El 31 de julio, día de San Ignacio, comenzó el proyecto educativo del ITESO. A 62 años de fundación, la comunidad universitaria renovó voluntades para que, como Loyola, contemplemos en la acción la solución de los retos que aquejan nuestro entorno

“Celebrar a San Ignacio es vivir su memoria, su espiritualidad y su método de entusiasmar a tantos hombres y mujeres que han sido capaces de salir de la monotonía y superficialidad de sus vidas para encontrar una pasión que les dé razón para vivir y morir”. Con esas palabras José Martín del Campo, SJ, abrió la homilía realizada el 7 de agosto, pocos días después del 31 de julio, para celebrar a San Ignacio de Loyola, el hombre que detonó el proyecto educativo más grande de la historia, del que forma parte el ITESO.

La fecha no fue una casualidad, sino una elección. Un puñado de familias, empresarios y jesuitas prefirieron el Día de San Ignacio, el 31 de julio, como fecha oficial de arranque de su proyecto universi-tario para la región: la creación de un instituto de educación superior que formara, con calidad académi-ca, a profesionales para transfor-mar su realidad por una más justa, fraterna y democrática.

Desde entonces, han pasado 62 años y la universidad mantiene en sus acciones la visión de sus fundadores. El Rector Luis Arriaga Valenzuela, SJ, encabezó la ceremonia y recordó la capacidad del santo patrono jesuita de responder con creatividad a los retos del mundo, “nos enseñó que la contemplación llega a su plenitud con la acción y no basta quedarnos en la reflexión seria y profunda”.

La mística de Ignacio de Loyola, explicó, es el ejemplo a seguir para lograr “el ITESO que queremos construir”. Próximo a cumplir un año como Rector del ITESO, Luis Arriaga, SJ, agradeció el recibimiento y apoyo por parte de los equipos de la universidad y reiteró su interés por reforzar la calidad académica, incrementar los programas de internacionalización y aprecio por la diversidad cultural, así como por vincular al ITESO con el entorno social, siempre bajo la mística ignaciana.

El reto de ser auténtico

“San Ignacio nos invita a construirnos. Él sabía perfectamente que solo reformando a la persona se puede reformar el mundo”, dijo José Martín del Campo, SJ, e invitó a quienes integramos la comunidad universitaria a reconocernos como personas auténticas y verdaderas, tal como lo hizo el fundador de la Compañía de Jesús.

Para el jesuita Martín del Campo, SJ, la comunidad del ITESO deberá seguir trabajando para ser y formar personas que compartan sus vidas “no sólo desde la ciencia, sino también desde la virtud”.

La eucaristía fue concelebrada por los jesuitas Rubén Corona, Luis Octavio Lozano, Gerardo Valenzuela, Javier Escobedo Conde, Javier Martínez, Alfonso González Valencia, Arturo Reynoso, Salvador Ramírez y Virgilio Suira, y acompañada por el coro integrado por escolares jesuitas que estudian la carrera de Filosofía.