En la ceremonia de terminación de estudios, Catalina Morfín, directora general académica del ITESO, señaló que crear redes y construir comunidad es parte de la identidad de la universidad.

POR COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL

“ Siempre guarden la esperanza de crear un país y un mundo distinto al que tenemos, en donde podamos convivir todos en paz, cuidando de nuestra casa común y ofreciendo un futuro digno para las próximas generaciones”, fue el deseo que expresó Catalina Morfín López, directora general académica del ITESO, a estudiantes de 21 programas de posgrados que terminaron sus estudios.

La ceremonia, que se realizó el viernes 1 de septiembre, ocurrió en el marco de la celebración de los 60 años de la fundación del ITESO. Catalina Morfín recordó que la experiencia universitaria del ITESO busca responder a los problemas con soluciones innovadoras.

“Me refiero a una intención de buscar siempre hacer juntos, producir juntos, de crear redes con otros, de construir comunidad” fue uno de los rasgos de la identidad itesiana que la directora general académica señaló como parte del legado jesuítico de la universidad y que, dijo, esperaba que los hoy egresados los hubieran hecho suyos en su paso por el ITESO.

“Su posgrado no es un proyecto individual. Es necesario detenerse a reconocer a la comunidad en que se encuentran inmersos, que ha acompañado este recorrido y por tanto que regresan a ella. Este es el corazón de la vida universitaria”.

Agregó que la colaboración y el diálogo es hoy particularmente necesario para la sociedad “a la que le urge reconstituir su tejido social, aminorar sus profundas y arraigadas desigualdades; y participar en decisiones colectivas que hagan posible nuestro futuro como nación a partir de un nuevo pacto social”.

El segundo rasgo itesiano, abundó Catalina Morfín, es la apertura a discernir sobre lo aprendido y reconocer que para la solución de problemas es necesario la colaboración entre diversas disciplinas.

La directora general académica señaló como otro rasgo distintivo de los egresados el permanente análisis de la realidad social.

“Esperamos que este rasgo impulse en ustedes un liderazgo para buscar qué es lo que toca hacer para transformar un país como el nuestro, tan lacerado por la desigualdad. Ello implica ir más allá de lo establecido y no conformarse. Rebasar lo inmediato, descubrir y reconocer los otros rostros, los otros terrenos de la realidad diferentes a los propios”.

Catalina Morfín los invitó a discernir sus sueños para identificar dónde se puede ofrecer un mayor servicio. “Preguntarse si es ‘un nosotros’ que incluye y arropa, que respeta y construye comunidad, que ama, que contempla y reflexiona sobre la realidad que nos ha tocado vivir”.

Por su parte,  Luis Vallejo, coordinador saliente del Colegio de Posgrados Empresariales, afirmó que la transformación social requiere de personas preparadas y con convicciones, “en toda decisión en la que ustedes intervengan aporten lo valioso que tienen sus reflexiones. No nos decepcionen, un México anónimo espera”.

Agregó que uno de los legados de Ignacio de Loyola fue cambiar el concepto de servicio y recordó que en los Ejercicios Espirituales el fundador de la Compañía de Jesús señala que “el amor, se debe poner más en las obras que en las palabras.

“Es más creíble una persona cuando realiza y da testimonio con obras y en adición, sabe comunicar los frutos verdaderos” señaló.