El nutriólogo debe ser un “promotor de estilos de vida saludables”, y para ello debe ser perseverante, creativo, responsable socialmente y capaz de formar equipos, dictaminó Ana Bertha Pérez, directora del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, en su visita al ITESO.

La especialista ofreció el 21 de agosto en el campus la charla “La nutriología en México”, en el arranque del ciclo escolar Otoño 2013 y para conmemorar un año de la apertura de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos itesiana.

En su opinión, el nutriólogo debe prepararse y especializarse para incidir en un amplio abanico de posibilidades, como políticas públicas, empresas, consultorios, publicaciones en revistas, entre otros.

Recordó que en 1972 se gestó la posibilidad de ofrecer Nutrición como licenciatura en la Ibero capitalina, lo cual, a decir de Pérez, fue un gran acierto de los jesuitas, pues fue la primera universidad en tener dicho programa en el país.

México ha cambiado mucho en estos más de 40 años. En aquel entonces, cuatro de cada 10 niños tenían sobrepeso y obesidad en las comunidades indígenas, mientras que en la actualidad uno de cada cinco padece desnutrición aguda. Como egresada de la primera generación de dicha carrera, compartió que a su generación le tocó “picar piedra”, porque los médicos, enfermeras y otros profesionales del área de salud no querían competencia de los nutriólogos.

Exhortó a los alumnos de Nutrición y Ciencias de los Alimentos del ITESO a que generen sus propias empresas, porque sencillamente “no habrá suficientes plazas”, así que los invitó a salir muy bien preparados de la carrera y buscar posibilidades de empleo también en el extranjero.

La experta en ciencias de la salud subrayó que uno de los aspectos más importantes de un nutriólogo es su incidencia en la sociedad. “Tengan una visión muy amplia, porque las cosas van a cambiar cuando [esos niños] tengan 40 años”. Texto Brenda Galindo Foto Archivo