El programa de trasplantes y la vida de las personas con enfermedades renales crónicas (ERC) depende en gran medida de quienes donan en vida o después de la muerte

CARTA DE ANDRÉS ALEJANDRO LOBATO ZEPEDA
Egresado de Derecho
La historia de los trasplantes de riñón en México se cuenta desde hace poco más de cincuenta años, el primer caso exitoso fue el de Ely MorenoSierra, a quien fue trasplantado el riñón sano de su hermana Nevy en el Centro Médico Nacional. El programa de trasplantes y la vida de las personas con enfermedades renales crónicas (ERC) depende en gran medida de quienes donan en vida o después de la muerte.

Soy Andrés Alejandro Lobato Zepeda, egresado de la Licenciatura en Derecho en el ITESO, tengo veintiocho años, resido en Guadalajara y soy trasplantado renal desde el 17 de diciembre de 2017. Acabo de volver de Inglaterra, en donde participé en los Juegos Mundiales de Deportistas Trasplantados, donde obtuve medalla de bronce en los 50 metros estilo dorso.

A partir del trasplante mi vida dio un giro positivo muy importante pues es un nuevo estilo en el cual debo conjugar, alimentación, medicamento, equipo médico y desde luego familia, deporte, educación y trabajo.

Es por ello que decidí retomar mi vida en todos los aspectos y el deportivo no fue excepción, por lo que partícipe en los Juegos Mundiales de Deportistas Trasplantados, celebrados en Newcastle, Inglaterra, en agosto pasado, competencia internacional que congrega a atletas con un trasplante, ya sea de corazón, pulmones, hígado o riñón.

Por mi compromiso con la donación de órganos y desde luego, atendiendo a la gran necesidad que existe en nuestro estado de trasplantes, en donde la cultura de donación es muy pobre; hice propio el compromiso de aportar un granito de arena en este tema tan relevante en nuestra sociedad. Las cifras indican que la realidad que aqueja a la población jalisciense que padece una enfermedad renal es nada prometedora por lo que se necesita difundir más y más la cultura donación de órganos y también erradicar miedos que viven alrededor de la misma.

La prueba que me puso la vida es una que muchos tapatíos padecen por desgracia, sin embargo, existe un camino para dar esperanza a otros. Esa esperanza radica en regalar vida después de la muerte, pues de nada sirven los órganos debajo de la tierra, por el contrario, debemos regalarlos a las personas que los necesitan para una segunda oportunidad de vida.

Yo me encontraba en la etapa terminal de la enfermedad y mi vida corría peligro. Por fortuna mi hermano me dijo que él me donaba uno de sus riñones y decidí en agradecimiento y como misión hacer de mi segunda oportunidad, lo mejor de toda mi vida.

Al recibir el alta médica, regresé a los entrenamientos, a la escuela a terminar mi especialidad y desde luego ejercer mi profesión como abogado. Un trasplante no es una limitante, al contrario, quienes estábamos en etapa terminal podemos reintegrarnos a la vida, desde todos los ámbitos, pues la prueba es que sin importar los obstáculos que la vida ponga adelante, podemos con los grandes retos, como lo fue representar a Jalisco y a México a nivel internacional obteniendo una medalla en los Juegos Mundiales de Deportistas Trasplantados.

Por tanto, ante el compromiso social que tiene el ITESO y a través de CRUCE, estimo que resulta relevante hablarles de la donación e incentivar a las personas trasplantadas, donadores y público en general que hablemos de la donación de órganos en casa, pues no sabemos cuándo vamos a necesitar de alguien más para seguir viviendo.

También quiero compartirles que no obstante las complicaciones que la vida nos ponga en el camino, siempre hay salida si existe voluntad y disciplina; además, de tener siempre de nuestro lado la presencia Dios, pues Él nos guiará para hacer las cosas de mejor manera.
La vida no se detiene en la enfermedad, la actitud positiva ante la vida y ganas de salir adelante son la clave del éxito para una vida feliz.

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