Al hacer un balance sobre el Ciclo Comunidad Solidaria 2021, el director de Integración Comunitaria del ITESO señala que es importante reforzar la colaboración entre universidad, sociedad civil y gobierno para hacer de este modelo una alternativa viable para hacer frente al modelo capitalista actual
Una de las tradiciones más arraigadas del ITESO era el Día de la Comunidad Solidaria. En el marco de dicha jornada, la universidad abría sus puertas a diferentes proyectos y se realizaban actividades para reflexionar sobre las diferentes opciones de economía social. Sin embargo, llegó 2020 y con él, la pandemia y con ella, los cambios. El primero: el día se convirtió en ciclo y se realizó en tres momentos a lo largo del año. El segundo: acorde a los tiempos, se instauró el modelo virtual y luego el híbrido, lo que permitió romper no sólo los límites de la universidad, sino incluso las fronteras. Así pues, al hacer un balance del ahora Ciclo Comunidad Solidaria se puede decir que el cambio fue positivo.
“Como todo, hay cosas positivas y áreas de oportunidad. Entre lo positivo puedo señalar que pasar del modelo de un día al de tres momentos en el año nos dio la oportunidad de hablar con más personas. Pudimos abordar más temas importantes para la universidad y cristalizar acciones de trabajo concreto. Eso es un logro significativo: que actores sociales, políticos y de las universidades jesuitas se unan para darle más impulso a la economía social y solidaria”, explica Jorge Rocha, director de Integración Comunitaria, instancia desde donde se organiza el ciclo.
En un ejercicio de autocrítica, el académico del ITESO señala que una de las áreas de oportunidad en las que es necesario trabajar es en la participación de la comunidad estudiantil. Y es que, dice, “el confinamiento ocasionó que las actividades no tuvieran el impacto esperado entre el estudiantado. Sí hubo alumnos que participaron, pero hizo falta una estrategia más acertada. Es una tarea que tenemos”.
El Ciclo Comunidad Solidaria se vivió en tres momentos, dos de los cuales atrajeron mucho la atención tanto por lo novedoso como por el impacto que tuvieron: el Reto Emprende en Colectivo que, como su nombre lo indica, estuvo dirigido a proyectos colectivos, no individuales, y la Subasta Alternativa.
Por otra parte, 2021 también sirvió para seguir avanzando en el trabajo de los Nodos de Economía Social y Solidaria (Nodess) del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) y en las iniciativas con el Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes) del gobierno federal. “Hemos generado una sinergia positiva con las universidades del SUJ y establecido una relación positiva con organizaciones de la sociedad civil y el gobierno federal. Lo más importante es que hemos visto que este modelo de trabajo se puede replicar en otras áreas, no sólo en las relacionadas con la economía social”. El modelo al que alude Jorge Rocha es el llamado de “triple hélice”, que involucra a la academia, el gobierno y la sociedad.
En la recta final del segundo año marcado por la covid-19 y con un escenario cada vez más cercano a lo que se ha dado por llamar la postpandemia, Jorge Rocha señala que la pandemia “permitió ver que las dinámicas sociales están prendidas con alfileres”. En ese contexto, agrega el académico, es una oportunidad para “ver la economía social como una alternativa sistémica. Es común ver este modelo como propio de cooperativas, pequeños productores, circuitos muy locales, pero es un modelo que es sostenible y escalable en el tiempo. La economía social puede ser una política pública y ahí está el reto: en traducir todas estas iniciativas en propuestas concretas, con presupuesto empujado desde los tres órdenes de gobierno. Es implica que desde la universidad le entremos a la negociación política para hablar con los tomadores de decisiones”.
Volviendo al tema del Ciclo Comunidad Solidaria, el director de Integración Comunitaria señala que se mantendrá el esquema de tres momentos a lo largo del año y añade que los buenos resultados de esta edición se deben a las otras instancias del ITESO, como el Centro Universidad Empresa (CUE), la Coordinación de Programas de Incidencia Social (Coincide) y el Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM). “Esta sinergia institucional hace que las cosas salgan bien”, concluye Jorge Rocha.
FOTO: Luis Ponciano