Una nueva potabilizadora de agua en la universidad se suma a la red de bebederos y rellena botellas para abastecer el consumo en el ITESO, reducir costos y dejar de consumir botellas desechables de agua dentro del campus.

En el camino a ser autosuficientes en el abasto de agua, primero fueron los bebederos y rellena botellas en el campus, ahora el ITESO abre una potabilizadora de agua que cubre el consumo de las oficinas de la universidad, que ya fue contratado por los servicios de comida de las cafeterías y a los miembros de la comunidad que lo deseen.

Con la potabilizadora, el ITESO elimina de su huella ecológica el abastecimiento de agua en camiones.

“Estamos a favor de eliminar el PET, de hecho, en la última reunión que tuvimos con los concesionarios de cafeterías ya les pedimos eliminar al 100% la botella de medio litro, y luego ¿qué sigue?, la de litro y litro y medio”, comenta Arturo Reyes, director de la Oficina de Compras de la universidad.

En el proceso de avanzar hacia la eliminación de botellas de PET en el ITESO, en los salones del Edificio W, donde toman clases estudiantes de Educación Continua y Posgrados, se colocaron expendedores que hoy tienen garrafones que se llenan en la potabilizadora de agua del ITESO, que se puso en funciones hace un par de semanas en el estacionamiento del Edificio Central.

En la potabilizadora se invirtió un millón de pesos, informa Arturo Reyes y explica que el consumo de agua en oficinas era de 13 mil garrafones en 2015, es decir casi 300 mil pesos, con lo que la inversión del costo de equipo y construcción se recuperaría en tres años, el gasto en garrafones va al alza.

La idea de la potabilizadora, explica Arturo Reyes, es que sea autosuficiente y que de la venta a cafeterías y a miembros de la comunidad universitaria se costeen los insumos químicos necesarios para su funcionamiento.

Ana Rosa González, supervisora de cafeterías, detalla que el agua que se va a potabilizar sale del agua del pozo del ITESO, se clora, pasa por varios filtros y tratamientos que le dan cualidades. “Le damos un tiempo de retención en ozono para que se mezcle, eso nos hace sentir un agua más fresca y, como tenemos un poquito más de oxígeno en el agua, también hay una mayor hidratación en tu cuerpo”.

El cuidado de este proceso incluye a los garrafones y tapas, que se lavan cuidadosamente y luego pasan por un tratamiento de desinfección (con compuestos bactericidas).

La ingeniera química explica que antes de arrancar y de que se entregara el primer garrafón se hizo un análisis microbiológico con un laboratorio externo, para saber los componentes del agua del pozo y sobre esto diseñar la potabilizadora. Este análisis, informa Ana Rosa González, se hace de manera mensual.

En dos semanas ya se han entregado 763 garrafones a oficinas y poco más de 300 en cafeterías, en tanto que la venta a estudiantes, profesores y personal de la universidad suma 70 garrafones. En el servicio que se ofrece a oficinas se incluye Casa ITESO Clavigero y el Centro Polanco.

El horario de atención en la potabilizadora es de 9:00 a 17:00 horas, el costo del garrafón es de 18 pesos. Si quieres más información comunícate a la extensión 3007.

El desafío de cuidar el agua

“Los ecosistemas saludables son decisivos para nuestra supervivencia, bienestar y prosperidad”, se lee en el Informe Planeta Vivo 2016 de la organización internacional Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Y el ITESO es uno de los ecosistemas mejor controlados.

Esta última afirmación es de Sergio Nuño, director de la Oficina de Servicios Generales de la universidad, aseveración que se sostiene con un par de datos sobre el uso del agua del campus: el pozo del que el ITESO se abastece de agua no ha disminuido su nivel desde hace 25 años y la calidad del agua del pozo es muy buena; para que esto sea posible el arbolado de la universidad es la pieza clave en este ciclo del agua.

“Los mantos freáticos, todos los que hacen que se recargue nuestro pozo, tienen una calidad (de agua) muy buena, contrario a pozos donde hay presencia de elementos contaminantes”, relata Sergio Nuño mientras muestra los resultados de un laboratorio externo, que marca cómo en el agua del ITESO, no están presentes elementos como arsénico, cobre, bario, entre otros. Estos análisis se hacen cada seis meses.

Lydia Hernández, ingeniera química con 25 años de trabajo en análisis de suelos, abundó que el factor que hace único el suelo del campus es la materia orgánica, que aporta un servicio ecosistémico a la retención de agua y su filtración, la acumulación de hojas y raíces es lo que hacen posible este filtrado.

El factor que está en el pozo del ITESO es el bosque con más de 3 mil 700 árboles que están en las 49 hectáreas del campus. “Los árboles, en su entramado radicular, es decir en sus raíces, hacen toda una red de absorción”; esa red captura los contaminantes.

“Es nuestro primer filtro, un filtro natural, un filtro biológico que, aparte de ser el filtro, inhibe que algún contaminante pase más allá. Tenemos capas de suelos que hacen filtros y esos serían los filtros primarios para que tengamos en nuestra galería de agua, que abastece a nuestro pozo, una calidad muy buena”.

Los pozos de los que se extrae agua, habitualmente, tienen una vida útil determinada porque su caudal disminuye con el paso del tiempo.

“En los 25 años que tenemos utilizando el pozo, el último estudio que salió fue en 2016, está exactamente al mismo nivel que cuando se perforó, lo que quiere decir que hay una buena recarga, lo estamos utilizando bien”, resalta el también profesor de Paisajismo.

La red hidráulica del ITESO distribuye esta agua al domo deportivo, a las cafeterías y a las cocinetas de las oficinas, una vez que se usa, esta agua se va a otro sistema de tubos, el de drenaje, que la llevará a la planta de tratamiento donde se limpia para utilizarla en el sistema de riego. Nada se va al sistema de alcantarillado público.

Una manera en que puedes colaborar para mantener este ciclo del agua es reportando a Servicios Generales (ext. 3333) las fugas de agua. “Es muy importante que la comunidad aprenda a hacer conciencia sobre el uso racional del agua. Eso es por bien, primero, del ITESO, luego de Jalisco y, por último, del planeta”, dice Sergio Nuño.