya un intérprete al menos de la lengua más común en cada estado”. 

Las actividades en el ITESO para conmemorar el Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemora el 21 de febrero, incluyeron, además del conversatorio, un taller, un concierto y una proyección de cine. 

“No basta con ofrecer becas, es necesario un acompañamiento”  

Por Tony del Toro

Nucu (Nuestras Culturas) es un colectivo que ya existía en el ITESO desde los años 90. Era conocido como UNISOL (Universidad Solidaria) y su creación tenía que ver con las necesidades de las personas de la comunidad universitaria que vienen de comunidades rurales y pueblos originarios. 

“En nuestro caso sólo recibíamos beca, y nada más, omitiendo así otras circunstancias que pasan los foráneos”, comenta Emiliano Macías, representante del colectivo. “Está muy chido que el ITESO apoye con becas a las personas que no tenemos el nivel socioeconómico para estar aquí, pero tristemente no basta con eso. Primero tenemos que cubrir las necesidades básicas de cualquier persona”, puntualiza. 

Para ello, Nucu ha sido más que un colectivo. “Se funda para acompañarnos entre estudiantes. Es una manera de apoyarnos a conocer la ciudad, lograr tener ingresos o conseguir alguna vivienda accesible para vivir en lo que termina sus estudios en Guadalajara”, cuenta Emiliano. 

Para lograr visibilidad dentro del ITESO, Nucu ha participado en actividades que se organizan en la universidad buscando romper con estos estereotipos que se han construido alrededor de ellos y “con el objetivo de dar a conocer parte de nuestra cultura. Que no se queden con lo que plantea la cultura occidental, la música, el arte, la cosmovisión, etcétera”, puntualiza. 

Las actividades del colectivo están pensadas en crear espacios en común también fuera del ITESO. Y entre sus planes está “crear brigadas a las comunidades con ayuda del ITESO para, de esta manera, tratar de dar algo de lo mucho que se nos da”, dice Emiliano. 

El compromiso y la creación de iniciativas son dos puntos fundamentales que pide el colectivo: “Somos de la idea de priorizar a los compañeros, cuidar el espacio que hemos creado por la misma gente, con colaboraciones con otros grupos culturales para poder dejar a un lado los prejuicios y estereotipos que los asocia. De esta manera, al aprender con otras personas nosotros mismos nos potencializamos, somos jóvenes potentes y más dentro de estos espacios”, afirma. 

Actualmente el colectivo lo conforman estudiantes de diferentes culturas: afromexicanos, wixárikas, pueblos originarios del Estado de México, nahuas, entre otros. Te puedes poner en contacto con ellos por medio de su página de facebook.com/nucuiteso o por correo electrónico:colectivonucu@iteso.mx.

Otro contacto del colectivo está en el edificio N, con José Guadalupe quien es uno de los coordinadores de Participación Estudiantil y ofrece cierto acompañamiento a las actividades y temas del colectivo Nucu. 

FOTOS: Luis Ponciano y cortesía Nucu