Desde una perspectiva interdisciplinar, académicos de las áreas de economía, leyes, arquitectura y turismo, entre otras, buscan aportar al tema del patrimonio cultural en aras de promover su conservación y valorización

Académicos e investigadores de universidades de España, Italia, Portugal, Perú, Argentina y México apuestan a la interdisciplina para abordar el diálogo en torno al patrimonio cultural, a través de la creación de la Red de Investigadores Patrimonialistas de Hispanoamérica. 

Este organismo tiene como objetivo trabajar el tema desde perspectivas como las que brindan la economía, la arquitectura, la legislación, la restauración, la historia o la estadística, entre muchas otras áreas, a fin de conservar y maximizar el valor del patrimonio cultural para las sociedades. 

Mónica Solórzano Gil, académica del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO (DHDU) y miembro fundadora de la Red, comentó que una de las principales virtudes de esta iniciativa es la conjunción de diversos enfoques. “Se aborda el patrimonio de una forma multidisciplinar, desde la perspectiva legal, económica, del potencial para el desarrollo turístico, de la conservación, y muchas otras. Creo que una grandísima oportunidad de abrir las miradas del patrimonio desde distintas disciplinas”, dijo. 

Afirmó que el trabajo de la Red de Investigadores Patrimonialistas de Hispanoamérica empata muy bien con los pilares del proceder jesuita y del ITESO mismo. “El tema del patrimonio no es más que otra forma de sustentabilidad y del cuidado de una casa común; es este legado que recibimos de otras generaciones y que tenemos la responsabilidad de cuidarlo para las que vienen. Desde esa perspectiva, es procurar el cuidado, el aprovechamiento y la buena gestión de los recursos para capitalizarlos y transmitirlos adecuadamente”, mencionó. 

Solórzano Gil señaló que en próximas fechas se estarán sumando más académicos e investigadores del ITESO, en tanto que se empezará a trabajar colaborativamente para lograr las respectivas adhesiones institucionales y la consolidación de la Red. 

La académica confió en que a partir de esta Red se puedan abrir espacios para investigaciones y publicaciones colaborativas, así como oportunidades para que tanto estudiantes como académicos puedan formarse, compartir conocimiento y aportar a nuevas líneas de investigación interdisciplinar. 

No descartó que las vinculaciones con las universidades participantes puedan evolucionar en convenios que propongan diferentes formatos de colaboración, como intercambios académicos o materias de verano internacional, a fin de enriquecer el diálogo y la formación de perfiles profesionales integrales. 

La Red de Investigadores Patrimonialistas de Hispanoamérica surgió a partir de una convocatoria de la Universidad Internacional de Andalucía para financiar encuentros temáticos internacionales. El proyecto también consideró un libro en torno al patrimonio cultural, mismo que está próximo a publicarse. En esta obra colaboraron Mónica Solórzano y Pablo Vázquez Piombo, también académico e investigador del DHDU, con un capítulo centrado en el programa Ciudades Creativas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que pone en valor el patrimonio de las ciudades para desarrollar nuevas dinámicas de sustentabilidad.  

La creación de la Red se dio en la Iglesia de la Anunciación de Sevilla, considerada uno de los emblemas del patrimonio cultural de esta ciudad española, y se dio en el marco del Encuentro hispanoamericano de Economía y Derecho, que tuvo como tema “El patrimonio cultural como recurso fundamental del crecimiento económico en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030”, realizado del 16 al 18 de octubre.   

La red se constituyó legalmente con la participación, por parte de España, de la Universidad de Sevilla (US); la Universidad de Málaga (UMA); la Universidad de Córdoba (UCO); la Universidad Loyola Andalucía; la Universidad de Jaén (UJA) y la Universidad de Castilla-La mancha (UCLM). Desde Italia se unieron la Universidad de Nápoles Federico II y la Universidad Oriental de Nápoles (UNIOR) y desde Perú, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Asimismo, forman parte de la red la Universidad de Coímbra, de Portugal; la Universidad Austral, de Argentina; y la Universidad de Guadalajara (UdeG) y el ITESO, de México. 

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