“Jóvenes en la construcción de paz” es el tema central de las distintas actividades que tendrá el Día de la Comunidad Solidaria 2015, del 10 al 12 de marzo en el campus.
Con la frase que titula este reportaje, el Papa Francisco acentuó su mensaje en la Jornada Mundial de la Paz 2015 celebrada en Roma; a lo largo de su pontificado, el sacerdote jesuita ha dejado varias pistas sobre cómo encontrarla.

PAP

Una de las niñas de Tabachines que participó en el PAP «Transformando realidades desde la cultura»

“El antídoto más efectivo para todo tipo de violencia es la educación, para descubrir y aceptar las diferencias como una riqueza fértil”, dijo en enero en una reunión promovida por el Instituto Pontificio de Estudios Árabes y Musulmanes.

“La fraternidad genera paz social, porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común”, expresó en 2013.

Y al referirse a los jóvenes, el Papa ha reconocido en ellos su principal esperanza por la paz. En una videoconferencia que sostuvo desde la Radio Vaticana con jóvenes del todo el mundo, les dijo: “Sigan adelante en este camino de la comunicación, de tender puentes, buscar la paz, por la educación, el deporte y la cultura”.

“Jóvenes en la construcción de la paz” es precisamente la premisa desde la que se ha construido la edición 2015 del Día de la Comunidad Solidaria, el cual se extenderá los días 10, 11 y 12 de marzo por distintos puntos de la universidad, mediante conferencias, talleres y diversas actividades organizadas por el Centro Universitario Ignaciano (cui.iteso.mx), las cuales puedes consultar en la portada de este Cruce.

¿Cómo pueden específicamente los jóvenes poner los cimientos que se requieren para construir esa paz?
Quizá todavía no lo logren desde un pódium de la Organización de las Naciones Unidas o interponiendo una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos; o quizá sí, pero la paz no se logra solamente en los grandes discursos y las firmas de tratados en esas salas internacionales. También se construye desde el salón de clases, a unos pasos de su colonia o a unos kilómetros de su zona del lugar en que estudian y trabajan. El ITESO tiene varios ejemplos en este sentido.

Hábitat Social
Es una asociación civil formada en 2010 que se dedica a apoyar a niños y jóvenes de colonias marginadas para que se conviertan en lo que ellos quieran ser. La asociación trabaja en distintos puntos de Zapopan, como las colonias Constitución (la famosa “Consti”); Jardines de Nuevo México; Santa Margarita (“Santa Mago”), y Villas del Centinela, así como con jóvenes en centros penitenciarios.

Por medio de partidos de futbol, talleres infantiles, arte urbano, cursos de gastronomía, cineclub y muchas otras manifestaciones artísticas, previenen conductas de riesgo (delictivas, violencia, adicciones), fortalecen las habilidades de estos jóvenes y les dan un espacio abierto al diálogo.

No se trata de “cascaritas”, sino de un elemento cohesionador entre chicos de distintos barrios y pandillas. No es solo pintar grafiti o soltar rimas de rap; se trata de empoderarlos en la construcción de un proyecto de vida y mostrarles que su futuro no está condenado al desempleo o la delincuencia.

Hábitat Social tendrá un papel preponderante en el Día de la Comunidad Solidaria, ya que ellos forman parte de la campaña de solidaridad “Ampli¬fica el talento joven: ¡Súbele!”, cuya meta es recolectar, hasta el 31 de marzo, por lo menos 100 mil pesos, dinero que se destinará al fortalecimiento de sus programas y espacios de expresión artística, la adquisición de libros, pintura y equipo técnico) y editar una publicación que comunique las visiones, historias y sueños de los jóvenes que habitan dichas colonias.

Los PAP ITESO. Un antecedente importante de Hábitat Social fue el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Transformando realidades desde la cultura”, donde sus integrantes se conocieron y sentaron las bases de su trabajo.

Este no es el único PAP que, desde su trinchera y aprovechando las habilidades y conocimientos de alumnos y profesores, trabaja por la paz.
Está el PAP “Haciendo barrio” que con el apoyo de los vecinos –ellos reunieron dinero, se organizaron en un comité y colaboraron en la construcción– logró remozar por completo la calle Santa Rosa de Lima, en el Cerro del Cuatro, y está a punto de estrenar la rehabilitación de “El ojito de agua”, un lote baldío.

Música mixteca. Niños, adolescentes y adultos mixtecos que han emigrado durante años a la colonia Ferrocarril, una de las zonas más pobres de Guadalajara, forman parte de la Escuela de Música Yaandavi, gestionada desde 2009 por el Equipo de Apoyo a Migrantes Indígenas (EAMI), organización jesuita que acompaña a estas comunidades en la capital de Jalisco.

A este proyecto, en el que han colaborado sacerdotes y estudiantes del ITESO, se suman una escuela de danza, grupos de trabajo de mujeres y las mayordomías para la fiesta en honor a Santa Cecilia, que de acuerdo con la misión expresada en su sitio web (eamisj.org), “constituyen grupos de referencia positivos frente a otras opciones de adicciones, violencia y exclusión en la ciudad”.

Música venezolana. Cambiar puños por trompetas o violines es lo que hace el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, fundado en 1979 por el músico, economista y gerente cultural José Antonio Abreu. Este hombre ha sembrado de orquestas a Venezuela: 100 orquestas de iniciación, 150 infantiles, 146 juveniles, 342 coros y 363 grupos de música de cámara, además de miles de alumnos en programas académicos instaurados en cárceles.

Este modelo ha sido un ejemplo multipremiado en el mundo entero, con el arte como derecho social unificador. En el sistema no hay distinción de la cuadra en la que vives ni la riña con la cuadrilla; se trata de tocar.

“En su esencia, la orquesta y el coro son mucho más que estructuras artísticas; son modelos y escuelas de vida social. Porque cantar y tocar juntos significa convivir de manera entrañable, buscar la armónica interdependencia entre voces e instrumentos”, dijo en 2009 el propio Abreu, tras recibir el galardón TED.

No renunciar a la educación. En algunos países, la paz se alcanza también cuando no se deja de asistir a clases. Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz, tenía 11 años cuando comenzó a defender el derecho de niños y niñas a estudiar en Paquistán. Aceptó escribir para la BBC con un seudónimo acerca de la experiencia de vivir en Paquistán tras la llegada de los talibanes al poder y por ello recibió una bala en la cabeza. Tras lograr sobrevivir, Malala continúa promoviendo el acceso a la educación universal a través de su fundación (www.malala.org).

Dialogar con los otros. Retratar los rostros y las historias de las personas comunes y corrientes que han sido violentadas, también es una forma de paz. Brandon Stanton, el fotógrafo detrás del proyecto Humans of New York, pasó auspiciado por la ONU 50 días por calles peligrosas y campos de refugiados.

Fotografió y escuchó a estudiantes de Uganda; a familias refugiados yazidis a los que solo podía preguntarles cosas del presente, porque su pasado había sido destruido por bombardeos y asesinatos; a jóvenes mujeres iraquíes e indias con ganas de criar hijos más abiertos al mundo; a ucranianos con miedo de repetir las atrocidades de la guerra, y hasta a México llegó a finales de septiembre, época en la que retrató a niños paseando en la Roma y paralíticos mendigando cerca del Zócalo.

La paz se consigue desde distintos frentes; es cuestión de encontrar el propio.
Antes de concluir aquella charla cibernética con jóvenes a través de la Radio Vaticana, el papa Francisco les expresó: “No tengan miedo, vayan adelante, tiendan puentes de paz, jueguen en equipo y hagan el futuro mejor, porque acuérdense que el futuro está en las manos de ustedes. Adelante y con valentía. Hagan el futuro”. Foto María Jiménez

Colecta para Hábitat Social

Puedes participar en la colecta del Día de la Comunidad Solidaria donando con los voluntarios que se distribuirán por el campus o depositando en la cuenta ITESO AC, en BBVA Bancomer, convenio CIE 80012, referencia 43398138.