¿Cómo perciben los jóvenes la fractura del tejido social?, ¿qué soluciones proponen para su reconstrucción?, sus respuestas son parte de una encuesta que se aplicó a estudiantes del ITESO.

POR ALEJANDRA DE LA TORRE, NOEMÍ GÓMEZ Y MANUEL FLORES

La reconstrucción del tejido social es una apuesta por la paz. Así lo entienden Jorge Atilano González Candia SJ y Gabriel Mendoza Zárate SJ quienes realizaron un diagnóstico sobre fragmentación social y su recuperación en contextos caracterizados por la violencia. Su propuesta consistió, básicamente, en analizar las transformaciones que han tenido los vínculos sociales, los referentes de identidad y la capacidad para tomar acuerdos. Y, en este sentido, buscar acciones que promovieran estos tres aspectos. Desde esta perspectiva, el tejido social es entendido como “la configuración de vínculos sociales e institucionales que favorecen la cohesión y la reproducción de la vida social”. Sin un tejido social fuerte no es posible la buena convivencia y, por lo tanto, la justicia social.

En este marco, durante el periodo del 24 de enero al 3 de febrero de 2017 se aplicó una encuesta vía digital a estudiantes de licenciatura a través de algunos cursos del Departamento de Formación Humana, del ITESO, con el propósito de conocer su percepción y postura frente a la fractura y reconstrucción del tejido social.

Se recibieron 724 respuestas en total, de estudiantes de las 32 licenciaturas. Estos participantes representan desde el primero hasta el treceavo semestre. El  50.2% fueron participantes varones, el 49.5 mujeres y un 0.13% bigénero. El 64% son de la Zona Metropolitana de Guadalajara, mientras que un 36% son estudiantes que vienen de algún otro municipio o estado de la República Mexicana.

La encuesta electrónica estuvo compuesta por 9 preguntas, 6 de ellas de carácter abierto y 3 preguntas cerradas.

La información que se solicitó giró alrededor de los siguientes aspectos: ¿cómo se percibe el tejido social?, qué experiencias han vivido los estudiantes en cuanto a situaciones de injusticia o violencia, a quiénes se ha recurrido ante situaciones así, a quién se ha brindado una ayuda, quiénes se perciben como principales responsables de la violencia, a quiénes les corresponde atender dichas situaciones, en qué tipo de actividades han participado como solución ante la fractura del tejido social, si se considera haber participado en su fractura y de qué manera, y si tienen un papel los jóvenes en la reconstrucción del tejido social.

Preguntarnos por la percepción de los estudiantes universitarios sobre la fractura del tejido social y por su reconstrucción nos remite necesariamente al tema de la identidad institucional y en particular a mirar a los alumnos como personas, como sujetos sociales, como habitantes cotidianos de la ciudad, de metrópolis y regiones atravesadas por múltiples situaciones de violencia, que de una u otra manera impactan la vida de sus habitantes.

En el caso de los estudiantes encuestados los matices colorean las respuestas: nacieron en la ZMG o son foráneos, son hombres o son mujeres, han sufrido violencia en carne propia o han sido afectados por eventos que vivieron personas cercanas, han sufrido acoso sexual o minimizan estos hechos, participan en alguna organización social o su militancia se circunscribe a un discurso humanista, las injusticias que refieren tienen que ver con causas estructurales o con situaciones particulares, son actores protagónicos que discriminan o se indignan frente a la discriminación, naturalizan la violencia o hacen algo por contrarrestarla… Ese es parte del mosaico de respuestas que ahora presentamos de manera sintética, voces, múltiples voces de jóvenes que se sienten vulnerados por la violencia que se vive en las calles, voces de jóvenes que dicen sentirse seguros y protegidos en el campus universitario y, en general, en ambientes que les resultan familiares.

Atrás de esta breve síntesis se encuentran muchas historias de robos, asaltos, injusticias diarias, extorciones, violencia de género, individualismo, corrupción, discriminación, etc., pero también subyacen muchas historias de acciones y narrativas donde los jóvenes se colocan como actores sociales con deseos de que este tejido social lastimado pueda retejer sus fragmentos en alternativas de mejor vida, motivados por lo individual, por el agravio sufrido por familiares o preocupados por los que menos tienen.

Presentamos algunos resultados.

¿El tejido social mexicano esta fracturado?

“Fracturado, débil, con huecos”, alumno de Ingeniería Financiera

“Sí creo que se encuentra quebrantado, ya que cada vez es más notorio que las personas viven inmersas en la competitividad entre unos y otro”, alumna de Arquitectura

La mayoría de los estudiantes encuestados perciben que el tejido social en nuestro país está roto.

Nota metodológica: Encuesta aplicada a 724 alumnos de licenciatura entre el 24 de enero y 10 de febrero de 2017. Los valores suman la apreciación de los estudiantes de 1 a 5 sobre las opciones.

 

“¡Gobernantes, crimen organizado y ciudadanos: principales responsables de los problemas sociales y la violencia!”

 

“Noto la fractura social) en toda la sociedad más desprotegida y en la corrupción e impunidad que existe en el país”, alumno de Ingeniería Industrial

 

De acuerdo con los resultados de la encuesta aplicada a 724 estudiantes de licenciatura de ITESO, en su opinión valoran con mayor calificación como los principales responsables de los problemas sociales y la violencia en México al crimen organizado, los gobernantes y los propios ciudadanos en ese orden. Sin embargo, el sistema económico y las policías tienen, en la percepción de los alumnos, responsabilidad en la problemática social.

 

“Los ciudadanos y los gobernantes, los principales responsables de resolver la situación de violencia”

 

“Somos la nueva generación y tenemos el poder de hacer cambios en lo que queramos, debemos de organizarnos para combatir la injusticia y violencia y así, crear un ambiente mejor para las generaciones siguientes”, alumna de Ingeniería Industrial

 

En la opinión de los estudiantes encuestados en ITESO, somos los ciudadanos y los gobernantes principalmente quienes debemos asumir la responsabilidad de resolver los problemas y situación de violencia que nos aqueja como sociedad. Sin embargo, otros actores tienen parte de responsabilidad como la propia universidad, las policías y las ONG’s.

¿Has sufrido algún tipo de violencia o injusticia?

“He vivido de manera cercana la violencia, observando casos de intimidación por hijos de narcotraficantes hacia amigos míos”, alumno de Arquitectura, Morelia

La mayoría de los estudiantes contestaron que “sí” han sufrido algún tipo de violencia o injusticias.

“Injusticias, robos, discriminación, corrupción… toda una gama de violencias”

Analizando las respuestas de la pregunta ¿has sufrido algún tipo de violencia o  injusticia? Resultaron diez categorías las cuáles se tomaron en cuenta para graficar los datos.

A continuación se muestran las categorías resultantes de las respuestas que compartieron los alumnos.

 

 

“¡No es justo!”

“Entró un grupo de soldados a mi casa para un ‘cateo’ y lo único que hicieron fue robarnos distintas cosas del hogar además que atentar contra la privacidad que teníamos en la casa. Además que a mí y a mi hermano nos apuntaron con armas”, alumno de Ingeniería en Biotecnología

El 18% de estudiantes encuestados hicieron mención a situaciones de “injusticia” frente a la pregunta ¿Qué experiencias has vivido en los últimos tiempos de injusticia y/o violencia? Hay énfasis en el abuso de poder por parte de autoridades policiacas, en la desigualdad social, en particular en la diferencia entre ricos y pobres y en la violación de derechos civiles por tráfico de influencias, corrupción y mal manejo de las leyes.

 

“Todos somos iguales pero hay unos más iguales que otros”

«Me ha tocado ver mucho racismo y desprecio hacia aquellas personas que son diferentes, ya sea por su color, nivel económico, preferencia sexual, religión”, alumno de Ingeniería Electrónica

Se puede observar que en la gráfica hubo mayor mención en torno a la discriminación de género, en segundo lugar encontramos la discriminación por apariencias, que tiene que ver con vestimenta, color de piel, etc., y en seguida aparece la relacionada con las diferencias de clase social.

¡La vialidad está cada vez peor!

“Me ha pasado de todo, pero lo último más destacado es un claro caos en cultura de vialidad en la ciudad, en la que los conductores, peatones y demás no respetan al prójimo y solo piensan en ellos y cómo sacar ventaja a pesar de cualquier rompimiento a la ética y la ley. Reflejando así­ la fractura en el tejido social de México”, alumna de Mercadotecnia

 

En relación a la vialidad como problema sobresalen tres respuestas: en primer lugar la que tiene que ver con “mala vialidad”, que corresponde a las excavaciones, a los arreglos de López Mateos y en particular al impacto en el tráfico; en segundo lugar aparece el tema de “las mordidas” y en tercer lugar “la agresividad al manejar”.

Han aumentado los asaltos

Hace dos años asaltaron a un familiar fuera de una tienda y se hizo la denuncia, que sirvió para muy poco porque no se recuperó nada del asalto, alumno de Psicología

“Cuando te roban se llevan más que tus bienes materiales”

“Ver la cantidad de dinero que se gasta en tonterías cuando mucho de lo invertido en negocios o mercadotecnia, puede ser utilizado para ayudar a las personas más necesitadas será toda la diferencia, para mí eso es robar”, alumna Publicidad y Comunicación Estratégica

¡No normalicemos la violencia de género!

“He vivido acoso en las calles y a veces estamos tan acostumbrados que no nos damos cuenta que entre mi grupo de amigos hay una injusticia por ser mujer, comentarios en donde me hacen menos, como: ‘no tú eres mujer tú no puedes opinar’”, alumna de Ingeniería en Alimentos

 

En esta gráfica se muestran los datos obtenidos de la encuesta con referente a la categoría de violencia de género, por lo que se puede observar el 28% corresponde a la violencia verbal seguido con un 24% de no respeto.

¿Cómo enfrentaron los y las estudiantes experiencias de violencia o injusticia y a qué personas acudieron?

De los 283 estudiantes (40%) que mencionan que buscaron ayuda cuando estuvieron en situaciones de violencia, la mayoría menciona que recurrió a personas de confianza como familiares, padres (28%)  y amigos o compañeros (20%).

¡No porque pidas ayuda vas a recibir respuesta satisfactoria!

No hay relación directa entre acudir a alguien para solicitar ayuda en alguna situación de violencia y que el problema se resuelva. De los 470 alumnos que pidieron apoyo, sólo el 5.7% resolvieron el asunto.

¡Los policías y los delincuentes muchas veces son los mismos!

Los estudiantes que mencionan no haber acudido con autoridades policiacas manifestaron desconfianza, miedo o consideran que están involucradas en las problemáticas.

“Desgraciadamente es difícil enfrentarse a la ‘autoridad’ y sabes que las consecuencias te pueden perjudicar, por lo que primero es analizar si enfrentarla me traerá cosas peores o si puedo hacer algo al respecto. Una vez sí me quejé de un tránsito de Vialidad, pero no hubo respuesta alguna”, alumna de Psicología

“Tengo conciencia de a quién podría atender; pero lamentablemente sé también que «ellos» son los mismos que cometen las injusticias, es una falacia”, alumno de Arquitectura

Existe una percepción de desconfianza hacia los cuerpos policiales, otros dicen que sí acudirían pero con desconfianza. Todo es esto nos indica la percepción que tienen los jóvenes con respecto a la seguridad que los policías deben de garantizar, muchos estudiantes se acercan con precaución a las propias autoridades, y esto les llega a generar sentimientos de desconfianza.

 

 “Frustración, impotencia, miedo o coraje… son emociones que aparecen ante situaciones de violencia”

Sobre las emociones que acompañaron a algún evento violento, predominó la reacción con miedo, que representa el 21% de los estudiantes y considerándose la categoría más grande de este apartado.

“Al principio se intenta hacer de todo, pero después te das cuenta que a los que recurres funcionan de la misma manera que los que provocaron la situación, así que al final mejor es dejar de nadar contra la corriente en esta sociedad que se encuentra podrida desde el interior”, alumno de Mercadotecnia.

¿Valdrá la pena quejarse?

Como se muestra en la siguiente gráfica la categoría que obtuvo mayor porcentaje con un 23% fue la de ignorar la problemática seguida de la categoría “no se puede hacer nada”, con un 18%.

Las y los jóvenes dicen no haber actuado por distintas causas:

“Solo no me hago parte de esa discriminación, algunas veces me quedo callado y me retiro otras veces defiendo a estas personas”, estudiante de Arquitectura

“Si, pues cuando hay alguna situación que afecta me quedo callado”, estudiante de Psicología

 

¿Qué hacen los estudiantes itesianos para reconstruir el tejido social?

“Constantemente tengo en mente no contribuir al problema”, alumno de Gestión Cultural

“Si en mis manos está el ayudar a alguien de cualquier manera posible, lo hago”, alumna de Arquitectura

“He participado en varias marchas y siempre he ido acompañada con alguna amiga”, alumna de Comunicación y Artes Audiovisuales

“Creo que hay muchas formas de contribuir a la solución empezando por ser consciente de esto. Pero he sido voluntario en un par de ONG”, alumno de Comunicación y Artes Audiovisuales

El 39% de los estudiantes encuestados dijeron haber participado en alguna acción para contribuir a la reconstrucción del tejido social, mientras que el 61% restante dice no haberlo hecho.

La participación se distribuye entre acciones espontáneas y de carácter asistencial y coyuntural, (que ocupa el primer lugar de las expresiones), en segundo término se expresan cambios a nivel individual que se refieren a actitudes o puesta en práctica de valores personales y, en tercer sitio a proyectos de iniciativa personal o a través de sus Bachilleratos o de la Universidad.

“La fractura el tejido social ante nuestro actuar cotidiano”

Poco más de la mitad de los estudiantes encuestados (55%) consideran no haber contribuido a la fractura del tejido social; mientras que la otra mitad se reparte entre quienes reflexionan si haber propiciado su fractura a través de su actuar cotidiano; quienes consideran que algunas veces sí pudieron haber contribuido, quienes no lo saben o quienes relatan formas en que se puede aportar para su mejoramiento.

“No inculco la violencia ni abuso. Si lo veo intento hacer algo”, alumno de Ingeniería Química

“Creo que no [contribuyo a su fractura], trato de ser responsable de mis acciones, por lo tanto me importan los demás, tanto como mi bienestar como el de ellos”, alumna de Educación

“El tejido social se rompe al pensar en nuestro propio beneficio”

La mayoría de los estudiantes (65%) que consideraron haber contribuido en alguna medida a la fractura del tejido social que hoy observamos, se refiere al “individualismo” en términos de la indiferencia, el desinterés, la apatía, ver solo por el propio beneficio e interés, o pasar por alto el bien común. Le siguen las expresiones sobre “no hacer nada” y “discriminar” a otros.

“Desafortunadamente sí [contribuyo a la fractura del tejido social], con la desconfianza en mis semejantes y la falta de capacidad para establecer lazos de calidad en mi comunidad”, alumno de Gestión Pública y Políticas Globales”

“[Contribuyo] a veces, con comentarios de mal gusto, racistas o a veces discriminatorios. Pero siempre en un círculo social de confianza”, alumno de Diseño

 

Multiplicidad de hilos

La voz predominante de los participantes alude a que el tejido social de nuestro país se encuentra fracturado. Para la mayoría de las y los estudiantes encuestados, tanto las soluciones para la reconstrucción del tejido social, como las acciones que provocan su fractura, están puestas en acciones inmediatas o en las omisiones ante personas que necesitan ayuda, así como en el plano individual a nivel actitudinal y valoral.

Ayudar al otro ante una situación emergente no es una solución para reconstruir un tejido social roto sino una condición primaria. Lo anterior a ello es pensar en el otro, no sólo como individuo sino como comunidad. Pensarnos como cuerpo de personas que sólo entretejidas podemos vivir y vivir bien.

Hablar de tejido social, es pues, imaginar una multiplicidad de hilos que se tejen y se rompen desde una multideterminación de circunstancias, donde todos nos vemos afectados y todos afectamos; por lo tanto frente a este lastimado país, frente a la violencia diaria y frente a las decisiones de gobierno que ensanchan las inequidades, todos somos corresponsables, aún que guardemos silencio, aún que nos instalemos en nuestra zona de confort, aún que no hayamos sido suficientemente afectados.

El buen convivir, bajo condiciones culturales, estructurales y ambientales óptimas, es la tarea que hoy se nos encomienda. Pensemos cómo trabajarlo.