Hay estrategias correctivas que pueden mejorar la dinámica de movilidad en la ciudad, asegura Alejandro Mendo Gutiérrez, profesor de la Maestría en Ciudad y Espacio Público Sustentable.

El desabasto de gasolina en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) exacerba la problemática de movilidad de la ciudad, que ya de por sí era precaria, asevera Alejandro Mendo Gutiérrez, profesor del ITESO.

El modelo de crecimiento urbano, dictado por intereses inmobiliarios de empresas constructoras desde hace más de medio siglo, ha influido enormemente en los retos de movilidad que enfrenta hoy Guadalajara.

«Son grandes traslados que se tienen que hacer diariamente desde la periferia más lejana hacia las zonas centrales, donde están los centros educativos y trabajos, además del movimiento pendular del regreso por las tardes», menciona el profesor de la Maestría en Ciudad y Espacio Público Sustentable.

Para solventar estos problemas, Mendo señala dos posibilidades: la creación de una infraestructura física vial adecuada y suficiente, y un sistema de transporte urbano colectivo seguro, eficiente, económico, de calidad y confortable.

«A pesar de ser una de las 12 ciudades más importantes del continente, Guadalajara es ejemplo de una aglomeración urbana precaria que ofrece una mala calidad de vida, pero también de una urbe modernizada con avances tecnológicos muy interesantes y zonas muy bien equipadas con una dotación muy avanzada de ciertas condiciones de vida», comenta.

Esto implica una disfuncionalidad urbana permanente y que se agrava cada día más.

«Desde la evaluación de los sistemas urbanos y su sustentabilidad, la perspectiva es pésima. Las exigencias sociales son muy grandes, pero los esfuerzos institucionales de gobierno y sociedad son incipientes y los resultados insuficientes», añade.

Mendo Gutiérrez considera que los gobiernos locales y estatales han tenido desde siempre una deuda con la ciudadanía en materia de movilidad, ya que se prioriza al automovilista sobre el peatón y medios de transporte no motorizados. Además, el sistema de transporte urbano resulta insuficiente e ineficiente.

Sin embargo, señala que hay medidas correctivas que se pueden implementar desde distintos niveles, como dar facilidades de tránsito y estacionamiento a automovilistas que utilicen el sistema de vehículo compartido, como lo hace el ITESO desde 2018.

Otras estrategias pueden ser los ingresos escalonados a centros de trabajo y la restricción de horarios para vehículos de ciertos giros comerciales, así como una profunda reforma al transporte colectivo.

«No debe ser prestado como un servicio privado y lucrativo, sino como uno público. La razón de fondo es que el servicio colectivo de traslado es fundamental para la calidad de vida de los habitantes urbanos», menciona el profesor.

«Son estrategias no sólo para esta crisis, sino que deberían de ser permanentes. Pero los gobernantes lo piensan para instrumentarlas, porque tiene que ver con votos», lamenta.

«Los movimientos ciudadanos locales son muy fuertes en cuanto a exigir movilidad inteligente y sustentable, son ellos quienes han logrado poner en la agenda pública el tema. La presión ciudadana lo ha hecho, pero todavía es insuficiente», apunta.