Relanzan el plan de estudios de la carrera de Ingeniería Ambiental y Tecnologías sustentables con enfoque en los Objetivos de Desarrollo Sostenible; hablan egresados de sus experiencias profesionales
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos ha proyectado que los empleos relacionados con la Ingeniería Ambiental crecerán siete por ciento durante la próxima década; una tasa más alta que el promedio de todas las ocupaciones.
¿La razón? El mundo de hoy está marcado por desafíos socioambientales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos naturales, por lo que esta disciplina juega un papel esencial no sólo en el rediseño de los procesos industriales para que sean más sostenibles y eficientes, sino también para replantear los sistemas productivos alrededor de los ciclos naturales de la tierra, bajo un enfoque de justicia ambiental.
El ITESO toma esta convicción como base para replantear la apuesta de la Ingeniería Ambiental y Tecnologías Sustentables: el nuevo plan de estudios promete adaptarse a los nuevos tiempos, alineándose con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como con otros informes especializados.
Alejandra Castellanos Márquez, coordinadora de este programa de estudios, explica que, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, las regulaciones ambientales y los objetivos de regulación de gases de efecto invernadero han impulsado una transición hacia las energías limpias y renovables. Esto, a su vez, ha generado un aumento en la contratación de ingenieros ambientales y especialistas en sostenibilidad energética.
“El crecimiento en empleos relacionados con la ingeniería ambiental se debe al aumento de las inversiones de infraestructura ecológica y de energías renovables, derivadas de los compromisos nacionales e internacionales, en conjunto con un mercado cada vez más consciente de la crisis ecológica en la que vivimos. Esto ha llevado a las grandes empresas a adoptar prácticas de sostenibilidad y economía circular”, afirma.
Este panorama, considera, ha hecho que se desarrollen posiciones para los profesionales de esta área en varios ámbitos, que pueden ir desde la consultoría especializada hasta el trabajo en entidades gubernamentales y en la industria, además de oportunidades en la investigación aplicada desde la academia y la sociedad civil.
“Decidimos abrazar estos cambios para tener una experiencia educativa que asegure que las personas egresadas se conviertan en agentes de cambio, que sean capaces de liderar equipos multidisciplinarios y movilizar comunidades locales, científicas y políticas. El plan de estudios incorpora escenarios de aprendizaje basados en proyectos, en torno a tópicos cruciales como los ciclos naturales de la tierra, la dinámica de sistemas ambientales y el desarrollo de soluciones tecnológicas, alineando este enfoque con la visión humanista, ética y única del ITESO”, explica.
Raúl Arturo García Huerta, director del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), señala que al ITESO le enorgullece ofrecer un programa que no sólo brinda una formación técnica de vanguardia, sino que también promueve valores de responsabilidad social, conciencia ambiental y compromiso con el desarrollo sostenible.
“El relanzamiento de esta carrera es mucho más que una actualización curricular: es un compromiso con la formación de profesionales poniendo su ser y quehacer, para hacer frente a desafíos de la sociedad, a la gestión de los recursos naturales, la gestión y el desarrollo tecnológico sustentable, y por supuesto, el mejoramiento de la calidad de la vida de todas las comunidades”, menciona el académico.
La ingeniería ambiental como un superpoder
El conversatorio “Ingeniería ambiental 2.0: hacia un futuro con tecnologías sustentables” fue el marco para el lanzamiento de este rediseño curricular; tuvo lugar en el auditorio D1 del campus y contó con la participación de José Pablo Ortiz Partida y Juan Sebastián Ramírez Ramírez, egresados itesianos.
Durante la charla, Ortiz Partida, ingeniero ambiental y doctor en hidrología y gestión de recursos hídricos por la Universidad de California en Davis, explicó que una de las mejores cosas de estudiar ingeniería ambiental es la experiencia de aprender sobre muchos temas, como calidad del aire y agua, manejo de agua en plantas de tratamiento y gestión de aguas residuales.
“También hay materias relacionadas a la geología, manejo de residuos, energías renovables y cambio climático; todas tienen sus bases en ciencias exactas como física, química o cálculo. Al terminar la carrera te conviertes en una persona muy útil para casi cualquier tipo de industria, porque todas siempre pueden mejorar sus procesos ambientales y reducir su huella de carbono”, explicó el también director de Innovación y Colaboración en la Oficina de Ciencias e Innovación de la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés).
Por su lado, Ramírez Ramírez, quien es ingeniero químico con área menor en ambiental por el ITESO, además de maestro en Energía y Medio ambiente por la Universidad de Yale y director de la empresa Vive Solar, de paneles, aseguró que la Ingeniería Ambiental le ha ayudado muchísimo a ordenar su mente.
“Tomar matemáticas, física, química, ecología, todas estas bases te explican cómo funciona el mundo, y tener un cerebro que entiende eso sirve para toda la vida. Es un superpoder tener una mente analítica, porque puedes predecir ciertas cosas y entender cómo funcionan”, opinó.
FOTOS: Zyan André