El jesuita Luis Morfín López, una de las figuras más relevantes en la historia del ITESO y en cuyo rectorado (1983-1988) la Universidad Jesuita de Guadalajara construyó en buena medida el perfil arquitectónico y educativo que todavía hoy la distinguen, murió el 28 de junio en Guadalajara. El domingo 29 se celebró una misa en su memoria, en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ de esta Casa de estudios.
»El Gordo Morfín» , como se le conocía cariñosamente entre la comunidad universitaria y jesuita, nació en la Ciudad de México el 12 de noviembre de 1941, ingresó a la Compañía de Jesús el 7 de septiembre de 1958 y se ordenó sacerdote el 1 de julio de 1972.
Su formación como filósofo y humanista, iniciada con la Licenciatura en Letras y Humanidades en el Instituto Libre de Literatura en Puente Grande, Jalisco, se enriqueció en Italia con una Maestría en Filosofía por el Instituto Filosófico Aloisianum y con el Doctorado en Comunicación en la Universidad de la Concordia, en Montreal.
A principios de los 70 colaboró en la fundación del Departamento de Ciencias Religiosas en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, del cual sería subdirector; en 1975 regresó a Guadalajara para desempeñarse como Rector académico del Instituto de Literatura de Guadalajara y luego, en 1975, empezar su largo y fructífero andar por el ITESO.
Primero fue director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación (1975-1977); luego trabajó como secretario académico (1981-1982); fue profesor de las escuelas de Psicología, Arquitectura, Relaciones Industriales y Ciencias de la Comunicación, y gracias a su conocimiento de la institución y sus cualidades humanas e intelectuales, en 1983 fue elegido como el sexto Rector del ITESO, donde le tocó la celebración del 25 aniversario de la universidad.
A unos cuantos meses de haber sido nombrado, Morfín habló sobre la universidad que percibía desde su cargo, en la cual un elemento clave era la juventud de los integrantes de aquella »casa» llena de pluralidad y de legítimas diferencias que tenían que integrarse.
Durante la ceremonia oficial en la que Morfín relevó a Carlos Vigil, SJ, otro jesuita ex Rector del ITESO, Xavier Scheifler, enumeró algunas de las cualidades que la institución vio en él para nombrarlo Rector.
»Luis tiene una larga trayectoria académica y un brillante currículum, pero lo más importante es el humanismo integral de Luis: ese conjunto de cualidades brillantes, tanto más difíciles de integrar entre sí cuanto más sobresalientes son cada una de ellas, y todo ello envuelto en una inmensa simpatía» .
Su rectorado se distinguió por el permanente diálogo que mantuvo con todos los miembros de la universidad, cristalizado en experiencias que él mismo instauró, entre ellas una serie de charlas y diálogos informales que tenían lugar en los jardines o las cafeterías del campus, reunían por igual a secretarias, directores, estudiantes y las madres de los estudiantes, y en las que se trataban asuntos tan variados como la crisisdel país, los valores e ideología que promovía la universidad o qué implicaba que fuera una institución de inspiración cristiana.
El campus y la oferta educativa del ITESO se transformaron significativamente durante el rectorado de Morfín, gracias a la apertura de nuevos programas de licenciatura (Ciencias de la Educación), maestrías (la de Comunicación y la de Educación), el Diplomado en Computación o la reapertura en 1986 de la Licenciatura en Derecho.
A estos logros se suma la construcción de importantes obras, entre ellas los Laboratorios de Comunicación, el Edificio de Electrónica, la Unidad Deportiva, la nueva entrada al ITESO con caseta de ingreso y sus columnas laterales o los andadores adoquinados que aún le permiten a los universitarios caminar entre los jardines.
»Estas construcciones son símbolos de una construcción más de fondo: estamos haciendo juntos una universidad, definiendo el rostro, sus características, su tono de voz, su presencia dentro de un contexto social», declaró Morfín, quien vislumbraba al ITESO como una institución con un claro reto por delante:
»El gran reto práctico e intramuros que las universidades de inspiración cristiana han de aceptar y solventar es el de la articulación efectiva de la fe con la ciencia y con la justicia. Esta articulación ha de ser tal que permita aquel trabajo propiamente universitario, cristiano y social que responda a las necesidades del país y a las expectativas del género humano».
httpv://www.youtube.com/watch?v=y2Fm0boGVn4
Devoto de una educación de calidad y perspectiva humanista
Su labor como filósofo, educador e investigador continuó durante años, particularmente desde que en 1990 Morfín se convirtió en Director General del Centro de Estudios Educativos en la Ciudad de México.
Desde ahí coordinó numerosas investigaciones diseñadas para entender y resolver los profundos problemas del sistema educativo mexicano, la formación y evaluación de profesores y la pertinencia de los programas que se impartían en los distintos niveles escolares del país.
Sus conferencias y diálogos en diversas instituciones, congresos y foros académicos, incluyendo las que dictó en las ocho universidades mexicanas que conforman el Sistema Universitario Jesuita o en el encuentro de la Red Juvenil Ignaciana en 2011, son una muestra de que Morfín mantuvo intacta su apuesta por la educación como una poderosa herramienta de cambio social y búsqueda de la justicia.
El libro La fundación del ITESO: una versión, del jesuita Jesús Gómez Fregoso, relata que después de pronunciar su último mensaje como Rector de la universidad Morfín recibió »un aplauso unánime y prolongado de toda la concurrencia».
Un aplauso que, a partir de hoy, la comunidad universitaria del ITESO prolongará durante largo tiempo.