La espiritualidad y la obra científica de Teilhard de Chardin, SJ, se expusieron en el ITESO en un diálogo sobre el polémico jesuita previo a la presentación de la obra de teatro El Corazón de la Materia.

El ser científico y el ser sacerdote no eran, para Pierre Teilhard de Chardin, SJ, aspectos que pudieran separarse como se lo propusieron sus superiores para que solo se dedicara a la ciencia y no mezclara un discurso teológico que la Iglesia Católica veía con desconfianza, señaló Pedro Reyes, SJ, profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO.

“Para Teilhard hacer ciencia era hacer teología y hacer teología era, de alguna manera, presentar una nueva idea de ciencia que todavía estaba por nacer, esa manera de hacer ciencia y de hacer teología quedaban en él en una perfecta unidad”, consideró durante el diálogo “Vida y obra de Teilhard de Chardin”.

Además de Pedro Reyes, SJ, quien abordó la relación de Teilhard con la espiritualidad ignaciana, en la charla participaron el paleontólogo Ricardo Aguilar y Santiago Aranda, egresado de la Licenciatura en Ciencias Ambientales y de la Licenciatura en Filosofía la Universidad de Loyola en Chicago e integrante del Consejo Consultivo de la Asociación Americana de Teilhard.

Santiago Aranda afirmó que el libro El Fenómeno Humano (disponible en la Biblioteca del ITESO) condensa la idea de Teilhard del proceso evolutivo donde están la creación de la materia y la energía, la vida que nace de dicha creación y el nacimiento de la conciencia.

“Teilhard dice que nosotros como seres humanos tenemos la capacidad de mirar hacia atrás filosóficamente, científicamente y entender el proceso evolutivo; es ahí donde esta expansión del universo se vuelve consciente en el ser humano, o sea, el universo mismo adquiere conciencia en el ser humano, es una frase que a cualquiera le puede dar escalofríos, porque es pensar que todo el cosmos está siendo conciente en mí o en ti, en ti que estás formado por polvo de estrellas, estás siendo también conciente de este desarrollo del universo”, señaló recordando la cita de Carl Sagan.

A decir de Santiago Aranda, a Teilhard le dolía que el mundo religioso y el científico estuvieran separados, “él veía un potencial enorme de seguir nuestro proceso evolutivo filosófico y de pensamiento a través de unir estos dos mundos”.

Pedro Reyes, SJ, apuntó, por su parte, que para Teilhard la ciencia no es un conjunto de teorías o de ideas, “la ciencia es una transformación de la vista, es la capacidad de nuestras miradas de volverse más profundas”.

El profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades detalló en su intervención los elementos de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola que son centrales en la visión de Teilhard de Chardin.

“Para una generación de jesuitas científicos el papel del sacerdote es ser mediador y el científico precisamente es un mediador entre el creador que está trabajando la materia y su pueblo que quiere conocerlo, que quiere descubrir a ese creador y quiere descubrirlo actuando, salvando en lo mismo que el pueblo está viviendo en la cotidianeidad del pueblo, en la misma materia que forma la vida cotidiana de ese pueblo”.

Ricardo Aguilar, paleontólogo, señaló que el aporte científico de Teilhard de Chardin es muy valioso en sí mismo, incluso sin la parte filosófica.

El diálogo acercó a la comunidad universitaria a Teilhard de Chardin, el hombre de ciencia y teólogo, previo a la presentación de la obra de teatro El Corazón de la Materia. Teilhard, El Jesuita, en el ITESO del 8 al 11 de junio en el Auditorio Arrupe. La entrada será libre, pero debes reservar tu entrada en Ticket Control (http:// www.ticketcontrol.com/).