El ITESO es una de las instituciones que forman parte del Nobi Bajío, iniciativa del Conacyt que tiene la intención de crear soluciones a problemas de la comunidad.

POR GUSTAVO ABARCA

Un equipo de investigadores desarrolla una vacuna y consideran adecuada para las vacas, a tal grado que ya han publicado textos en los que defienden sus supuestos y hallazgos.

Sin embargo, van a diferentes poblaciones de la entidad y de otros estados, entrevistan a ganaderos y en el proceso de validación de su trabajo se encuentran con la novedad de que su invento ataca de raíz problemas de salud de los porcinos y no para los vacunos.

Esta situación da pie a que el equipo cambie la orientación de su trabajo inicial y se enfoque en crear una nueva medicina para porcinos, a partir de microalgas, y a un costo inferior al de las existentes en el mercado.

Casos similares al mencionado pueden suscitarse en la etapa de trabajo de equipos de las instituciones que participan en los Nodos Binacionales de Innovación (Nobi) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En esta iniciativa se trabaja con la metodología I-Corps, desarrollada por la National Science Foundation (NSF), el equivalente estadounidense al Conacyt de México.

En el país se impulsan cinco nodos binacionales organizados por regiones. En el Nobi Bajío, coordinado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), unidad Irapuato colaboran instituciones de Guanajuato, Michoacán y Jalisco, una de ellas es el ITESO.

Las demás instituciones que forman parte del nodo son: el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, AC (Ciatej), el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat-Guanajuato), el Instituto Tecnológico Superior de Irapuato (ITESI), el Instituto Tecnológico de La Piedad (ITLP), la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad León de la UNAM (ENES-UNAM).

El objetivo de cada uno de los nodos es que las instituciones participantes impulsen la innovación y el emprendimiento de base tecnológica mediante la realización de proyectos que resuelvan necesidades concretas de la región.

Metodología basada en la experiencia

El trabajo en los Nobi “se hace mediante un programa llamado I-Corps, ideado por la NSF de Estados Unidos, que tiene la finalidad de dinamizar la solución de problemas relevantes por parte de la comunidad investigadora”, explica Óscar Fernández, director del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint), área desde el cual el ITESO participa en la iniciativa.

La metodología consiste en la creación de equipos de tres personas (un investigador principal, un líder emprendedor y un mentor de negocios) que trabajarán durante siete semanas en una comunidad para validar si la investigación o tecnología que desarrollan tiene un impacto en la sociedad, soluciona un problema y puede ser comercializable posteriormente.

En el caso del Nobi Bajío, los equipos pueden validar sus investigaciones o tecnologías en cualquier sitio de la república mexicana.

“Los equipos pueden ser integrados por alumnos de licenciatura o posgrado, profesores de tiempo variable, académicos de tiempo completo y personal de la universidad. Algún externo como un empresario egresado puede fungir como el mentor de negocios”, explicó Fernández, quien agregó que normalmente los académicos de tiempo completo son los que fungen como los expertos en la tecnología que se busca validar.

Los equipos de trabajo contarán con el apoyo en línea, mediante el software que se utilizará para esta labor, de investigadores certificados en la metodología I-Corps. También pueden crearse equipos entre los diferentes centros de investigación o universidades que forman parte del nodo binacional. Otros recursos con los que contarán los equipos son la licencia del software que utilizarán y transporte y hospedaje en Irapuato para su asistencia a las etapas de lanzamiento y clausura de la Cohorte 2017, que se llevará a cabo del 31 de julio al 2 de agosto y del 20 al 22 de septiembre, respectivamente.

Son diferentes los ámbitos en los que los trabajos pueden insertarse, por ejemplo, habrá quienes quieran validar una nueva forma de separación de residuos o desarrollar una aplicación. En fin, se trata de atender una necesidad que no haya sido atendida en un contexto determinado, añade Fernández.

Los resultados de los 30 proyectos que sean seleccionados, que se presentarán del 20 al 22 de septiembre, deben incluir cuestiones como “si hay gente interesada en la tecnología que se desarrolla, si existe un problema al que se le da solución y qué posibilidades tiene la tecnología de incursionar en el mercado”, destaca Fernández.

La convocatoria para inscribir proyectos cierra el 16 de junio próximo.

Para más información sobre el Nobi Bajío puede ingresar a http://nobibajio.org/, y para conocer más sobre el proceso de inscripción de un proyecto desde el ITESO, puede escribir a ofdez@iteso.mx.