Hace apenas unas semanas regresó de su intercambio en Indonesia, un archipiélago cuya superficie es similar a la de México, pero que tiene más de 220 millones de habitantes. Flor Becerra, estudiante de Comercio y Negocios Globales, narra su experiencia en la multicolor nación asiática. La manera de vivir, hacer negocios, producir y educar de un continente en constante crecimiento, atrajeron la atención de Flor Becerra, quien tomó un avión y se fue de intercambio a Indonesia
Fue un semestre de vivir, estudiar y adentrarse en la cultura milenaria de uno de los países más habitados del planeta, musulmán mayoritariamente, dueño de míticas islas como Java, Sumatra o Bali y uno de los polos más activos en la industria textil a nivel global: Indonesia.
Flor Becerra estudia Comercio Internacional en el ITESO, así que un país que manufactura ropa para diversas marcas, que es uno de los principales exportadores de petróleo y gas, que cuenta con una enorme variedad de recursos naturales y que continuamente recibe apoyos económicos de su vecina China, parecía un destino ideal para alguien de dicha carrera.
Cuando pensaba en realizar un intercambio, Asia siempre estuvo en su mente, pero no los países “típicos”, como Japón, China o Singapur, así que, a pesar de algunas dudas, tomó rumbo hacia la capital de Indonesia: Yakarta, una megaurbe con más de 8 millones de habitantes, donde se topó con gente muy cálida, similar a la de México.
“En mis clases platicábamos mucho sobre la situación de Asia, de la producción de Malasia e Indonesia, de las maderas, la importación y la exportación. Yakarta es una ciudad muy diversa, siempre está pasando algo”
“Fue muy rápido acomodarme, aunque al tercer día sí decía: ‘¡Qué hago aquí!’, pero después conocí gente”. Cuando se paró por primera vez en el campus de la Universidad de Binus, Flor enriqueció sus conocimientos sobre las actividades y procesos comerciales en aquel continente.
“En mis clases platicábamos mucho sobre la situación de Asia, de la producción de Malasia e Indonesia, de las maderas, la importación y la exportación. A mí siempre me interesó la importación y exportación de muebles… Empiezas a tener más contactos, si necesitas información de esos países le hablas a algún amigo y le preguntas. Te vas abriendo caminos con los intercambios”, añade.
En la tierra del dragón de Komodo
Además de los aprendizajes académicos, los intercambios suelen tener mucho más por enseñar. Ella aprendió algunas de las costumbres de Indonesia y también las de otros jóvenes de la universidad. “Siempre vas a encontrar gente de todas partes, de India, Colombia, Holanda, Australia, Inglaterra, Francia”, todos atraídos por un país diverso, hogar de distintas culturas y religiones, de vegetación y fauna exótica, por ejemplo el dragón de Komodo o el rinoceronte de Java, especies que no viven en ningún otro lugar.
Durante el semestre que vivió en Yakarta tuvo la oportunidad de disfrutar y conocer varios destinos de un país que fue duramente golpeado por el tsunami de 2006, y lo hizo al lado de otros estudiantes de intercambio de su universidad, con quienes visitó Bali o Lombok… Aunque lo que más le gustó, sin duda, fue la capital.
“Es una ciudad muy diversa, siempre está pasando algo, y si quieres naturaleza te vas a las islas de alrededor donde encuentras cascadas, volcanes, montañas, ríos. Es una ciudad que lo tiene todo”. El viaje, finalmente terminó.
“A veces extraño la vida de allá, pero aprendes que todos los países son diferentes, son maneras diferentes de divertirte, de aprender. Regresé y tengo más tolerancia, soy más paciente”, apunta.
Después de estar un semestre lejos de México, Flor no duda en recomendar los intercambios. “Es un semestre que dices ‘a lo mejor me atraso [con la materias]’, pero al contrario, no pierdes nada con irte, aprendes muchísimo, en especial si es un lugar lejos de donde vives”.
¿Estás pensando en irte de intercambio? Ingresa a intercambios.iteso.mx e infórmate sobre los múltiples destinos que te ofrece el ITESO. Texto Brenda Galindo Fotos Luis Ponciano/Cortesía Flor Becerra