Busca generar conciencia sobre el grave problema de crímenes de lesa humanidad que se cometen en México, ataques sistemáticos generalizados contra la población civil que han cobrado la vida de innumerables jóvenes
Los ecos de la matanza de estudiantes en 1968 aún resuenan, junto con los nombres de Arturo Lavín, estudiante del ITESO asesinado en 2010; de Jorge Mercado y Javier Arredondo, asesinados en 2010 en el Tecnológico de Monterrey; el de Adriana Morlett, estudiante de la UNAM, secuestrada y asesinada también en 2010; los 43 de Ayotzinapa, desaparecidos en 2014; los de Javier Aceves, Jesús Díaz y Francisco García, del CAAV, desaparecidos en 2018; los de Norberto Ronquillo, de la Universidad del Pedregal, y Leonardo Avendaño, de la Universidad Intercontinental, asesinados este 2019, y tantos otros jóvenes que forman parte de las víctimas de la violencia en México.
El Monumento Digital al Estudiante Caído, creado por la Federación Internacional de Derechos Humanos, con el apoyo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, es una experiencia dinámica que invita a los espectadores a participar de manera interactiva con casos de estudiantes víctimas de estos crímenes que ya se puede visitar en el ITESO, en la Plaza de los Cincuenta años.
El monumento es una estructura en cuya superficie una placa de mármol tiene cincelada la frase “Esto te podría pasar a ti, esto podría pasarle a cualquiera”. Sobre esta base, utilizando realidad aumentada, el monumento cobra vida en tiempo real, haciendo que el espectador se involucre en la historia.
Además de en el ITESO, otras dos estructuras se colocaron en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en CDMX, y en el Centro Cultural El Carmen, en San Cristóbal de las Casas.
Para interactuar con el monumento, cuya experiencia virtual fue desarrollada por Brinca Taller de Animación, hay que bajar la app “Monumento FIDH”, que se puede descargar de forma gratuita en Google Playstore o en Appstore de Apple.
Violencia en México: ¿Conflicto armado no internacional?
Gestionado por Alejandro Anaya, coordinador de posgrado del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos, el ITESO, en coedición con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), colaboró en la edición bilingüe del informe “La situación de la violencia relacionada con las drogas en México del 2006 al 2017: ¿Es un conflicto armado no internacional?”, con prólogo escrito por Luis Arriaga, SJ, Rector de esta casa de estudios.
Este informe es el resultado de un trabajo de la clínica de derechos humanos de la Universidad de Leiden, en Holanda, e indaga si la situación de violencia en México puede ser considerada como un conflicto armado no internacional, de acuerdo a la definición de lo que es un conflicto armado no internacional en el derecho internacional humanitario.
“El derecho internacional humanitario define qué es una guerra o un conflicto armado, y dentro de esa discusión define qué es un conflicto armado no internacional sino una guerra interna. Es una definición jurídica muy específica que tiene sus criterios: Para que una situación de violencia pueda ser considerada, de acuerdo al derecho internacional humanitario como un conflicto armado no internacional, tiene que cumplir con estos requisitos”, indica Anaya.
El informe examina la situación de violencia en México a la luz de esa tipología jurídica para constatar si se trata o no de un conflicto armado no internacional.
El informe, muy bien documentado, ofrece mucha evidencia y tiene un argumento muy sustentado y muy sólido, y abona a una discusión que es necesario tener para comprender y nombrar la situación por la que está atravesando el país.
“No hay un acuerdo entre los actores de la pertinencia de usar este tipo de lenguaje de ‘conflicto armado no internacional’, porque de alguna manera eso implica estar de acuerdo con el lenguaje de la guerra contra las drogas que en su momento tuvo Calderón, y quizá por lo tanto argumentaba que como es una guerra, el único que la puede enfrentar es el ejército. Todo es polémico, ¿no?”, menciona Anaya.
“Hay actores de sociedad civil que no les gusta este tipo de argumentos porque ellos interpretan que hablar en esos términos implica decir que sí es una guerra y que por lo tanto necesitamos que el ejército sea el actor del estado que lo enfrente”.
Este libro es una contribución del ITESO al debate sin tomar una postura definida, ya que la institución no tiene una opinión técnico-jurídica para decir que sí, que el informe tiene la razón o no la tiene. El informe representa de manera seria, sistemática y bien fundamentada, una de las posturas en esa discusión.