Marcel Sánchez-Prieto, del despacho de arquitectura CROstudio, llevó a estudiantes de la clase “Paisajes oportunistas” del Verano Internacional ITESO a identificar proyectos que pueden enriquecer la vida de las personas que viven en asentamientos irregulares.

¿Un lugar considerado peligroso por sus propios habitantes puede cambiar con un edificio? ¿Este edificio puede ser motivo de organización ciudadana e incluso hacer que los niños dejen de dibujar metralletas? Según la experiencia de Marcel Sánchez-Prieto, sí.

 

Sánchez-Prieto, al centro, supervisa el trabajo de los alumnos que se inscribieron a su curso del Verano ITESO 2015

Sánchez-Prieto, al centro, supervisa el trabajo de los alumnos que se inscribieron a su curso del Verano ITESO 2015

Este egresado de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México tiene en San Diego, California, un despacho llamado CROstudio (www.crostudio.net), desde donde viajó a Guadalajara para impartirá en el Verano Internacional ITESO la clase “Paisajes oportunistas”. He aquí un ejemplo de “paisaje oportunista”:

De la mente de Sánchez-Prieto surgió la biblioteca Casa de las Ideas, en Tijuana, un edificio de 220 metros cuadrados en la colonia Camino Verde, un asentamiento irregular que era considerada una de las zonas con mayor delincuencia en esta urbe fronteriza.

“Cuando no existe una integración a la ciudad, la gente recurre a la delincuencia”, afirma, luego de explicar que lo primero que se hizo fue un diagnóstico del lugar antes de definir el proyecto.

La idea original era que las paredes exteriores fueran un ‘lienzo’ completamente blanco para deleite de los grafiteros de la zona, pero los habitantes decidieron que se conservara el color blanco y nadie pintara sobre ellas, decisión que permanece hasta el día de hoy.

Desde su concepción se buscó que las personas se acercaran sin problemas al edificio, así que no se construyó una valla. Tiempo después, cuando una funcionaria del gobierno le colocó una malla con la intención de darle al recinto otro uso, la reacción ciudadana no se hizo esperar: los vecinos se manifestaron hasta que consiguieron que les regresaran la Casa de las Ideas sin obstáculos alrededor.

Ahora hay un sinfín de actividades: cine, talleres de radio y video documental o lectura de literatura mexicana. “Es una gratificación estupenda ver que el edificio la misma gente le está dando vida al edificio”.

Sánchez-Prieto cita otro cambio en la colonia Camino Verde: en los dibujos de los niños ya no aparecen metralletas, sino gente jugando o con su familia, pero es cauto. “No quiere decir que se resolvió todo, no es cierto, no lo hemos cambiado en su totalidad, pero ahora puedes entrar ahí y no sientes que te van a hacer algo ni ellos sienten que se van a hacer algo; eso es lo más importante, que ellos se sientan seguros”.

La Casa de las Ideas también propició la integración de la comunidad con el gobierno y con instituciones privadas, como Tijuana Innovadora y USAID, las cuales han aportado dinero para mantener las actividades de la biblioteca.

Escaneando el “Pueblo Quieto” de Guadalajara
“Oportunismo” puede tener una connotación negativa, y sin embargo, en el curso de Sánchez-Prieto se trata de pensar esta palabra en términos de oportunidades para localizar espacios tales como asentamientos irregulares que, a decir del arquitecto, pueden ser menos controversiales que los ilegales.
-¿Cómo insertas un proyecto arquitectónico en un asentamiento irregular?

Precisamente ese el tema que estamos desarrollando en el curso de “Paisajes oportunistas”, en el sentido de encontrar las cuestiones oportunistas del espacio. El oportunismo a veces lo entendemos como algo negativo, como una persona o algo que es ventajoso. Esos asentamientos irregulares son por sobrevivencia; la idea es, ¿qué alternativa tengo para poder estar cerca de los recursos que la otra gente tiene?

Entonces, cuando tienes estos espacios con la necesidad encontrar la forma de crear servicios, lo primero es tener un acercamiento con la gente del espacio. En mi práctica he trabajado con el gobierno y con la comunidad. Un proyecto arquitectónico no es la solución total, pero es un medio que permite mantener un diálogo entre esos diferentes núcleos sociales.

-¿Por qué son las construcciones legales más controversiales?
Podemos decir que lo que hace Urbi, Geo y otros grandes desarrolladores es legal, pero eso debería ser más ilegal, porque en realidad es una urbanización y eso no es hacer ciudad, no es ser ciudad. En estos desarrollos aíslan a la gente, crean elementos totalmente aislados y en realidad la gente no está integrada.

– ¿A qué le llamas ser ciudad?
Ser ciudad es una cuestión de ser y de pertenecer a un contexto de tu ciudad. El ser ciudad es tener acceso digno a todos los servicios de infraestructura, a todas las condiciones culturales y sociales que deberíamos de tener todos; es un derecho. Pero cuando creas estos asentamientos regulares en la periferia, los estás desvinculando de ser y pertenecer a la ciudad. El asentamiento irregular se convierte en la oportunidad de estar adentro y una forma de sobrevivencia de la gente de poder decir ‘yo quiero estar cerca y a veces tomo altos riesgos porque mi forma de asentarme es en áreas precarias’. Como el caso de aquí de Pueblo Quieto, en las vías del tren (sobre avenida Inglaterra, cerca de Niños Héroes y Mariano Otero). Son gente que llegó temporalmente para ir al norte y cruzar la frontera, pero se han asentado y es muy curioso, porque está muy próximo a las áreas del centro de Guadalajara, a colonias adineradas inclusive.
Es muy interesante, porque cuando fueron los alumnos a verlo y entramos en los callejones, ellos se dieron cuenta que es mucho más ameno vivir ahí; todas las casas que fuimos a ver estaban las puertas abiertas y todo mundo conviviendo. ¿Eso qué te dice? En realidad eso es más comunidad que las comunidades que hacemos a veces en los cotos.

– ¿Qué es lo que están haciendo los alumnos del ITESO en Pueblo Quieto?
En esta primera semana (principios de junio) están haciendo un escaneo… más que un escaneo, se trata de aprender del paisaje que existe, las condiciones que están ahí. No se trata de erradicar lo que ya está, porque antes se usaba mucho en los 50, 60 y hasta en los 70, decir: ‘Bueno, vamos a limpiar y a organizar el espacio, a hacerlo de una forma organizada’. Esa es una concepción errónea.
Ahora es encontrar un proyecto adentro y decir qué es lo que necesitan: acceso a escuela, a una biblioteca, a un espacio público, porque ellos lo primero que quieren satisfacer es un techo, pero no existen los otros servicios, entonces lo mejor es encontrar proyectos muy puntuales que aporten apoyo y riqueza a lo que ya tienen.

– Cuando se habla de arquitectura, no es común asociarla a problemas sociales.
La arquitectura no es la respuesta, la arquitectura es simplemente el vaso, es simplemente el contenedor, el elemento y la plataforma que permite que sucedan las cosas.

El cambio (en el caso de la colonia tijuanense Camino Verde) ha sido una mayor integración en la gente, un espacio donde la gente se puede llegar a congregar y comunicar, un espacio también para decirle a las instituciones gubernamentales qué es lo que está sucediendo porque, inclusive, la biblioteca se convierte en un foro, se convierte en la sala, se convierte en un espacio en el que la gente debate y arma una discusión sobre las cosas que no están sucediendo bien. Ahora sí existe un espacio público y existe lo que ya hablamos de ser ciudad. Texto Judith Morán Fotos

LIGAS:
Verano Internacional – http://veranointernacional.iteso.mx/
Casa de las Ideas https://www.facebook.com/CasadelasIdeasTijuana
Ficha de la Casa de las Ideas http://www.archdaily.mx/mx/02-289439/biblioteca-casa-de-las-ideas-crostudio
CROstudio http://www.crostudio.net/
Video: https://youtu.be/6TVY1inM_8k