En el ITESO, como en el resto de Jalisco, la Ley de Protección contra la Exposición al Humo de Tabaco prohíbe el uso de dispositivos electrónicos en lugares públicos no asignados
Desde septiembre del 2020, la Ley de Protección contra la Exposición al Humo de Tabaco para el Estado de Jalisco incluye el uso de los dispositivos electrónicos. Es decir, las mismas restricciones que se señalan para el consumo de cigarrillos en lugares públicos aplican para la utilización de los mejor conocidos como “vapeadores”.
Por hallarse en territorio jalisciense, el ITESO está sujeto a esta normativa. Esto significa que, más allá de las reglas que se puedan establecer en la Universidad, hay una ley que se debe cumplir.
De acuerdo con Juan Jorge Hermosillo Villalobos, Procurador de los Derechos Universitarios de esta casa de estudios, en el artículo 12 de esta ley estatal se contempla a los dispositivos electrónicos cada vez que se menciona la emisión de humo de tabaco, tal como está redactado: “Se prohíbe fumar, consumir o mantener encendido cualquier producto del tabaco o cualquier dispositivo electrónico similar que contenga o no nicotina”.
En conclusión, en el ITESO está prohibido el uso del “vapeador”, con o sin nicotina, fuera de las áreas designadas para fumar dentro del campus. Tanto profesores como alumnos y personal que labora en la Universidad pueden usar estos dispositivos, pero con las mismas restricciones que hay para el uso del tabaco. Los menores de edad no pueden fumar ni hacer uso de vapeadores en ningún lugar ni en ninguna circunstancia.
El académico explicó que actualmente hay tres documentos legales que hablan sobre el tema: una ley federal, una estatal y un reglamento, también federal. En la única que se menciona como tal a estos dispositivos es en la Ley de Protección contra la Exposición al Humo de Tabaco para el Estado de Jalisco. En lo federal no está redactado de forma específica.
En contraparte, tanto en la ley estatal como en la federal se detalla que en un lugar del tamaño del ITESO, aunque sea denominado como “espacio libre de humo de tabaco”, puede haber también sitios asignados para fumar o “vapear” sustancias legales como la nicotina.
Los múltiples peligros de los vapeadores
Meses atrás, Francisco Javier Morones Bretón, coordinador del Servicio Médico de esta casa de estudios, aseguró que en general los efectos negativos de “vapear” no son muy distintos de los que provoca fumar tabaco. Sin embargo, inhalar lo que sale de estos aparatos representa un peligro extra: “Sabemos que fumar tabaco provocará un daño, pero de forma lenta y a muy largo plazo. Al ser un dispositivo electrónico, el ‘vapeador’ puede sobrecalentarse con solo dos o tres fumadas y producir lesiones pulmonares agudas graves. También puede fallar y explotar en la cara del usuario, y llevarlo a terapia intensiva, como ya ha sucedido”.
Cuando se habla de “vapear”, las personas se imaginan que aspiran vapor de agua que no tendría por qué causar algún padecimiento. Sin embargo, lo que estos aparatos producen al calentar el líquido que se les coloca no es vapor, sino aerosol: “Los aerosoles son partículas más pequeñas que alcanzan fácilmente las estructuras pulmonares llamadas alvéolos, que es donde se intercambia el oxígeno en la sangre y eso, a la larga, es peligroso. Está demostrado que esta sustancia tiene contenidos tóxicos. Se han identificado hasta 31 componentes en estos aerosoles, entre las que están el cadmio, el níquel y el plomo”.
El estudio “Factores asociados a la frecuencia de uso de los cigarrillos electrónicos en estudiantes de secundaria”, realizado en 2020 por el Instituto Nacional de Salud Pública, destaca que 10 por ciento de los consumidores de los dispositivos se acercaron a éstos alrededor de los 12 años de edad.
Un reporte de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, de 2019, habla de que aproximadamente 2 mil 500 pacientes estuvieron hospitalizados por el uso de cigarrillos electrónicos, la mayoría adultos jóvenes y adolescentes.
FOTO: Luis Ponciano