Sarah Obregón, recién nombrada directora del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano habla de los retos que tiene ante sí.

“Otra manera de ser mujer: ni madre, ni esposa, ni monja, sino trabajadoras y estudiosas”
Mujeres, Casas y Ciudades. Más allá del Umbral, de Zaida Muxi Martínez 

 

De niña subió a los trascabos que realizaron obras hidráulicas a las afueras de Guadalajara. Vio cómo los trazos que arquitectos plasmaban en papel se materializaban en distintos puntos de la ciudad. Estuvo en la inauguración de obras como el paso a desnivel de La Minerva. La profesión de su papá, ingeniería civil, la llevó a conocer la Zona Metropolitana desde sus calles, su infraestructura y sus grandes proyectos.  

A grandes pinceladas, así recuerda Sarah Obregón Davis su infancia y el despertar de su curiosidad por la ciudad.  

Para la hoy directora del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), “la posibilidad de hacer más femeninas las ciudades tiene un encanto, porque son ciudades más amigables, más cercanas y más cuidadas y explica que las mujeres diseñan pensando en los niños, en las personas de la tercera edad.  

Este es el cambio que Sarah Obregón destaca entre los que ha tenido la arquitectura desde que estudió la licenciatura en el ITESO: “por supuesto que han cambiado los materiales y el tema de la movilidad en las ciudades, han cambiado muchos aspectos, pero esa parte me gusta. Cuando doy clases y veo a tantas alumnas ahí me da mucha curiosidad saber qué van a hacer, sus proyectos, conocer ese complemento que hacía falta en la Arquitectura”.  

Hablas de la emoción que te provoca dar clases, ¿en dónde radica esa ilusión?  

En poder transmitirles una pasión a las y los estudiantes. Soy más urbanista y transmitirles la maravilla de leer una ciudad con otros ojos me ilusiona mucho, que vivan la ciudad y que sepan lo que pueden cambiar, esa posibilidad de entender con otra mirada algo que están acostumbrados a ver cotidianamente. Eso me ilusiona mucho.  

Cuando ves a la ciudad, hoy después de haber estado en la inauguración de obras como el paso a desnivel de La Minerva, ¿qué percepción tienes de la ciudad?, ¿hacia dónde vamos? 

Las ciudades tienen una dinámica propia, van evolucionando. Hay obras como las que me tocaron cuando estaba en el Ayuntamiento, por ejemplo, el proyecto de Chapultepec, que con el paso del tiempo van cambiando el entorno y provocan sensaciones diferentes en otros usuarios. Es un buen proyecto cuando la gente lo usa como propio.  

Hay contextos, tanto sociales como económicos y políticos, en los que había que resolver un tema vial y hoy ya nos dimos cuenta de que tenemos que empezar a mejorar la movilidad de bicicletas y peatones. Esta posibilidad que tiene la ciudad de ir mejorando o ir corrigiendo errores es muy noble 

Creo que no siempre se han tomado buenas decisiones, ha habido situaciones de intereses particulares que afectan a la ciudad, pero también hemos podido revertirlas y cambiar la tendencia. A la mejor por eso me ilusiona tanto dar clases porque sé que estos arquitectos van a estar en puestos públicos o van a tener sus despachos o podrán participar como ciudadanos diciendo por ahí no, eso beneficia a unos, pero lo que se haga en la ciudad tiene que ser un beneficio para todos hay que decidir por el bien común. 

A partir de esta situación de la pandemia la manera en que tenemos que rediseñar las ciudades tiene otros parámetros en la cuestión de seguridad, de poder utilizar espacios públicos inclusive por salud física y mental. Estas condiciones nos replantean una propuesta de rediseñar la ciudad. 

Es en este contexto de pandemia en el que Sarah Obregón asume la dirección del DHDU con la tarea de seguir trabajando en la equidad de género. 

También, sobre la formación del estudiantado y la investigación, “el departamento tiene una gran infraestructura en laboratorios, entonces nos da posibilidades de imaginar, de innovar, crear y hacer ajustes en la formación de los estudiantes en la práctica, en la investigación aplicada y en la vinculación”. 

Formación en libertad 

Sarah Obregón cuenta que tuvo grandes maestras en la vida, “mujeres con una personalidad muy fuerte y eso siempre me pareció un referente importante”, lo que la llevó a romper los patrones: “habla de mi perfil, que es muy libre, he decidido sobre mi trayectoria profesional, he apostado por viajar y por estudiar y no siempre fue fácil, pero me ha ido bien”. 

¿Quiénes fueron las mujeres que te influenciaron de esa manera? 

Muchas, empezando por mi madre y mi abuela. Me acuerdo cuando me fui la primera vez a Europa yo estaba en la carrera, me fui con unos amigos y mi mamá me dijo ‘¿pero es que cómo te vas a ir?’, y yo le contesté mamá tú te viniste de Nueva York a México ¿y ahora tú me preguntas?. Son sacos que se heredan.  

Muchas amigas también. El haber estudiado en Europa el doctorado en donde las mujeres ya estaban en otra posición frente a la vida, ante su carrera profesional, pues también vi que era posible y era además divertido ir decidiendo tu propia vida, también por supuesto que me encanta vivir en pareja, no me ha ido mal para nada, pero es otra apuesta desde una posición de decisión propia.  

¿Esa es tu brújula? 

Sí, yo creo que sí. Me acuerdo que desde chiquita cuando iba a una fiesta le decía a mi mamá tengo que ir a una fiesta y ella me respondía no tienes que ir’ y por eso me cuesta un poquito la disciplina donde es muy rígida y hay que cumplir 

En mi caso el poder decidir desde tan pequeña entre lo que quiero y no, entre lo que considero bueno y lo que no, me ayudó a tener un criterio y no fue una disciplina tajante, ni con una sola manera de hacer las cosas, sino en la posibilidad desde muy pequeña de ir decidiendo desde cómo te gusta vestirte, eso te va formando en otro espacio un espacio de libertad, de respetarte a ti misma. Me parece que sí ha sido algo fundamental para tomar muchas decisiones. 

Por supuesto que han cambiado los materiales y el tema de la movilidad en las ciudades, han cambiado muchos aspectos, pero esa parte me gusta. Cuando doy clases y veo a tantas alumnas ahí me da mucha curiosidad saber qué van a hacer, sus proyectos, conocer ese complemento que hacía falta en la Arquitectura.