ITESO abrió un espacio para reflexionar sobre el impacto de la inteligencia artificial en el ámbito educativo

Por Daniel Medina

El 30 de noviembre de 2022, la empresa OpenAI lanzó al mundo su aplicación ChatGPT, un chatbot basado en un modelo de lenguaje de gran tamaño que ha redifinido los estándares de la inteligencia artificial al permitir interacciones con los usos naturales del habla. En pocos meses el impacto fue avasallador prácticamente en todos los campos profesionales. Quedaba claro que estábamos frente a una nueva revolución tecnológica.     

En razón de lo anterior, y en ocasión del primer aniversario del lanzamiento de ChatGPT, el pasado viernes 1 de diciembre se realizó en la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, la jornada: “IA en la Universidad: Explorando un año de conversaciones inteligentes”, cuyo objetivo fue reflexionar sobre el impacto de la inteligencia artificial en el campo educativo, específicamente en la investigación y en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En su mensaje de apertura, Alexander Zatyrka SJ, rector del ITESO, hizo hincapié en la importancia de explorar las posibilidades de la inteligencia artificial siempre con el ser humano al centro. Destacó que la misión de la Compañía de Jesús  siempre ha sido mantenerse en las fronteras del conocimiento, a la vez que salvaguardar el servicio a la sociedad.    

La conferencia inaugural corrió a cargo de Juan José García Llamas, diseñador egresado del ITESO que se ha especializado en la aplicación de diversas herramientas para la investigación, la educación y la comunicación. Su presentación inició con un abordaje conceptual de la distinción entre inteligencia natural y artificial, para posteriormente realizar un recorrido histórico que puso en contexto lo vertiginosos que han sido los avances del año 2023 en materia de aprendizaje automático.  

La clave, de acuerdo a García Llamas, es evitar los sesgos tecnocentristas que contribuyen a una visión de contraposición entre lo humano y lo cibernético. Por lo anterior, invitó a los participantes a descubrir la complementariedad entre lo natural y lo artificial y a enfocar los esfuerzos al desarrollo de nuevas habilidades y aplicaciones en las que la tecnología digital sea una herramienta bajo nuestro control. El ponente cerró su intervención mostrando el avance de un trabajo en el que utiliza un software de inteligencia artificial para facilitar la interpretación de expresiones faciales de niños que se encuentran dentro del espectro autista. 

Posteriormente, los participantes en la jornada tuvieron la oportunidad de tomar un microtaller de su elección. Los temas fueron: “Revisión teórica comprensiva con IA”, con Luis Silva, Juan Carlos Silas y Christian Grimaldo; “Evaluación del aprendizaje en la era digital”, con Herzel García, y “La IA como asistente personal para la investigación”, con Antonio Delgado y Juan José García. El objetivo fue poner en práctica herramientas y metodologías de aplicación directa en la labor académica.  

La última actividad de la jornada fue un conversatorio con Lorena Jiménez Quiñones, Martha Mora y Rafael Chavarría, de la Ibero León, en el que se abordaron perspectivas, principios y orientaciones para el uso de la IA en el campo educativo. Lorena Jiménez inició por puntualizar que la inteligencia artificial ha dado un saldo positivo indiscutible, pero que debemos advertir también el saldo negativo que se ha generado en casos de automatización de la desigualdad y los discursos de odio, así como en lo que llamó un epistemicidio del sur global, además del extractivismo de información con fines comerciales que no retribuyen equitativamente a las comunidades.  

Rafael Chavarría hizo énfasis en que las instituciones educativas definan sus posturas éticas y estrategias formativas en relación a la inteligencia artificial sin caer en el prohibicionismo. Planteó que, por el contrario, se debe integrar pedagógicamente de una forma creativa y orientar su uso con mecanismos claros de verificación y evaluación.  

Martha Mora, por su parte, ofreció una reflexión en torno a la forma en que la universidad debe problematizar el ecosistema digital para reformular el concepto de ciudadanía, con base en el pensamiento crítico. Su intervención cuestionó las posibilidades que tiene la inteligencia artificial de sistematizar y automatizar la inteligencia humana, y puso de relieve la abdicación del pensamiento por la dependencia tecnológica y los peligros que enfrentamos al dejarnos seducir por el sueño de la eficacia.      

El próximo año se prevén avances todavía más significativos en el campo de la inteligencia artificial. Para ello, Mónica Márquez, directora de Información Académica; Ninfa Pérez, coordinadora de Innovación, Desarrollo y Exploración Académica, y Eugenia Casillas, directora del Departamento de Psicología, Educación y Salud, presentaron los resultados de la consulta al profesorado sobre sus prácticas y necesidades en la materia, y anunciaron los próximos pasos, que serán encuentros, conversatorios, espacios de aprendizaje interactivo, recursos en el portal de la Biblioteca, microtalleres y otras iniciativas de formación y vinculación.  

Para cerrar la jornada de trabajo, Catalina Morfín López, titular de la Dirección General Académica del ITESO, anunció que se trabaja en el desarrollo de un programa de Ingeniería en Inteligencia Artificial, y remarcó la importancia de mantener vigencia en el estudio y análisis de la IA, tanto para el desarrollo de prácticas innovadoras en la enseñanza como en actividades estratégicas orientadas a atender los problemas sociales más apremiantes. Concluyó que, para la formación de ciudadanos que construyan sociedades más justas y sustentables, es necesario reconocer el impacto político, económico y social de la inteligencia artificial, con una perspectiva crítica ante la visión parcial que pueden producir los algoritmos.      

FOTO: Zyan André