Proteger este vínculo no es sólo un derecho fundamental, sino una necesidad esencial para la salud mental y emocional de las futuras generaciones

Por María Gabriela Arreola Martín

El vínculo entre una madre y su hijo es una de las relaciones fundamentales en el desarrollo humano. Desde el nacimiento este lazo proporciona seguridad emocional, estabilidad y una base esencial para el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño. La separación materna, ya sea por causas forzadas como la violencia vicaria o por decisiones judiciales erróneas, puede causar efectos psicológicos profundos y a largo plazo en la vida del menor.

 

La teoría del apego y la separación materna

John Bowlby, pionero en la teoría del apego, afirma que los niños desarrollan un vínculo primario con su madre o cuidador principal, lo que influye en su bienestar emocional y su capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro. Según Bowlby, la separación prolongada de la madre en etapas tempranas puede generar angustia, ansiedad y trastornos en el desarrollo emocional.

Mary Ainsworth, a través de su experimento de la “situación extraña”, demostró que los niños con apego seguro muestran confianza y estabilidad emocional, mientras que aquellos con apego inseguro —producto de separaciones o negligencia— presentan ansiedad, dificultades en la regulación emocional y problemas en la interacción social.

 

Efectos psicológicos de la separación materna

Diversos estudios han evidenciado que la separación materna puede tener consecuencias significativas en la salud mental de los niños. Algunos de los efectos más relevantes son:

  • Ansiedad por separación: los niños separados de su madre pueden experimentar angustia intensa, temor al abandono y una sensación de inseguridad constante.
  • Depresión infantil: la falta del vínculo materno puede generar tristeza profunda, falta de interés en el entorno y baja autoestima.
  • Problemas de apego: la ausencia materna puede provocar dificultades para establecer relaciones saludables con otras figuras de autoridad y con sus pares.
  • Regresión conductual: niños que experimentan separación abrupta pueden manifestar comportamientos regresivos, como volver a mojar la cama o chuparse el dedo.
  • Estrés postraumático: en casos en los que la separación ocurre en un contexto de violencia, los niños pueden desarrollar síntomas de trauma, incluyendo pesadillas, hipervigilancia y dificultad para concentrarse.
  • Problemas en el rendimiento escolar: la inestabilidad emocional causada por la separación puede afectar la concentración y el aprendizaje del niño.

 

La importancia del vínculo materno

El papel de la madre en la vida del niño es fundamental no solamente en el plano emocional, sino también en su desarrollo neurológico. Las interacciones tempranas con la madre estimulan el desarrollo cerebral, fomentan la empatía y fortalecen la capacidad de resiliencia ante el estrés.

El contacto físico, el tono de voz materno y la mirada amorosa contribuyen a la regulación emocional del niño, ayudándole a interpretar el mundo de manera segura. Separarlo de su madre sin justificación puede generar un vacío emocional difícil de suplir, afectando su identidad y su sentido de pertenencia.

 

Marco normativo y derechos de los niños

El derecho de los niños a mantener un vínculo estable con su madre está reconocido en tratados internacionales y legislaciones nacionales. La Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU establece en su artículo 9 que los Estados deben garantizar que los menores no sean separados de sus padres contra su voluntad, excepto en circunstancias excepcionales en las que su bienestar esté en riesgo.

En México, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes reconoce el interés superior del menor como principio rector en todas las decisiones judiciales y administrativas que les conciernen. Sin embargo, en la práctica, muchos niños son alejados de sus madres injustificadamente, en ocasiones como consecuencia de estrategias de manipulación dentro del sistema judicial.

La separación materna injustificada es una forma de violencia contra la infancia con repercusiones profundas en el bienestar de los niños. Es decisivo que el sistema de justicia actúe con base en evidencia científica y en el principio del interés superior del menor, evitando decisiones que generen daños irreparables en el desarrollo emocional y psicológico de los niños. La protección del vínculo materno no es sólo un derecho fundamental, sino una necesidad esencial para la salud mental y emocional de las futuras generaciones.

María Gabriela Arreola Martín estudia la licenciatura en Derecho en el ITESO. Este artículo es parte de la investigación «Violencia vicaria en el Área Metropolitana de Guadalajara, análisis jurídico y barreras en el acceso a la justicia» que se lleva a cabo en el PAP «Mirar la ciudad con otros ojos» en el ITESO, Primavera 2025.