El martes 6 de agosto, miembros de la comunidad universitaria participaron en una misa para recordar a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. 

“Recordar a San Ignacio es fundamentalmente recordar la vida de un hombre que ejercitó la libertad a tal grado de dejarse conducir por el espíritu santo sin adelantársele, y eso me parece importante que lo valoremos, no solamente porque entre nosotros es un lugar común afirmar que de las cosas que más se valora del ITESO es precisamente su clima y ambiente de libertad”, compartió el David Velasco, SJ, quien ofició la misa en compañía de los jesuitas Arturo Reynoso, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades, así como Juan Carlos Henríquez, Luis Alfonso González y Jorge Dávalos, académicos del ITESO.

Durante el sermón, Velasco compartió algunas notas acerca de la vida de San Ignacio, del cambio de vida y de su descubrimiento interior que lo llevó a encontrar el espíritu de Dios. Habló además de la experiencia que lo llevó a la universidad en París y a entender ésta como tener letras, estudio, para mejor servir a la gente.

“La universidad no es solo tener letras para mejor servir, sino que el mejor servir será para la redención de la humanidad, para salvar al género humano […] La ruta es que nos urge ser lúcidos para contemplar nuestro mundo con todas las diferencias, con toda la carga de violencia con la que estamos viviendo en nuestra época para promover soluciones o aspectos de soluciones que nos lleven a la humanización”, indicó.

El jesuita compartió que a San Ignacio de Loyola le tocó vivir un cambio de época, que le permitió adelantarse a su tiempo en muchas temas, como le educación. De ahí, a su entender, sale el reto para la universidad de hoy.

“Hoy tenemos todos como universitarios un desafío enorme de acabar de entender qué es eso del cambio de época […] qué quiere decir y cómo nos implica y sobre todo, universitariamente, cómo damos respuesta y cómo colaboramos a vivir con lucidez, pero sobre todo con libertad el cambio de época que yo digo, con gozo y esperanza, nos ha tocado vivir”.

El padre Arturo Reynoso también ofreció unas palabras y se refirió a las lecturas de la misa, en las que, dijo, se reflejaron “momentos muy profundos” de la vida de San Ignacio, como el cambio de vida radical que hizo.

Fundación del ITESO

El 31 de julio no solo es la fecha en la que se recuerda el fallecimiento San Ignacio de Loyola, en Roma, en el año 1556, también es el día en el que, 401 años después, en Guadalajara, una asociación conformada por ciudadanos y religiosos firmó el acta constitutiva que dio origen al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente, que este 2013 cumple 56 años de vida. Texto Natalia Barragán Foto Luis Ponciano