Itzel Aceves participó durante la carrera en diversos proyectos relacionados con literacidad infantil y aprendizaje informal. Rebeca Mejía, su mentora e investigadora del ITESO, obtuvo el premio dedicado a la Investigación y Generación del Conocimiento de la Ciencia de la Psicología, gracias a sus 30 años de trabajo.

Itzel

Los niños no solamente aprenden y se educan en la escuela o en sus clases de karate.

Investigar y reflexionar en torno al vasto cúmulo de enseñanzas, experiencias y conocimientos que los infantes obtienen diariamente en el “aprendizaje informal”, lejos del sistema escolarizado con el que suelen toparse en sus escuelas por la mañana o en sus clases de natación por la tarde, significó que Itzel Aceves, egresada de Psicología del ITESO en diciembre de 2013, recibiera el 23 de mayo el premio “Promesa para la psicología”, de manos del Colegio de Psicólogos en Intervención del Estado de Jalisco, AC.

Como estudiante o asistente de la doctora Rebeca Mejía, Aceves ha colaborado en diversas iniciativas y en la redacción de textos de investigación, por ejemplo el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Desarrollo infantil de la literacidad” -Mención honorífica en el Premio Pedro Arrupe 2013- o un artículo para la revista académica Oxford Bibliographies, de la Oxford University Press.

El premio que recibió Mejía le fue otorgado por las contribuciones que durante 30 años ha hecho en materia de análisis y aportación de nuevos conocimientos relacionados con la relevancia de la diversidad cultural en el desarrollo de niños y familias mexicanas en México y Estados Unidos a través, por ejemplo, del Proyecto DOLE.

“Ahora los niños están cada vez más individualizados y comparten menos tiempo con otros niños”, afirma Aceves, una entusiasta promotora del aprendizaje colectivo.

Infantes urbanos de extractos socioeconómicos altos y medios –Mejía y Aceves también han estudiado los casos de niños indígenas y de escasos recursos–, suelen estar de las 8 de la mañana a las 8 de la noche metidos en ambientes escolares donde solo aprenden a seguir instrucciones (escuela, clases de karate, ballet, natación, música, etcétera) y se les ve como parte de una línea de ensamblaje, reflexiona Aceves.

“El aprendizaje siempre se da en actividades y en un contexto por ejemplo mediante el juego o las labores domésticas. Se necesita regresar al grupo, estar con los otros niños, mirar a los demás y reconocer en los otros las necesidades que tiene la comunidad; también se aprenden grandes cosas con los videojuegos –no hay que satanizarlos–, pero son actividades individuales”.

Inmersa en la investigación

Gracias a su involucramiento en proyectos nacionales e internacionales como el Proyecto DOLE (a cargo del ITESO y las universidades de Stanford, Texas, y California Long Beach), la egresada se ha dado cuenta del poco trabajo de investigación que existe en México relacionado con la literacidad (competencias que tiene el ser humano para recibir y analizar información mediante la lectura y la escritura) o el aprendizaje infantil, así como el enorme campo de oportunidades que este hueco representa.

“Está muy, muy desierto, así que hay bastante por hacer en esta área. En México es impresionante cómo vas con Unicef u otros organismos internacionales y no encuentras tanto material sobre población infantil mexicana”, afirmó Aceves, quien mientras prepara el camino para estudiar un posgrado ya sea en la Universidad de California campus Santa Cruz o en el Cinvestav de la Ciudad de México, sigue laborando en el ITESO como asistente de investigación del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad.

Consciente de las distintas realidades que viven en México los niños urbanos, los niños rurales, los niños indígenas, los niños de clase media los niños de escasos recursos y de la poca bibliografía alrededor de sus procesos de educación y aprendizaje, Aceves continúa puliendo sus habilidades como investigadora para robustecer sus aportaciones profesionales como psicóloga.

“Ahora trabajo [en colaboración con la doctora Mejía] en un artículo sobre colaboración, acerca de cómo las estructuras familiares desarrollan la colaboración en los niños de diferentes grupos culturales en México”, explica Aceves, quien además espera la publicación de un libro –también junto a Mejía– sobre desarrollo psicocultural entre niños mexicanos que será editado por el ITESO y en el que ella participa en el capítulo dedicado a la literacidad.

En el discurso que pronunció al recibir el premio de “Promesa para la psicología” hizo énfasis en la responsabilidad social que tienen los psicólogos ante la sociedad que los rodea.

“Creo que es necesario pensar en una psicología para y con la sociedad…, he visto cómo mis profesores y compañeros han mejorado la vida de las personas en asilos, internados, instituciones de salud mental, centros de rehabilitación, centros comunitarios, hospitales, familias y aulas en una escuela. Creo en la colaboración como fundamente para lograr este objetivo”. Texto Enrique González Foto Luis Ponciano