En la última sesión de 2013 del Café Scientifique, el científico Óscar García Leal habló sobre los procesos implicados en la toma de decisiones.

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¿En qué nos parecemos hombres y mujeres a animales como los pájaros o los ratones? Estos y nosotros seguimos ciertos patrones de comportamiento al momento de tomar decisiones. Lo hacemos a través de procesos de aprendizaje y respondemos a ciertos estímulos, explicó el científico español Óscar García, quien charló la noche del 3 de diciembre sobre el tema «¿Cómo decidimos? Del acto reflejo a la elección racional» en el Café Scientifique que organiza el Centro de Promoción Cultural el primer martes de cada mes en la Casa ITESO Clavigero.

García es licenciado en Psicología y maestro y doctor en Ciencia del comportamiento por la Universidad Autónoma de Madrid. Forma además parte del Sistema Nacional de Investigadores y es director del Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento de la UdeG, así como docente del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad del ITESO.

En su trabajo de investigación, García experimenta con animales y analiza cómo actúan para conseguir sus alimentos. A petición de uno de los asistentes, agregó que estas pruebas después sirven para probar los modelos con seres humanos, como normalmente se hace en el mundo de la mercadotecnia, en específico en los supermercados, por ejemplo, en los que la ubicación de los productos o las degustaciones influyen en las decisiones de los consumidores para garantizar ventas. Aclaró que cuando alguien toma una decisión de manera impulsiva, no se pierde la racionalidad.

Explicó que la mayoría de las personas decide qué hacer, qué comprar, qué decir, qué cambios importantes en su vida hará, cuándo y con quién casarse, estudiar una licenciatura o el lugar y tipo de trabajo que realizará, con base en el mayor beneficio que esto le representa y su temporalidad, si el beneficio es inmediato, a mediano o largo plazo.

Otro de los asistentes preguntó al académico e investigador cómo influyen la moral y la ética de cada persona en su toma de decisiones y la utilidad que tienen, y por otro lado cuestionó la toma de malas decisiones, entre ellas tomar alcohol y luego conducir un automóvil.

“Es muy complicado saber cómo repercuten [la moral y la ética]; son muy intangibles en el laboratorio. La utilidad de las decisiones depende del contexto. Los jóvenes pueden pensar que beber es más útil que no hacerlo, aunque luego tengan que conducir. Pueden pensar los jóvenes que ‘el hecho de beber y estar socializando con los amigos tiene más valor que no beber, porque luego me estarán mirando con sus prejuicios particulares’. Al final beber y luego conducir es más útil que no tomar en ese contexto particular”.

Abundó que este tipo de decisiones son arriesgadas porque llevan de facto a una pérdida, con cierto rango de probabilidad, porque posiblemente se llegará con bien a casa o, por otro lado, “se irá al Curva” (Centro Urbano de Retención por Alcoholimetría), centro de detención para conductores con altos niveles de alcohol recientemente instalado en Guadalajara. Texto Fabián Ramírez Foto Archivo