En el ITESO hay quien habla maya, francés, ñu savi, inglés, wixárika y, claro, español. De esta notable diversidad se conversó durante el Día de la Lengua Materna.

“Tener una lengua más siempre es una riqueza”. La frase es de Adrien Abasq, estudiante francés de origen bretón que ha venido un semestre al ITESO para estudiar Ingeniería Civil, quien participó en el diálogo “La experiencia de las lenguas en la comunidad universitaria”, una de las actividades del Día de la Lengua Materna que tuvo lugar el lunes 22 de febrero.

Día de la Lengua Materna en el ITESO

Día de la Lengua Materna en el ITESO

En teoría, en las leyes y en un mundo ideal dicha frase tiene todo el sentido, pero la realidad no es así. En Quintana Roo, son muchos los padres que deciden no enseñarle maya a sus hijos –español sí y tal vez luego inglés– para que no lo discriminen en la escuela y en el futuro no les cueste tanto trabajo conseguir empleo, compartió Grecia Gutiérrez, estudiante de origen maya inscrita en la Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura

“A nosotros nos preguntan que si somos de Oaxaca, como si todos viniéramos de Oaxaca”, compartió Antonio García, alumno de Ciencias Políticas y Gestión Pública, cuyo nombre en wixárika, su lengua materna, es Hayuaneme (sonido del agua).

Él nació en San Andrés Cohamiata (Mezquitic, Jalisco); Isaura García, egresada de Psicología del ITESO que también estuvo en la mesa, nació en Guadalajara, lo cual no le ha impedido cultivar profundos lazos con la cultura ñu savi (los mixtecos, el pueblo de la lluvia) de Oaxaca, estado que sus familiares dejaron hace 30 años.

Algo muy similar a lo que contó Grecia respecto al maya le está pasando al mixteco: han pasado por tal nivel de discriminación en Guadalajara, que las nuevas generaciones ya nacidas en la ciudad prefieren no enseñárselo a sus hijos; prácticamente no hay nadie de 18 años o menos que hable esta lengua.

Estos representantes del maya, el wixárika, el francés y el ñu savi fueron moderados por el profesor del ITESO Francisco Talavera, quien recordó que en el mundo existen aproximadamente unas 6 mil 900 lenguas; en México se contabilizan unas 90 lenguas indígenas, 20 de las cuales se encuentran en peligro de desaparecer, principalmente debido a la falta de transmisión a las nuevas generaciones, la dispersión de los pueblos indígenas debido al rezago económico y social que sufren y las endebles políticas educativas y culturales de gobiernos federales y estatales.

La riqueza de la diversidad

En no pocas ocasiones a lo largo de la historia –incluso hoy en día–, las lenguas y los nacionalismos han ido de la mano, situación que fue abordada por los ponentes bajo una premisa común: más allá de las diferencias, discriminaciones y prejuicios, la riqueza radica en la multiculturalidad.

“Yo trato de combatir ese nacionalismo, tanto aquí como allá [en la ciudad o en la sierra wixárika], porque creo que es más importante hoy en día, dadas las condiciones que vivimos en el mundo, empezar a ver qué tenemos en común”, afirmó Antonio, quien no negó que esto en ocasiones resulta complicado cuando se han experimentado el racismo y la discriminación. “Sí surge un resentimiento”.

Otra anécdota que compartió Grecia fue la de un señor de una comunidad de Quintana Roo quien dijo: “Yo primero soy maya, después soy quintanarooense y por último soy mexicano”.

En el caso de Bretaña, la región del norte de Francia donde nació Adrien, la lengua bretona ha sufrido incluso su prohibición en algunos periodos de la historia gala. Hoy, a pesar del interés del gobierno por promover esta y otras lenguas que se hablan en ese país distintas al francés, los jóvenes bretones prácticamente no la hablan.

“Francia necesita de Bretaña y Bretaña necesita de Francia; estamos bien así. Estamos orgullosos de la cultura bretona y también de la francesa”, afirmó.

“Yo comprendo el bretón, pero no lo hablo. Hace 10 años que no lo practico”.

Los participantes instaron a los presentes a buscar literatura, música radiodifusoras y demás recursos culturales (Grecia citó el sitio de Facebook “Comunidades mayas Quintana Roo” y Antonio el proyecto de un wixárika que cambió a un canto sagrado le puso ritmo de cumbia, para llegarle a más jóvenes) si es que están interesados en frenar la desaparición de las lenguas indígenas mexicanas, cada vez amenazadas.

En el ITESO existe el proyecto Universidad Solidaria, en el que se reúnen jóvenes de distintas etnias para apoyarse mutuamente en su proyecto universitario; la jornada dedicada en la universidad al Día de la Lengua Materna también trajo al campus, entre otras actividades, a una soprano de origen mixe, la proyección de videos y una lectura en voz alta de poesía en maya. Foto Roberto Ornelas