Retrato hablado. Entrevistas con personajes de Guadalajara. Segunda parte, obra de Juan Carlos Núñez, fue presentado en la Feria Internacional del Libro de esta ciudad. 

La acuarela de Guadalajara que pintó Juan Carlos Núñez con las entrevistas de la serie “Retrato hablado”, que semanalmente se publicaron en Público-Milenio del 2004 al 2008, ya tiene un marco por partida doble, desde que el domingo 1 de diciembre se presentó en el marco de la FIL Retrato hablado. Entrevistas con personajes de Guadalajara. Segunda parte.

Las 102 entrevistas que «dolorosamente» para el autor se quedaron fuera de la primera edición, ahora completan ese cuadro de la diversidad de la ciudad que Juan Carlos descubrió a través de personajes como «el mago Bellini, que en la década de los 70 era al único ilusionista que se podía contratar en Guadalajara para las fiestas infantiles o Rockster, un roquero que canta en el tianguis de Santa Tere y que es ingeniero agrónomo».

El hilo conductor de la serie es la diversidad y la pluralidad de Guadalajara.  “La idea era cada sábado mostrar un personaje distinto y tratar de sorprender al lector con el contraste entre los propios personajes”, comenta el académico del ITESO y actual jefe de la Dirección de Integración Comunitaria.

Enfocado en la forma de ser y de pensar, Juan Carlos les planteó una serie de preguntas cortas y juguetonas, con las que varios de sus entrevistados le dieron respuestas muy profundas sobre la vida.  “Entre los personajes está una vendedora de flores del panteón de Mezquitán que desde niña vende flores y da unas respuestas muy sabrosas y muy profundas sobre las flores”.

¿Qué descubriste de Guadalajara en estas entrevistas?

“Que es una ciudad muy rica donde puedes encontrar todo, expertos en filosofía, botánica, magos. Hay una diversidad muy grande que a veces no reconocemos”.

Desde el primer libro, Núñez encontró que San Juan de Dios y el 22 de Abril son los ejes transversales que aparecen en varios testimonios de los entrevistados. “El peluquero comenzó a cortar el pelo ahí [San Juan de Dios], los artesanos de Tlaquepaque y Tonalá venían con sus abuelos con burros cargados con losa de barro para entregar a San Juan de Dios. Hay un personaje muy simpático que se llama Benito Juárez que trabaja en el Registro Civil que mueve todo el archivo del registro y es del barrio de San Juan de Dios. Va apareciendo una y otra vez”.

“El otro (eje) es toda la discusión de los artistas sobre si se puede o no hacer una carrera en Guadalajara, que es tema recurrente entre los artistas”.

¿Qué descubriste de la vida con estas entrevistas?

“Eso fue lo que más me marcó. La posibilidad no nada más del contraste de historias sino del contraste de la propia vida humana y de las condiciones que nos toca vivir a cada uno por circunstancias tan extrañas del destino. Desde la pasión de la gente por su trabajo y la generosidad.

“En el primer tomo aparece una chica que trabaja en un table dance con una historia terrible: quiere dejar de prostituirse, no puede, tiene tres niñas, es el trabajo donde mejor le va económicamente”. En la charla posterior a la entrevista ella le preguntó cómo conocía a la persona que fue el contacto para localizarla “le digo que es porque es uno de los enfermeros que nos está ayudando a cuidar a mi papá que está muy enfermo, entonces me dice ‘mi mamá se sabe un remedio muy bueno para esas enfermedades le voy a decir que haga una para tu papá’, con una total generosidad. Ella no tenía nada que ganar con la entrevista” y aun así dos días después entregó la una botella de refresco con un líquido verde.

Para esta segunda entrega, Juan Carlos escribió un capítulo sobre la ética en el arte de entrevistar. El libro es una coedición del ITESO, la Editorial Universitaria de la Universidad de Guadalajara y Grupo Milenio. Foto Roberto Ornelas