Fernando Rivera y Susana Lozoya, estudiantes de Arquitectura del ITESO, ganaron el primer lugar del Reto Nacional de Diseño, Arquitectura e Ingeniería Sustentable 2014.

Diseñar un edificio a mano en 15 minutos; luego correr a la computadora y volverlo real (al menos virtualmente) en 40 y presentarlo ante miembros de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción de Jalisco y otros integrantes del jurado en solo tres. Todo para ganar el Reto Nacional de Diseño, Arquitectura e Ingeniería Sustentable 2014.

concurso

“Fue prácticamente juntar todo lo que aprendimos de materiales y de tecnología en cinco años de carrera y ponerlo a prueba en una hora”, recuerda Susana Lozoya, estudiante de noveno semestre.

Después de competir en dos rondas anteriores —una de ellas en el ITESO—, ella y su compañero de equipo, Fernando Rivera, de octavo semestre, llegaron a la final el 2 de octubre, realizada durante la Constru Expo. Diez equipos se presentaron para enterarse ahí mismo el proyecto que tendrían que realizar en un tiempo récord.

Tras descartar un hospital y una escuela se abrió el tercer sobre, en el que se les indicó a los competidores su desafío: diseñar unas oficinas para diseño de software, con un hostal incluido, en el centro de Guadalajara, específicamente en la esquina de Reforma y Belén. El diseño era libre, siempre y cuando se respetaran la imagen y el patrimonio de la zona.

“Además del diseño tenías que complementar tu proyecto con soluciones de sustentabilidad, como captación de agua, ahorro de energía y luz; también tenías que tomarlo en cuenta en la estructura y los materiales”, explica Susana.

Fernando cuenta que este tema no fue dificultad a la hora de diseñar, gracias a que en la carrera de Arquitectura del ITESO distintos profesores lo abordaron en sus asignaturas.

“La sustentabilidad es algo de base, ya no es un plus, es un estándar del que debes partir para trabajar; al aplicarlo te estás desempeñando de manera más completa, y se trata de hacerlo de manera útil para el cliente también”, afirma el alumno.

Narran que tuvieron que saber vender su proyecto y también dominar el software de construcción Revit, el cual manejaron con el profesor Gabriel Ruvalcaba, quien desempeñó un papel importante en su participación, ya que los alentó a inscribirse al concurso. Texto Adriana López-Acosta Foto Roberto Ornelas