Mientras que algunos tienen agua en abundancia, para muchos más es escasa. Hay injusticia hídrica social. Profesores del ITESO plantean algunas soluciones que mitigarían las inundaciones y mejorarían la distribución.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en México, el 82% de las viviendas posee un tinaco para almacenar agua, aunque los sistemas municipales deben proveer del vital líquido los 365 días del año, las 24 horas. El Banco Mundial destacó en 2013 que cada año, los habitantes de la Ciudad de México desembolsan 10 mil 781 millones de pesos no susceptibles a reembolso por falta de servicio, y esto afecta a colonias de escasos recursos por los recortes que sufren.

El Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) también sufre inequidad de distribución. Al menos 1.5 millones de personas tienen problema de abastecimiento de agua potable y, la mayoría de escasos recursos, deben pagar por el agua potable en pipas o garrafones (datos de la Cámara Nacional de Vivienda en Jalisco).

Esto se contrapone con el gasto que tiene registrada la Comisión Estatal del Agua de Jalisco, donde reportan que en el AMG una persona consume hasta 250 litros de agua al día (y en algunos casos alcanzan hasta los 700 litros), en contraposición a los 100 litros que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

En el problema del desabasto, “hay que poner el foco en la injusticia hídrica social. ¿Cómo te explicas que hay colonias ricas que tienen abundancia de agua, y colonias muy pobres que tandean hasta tres veces por semana? El desabasto tiene que ver con decisiones de distribución y de gestión”. Esto lo afirma Mario López, profesor del Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) y miembro del Grupo del Agua del ITESO.

Solucionar el abastecimiento del AMG se limita a las represas, afirma el profesor, que tienen ciclos de vida limitados (la presa El Zapotillo tiene previsto el abastecimiento de los próximos 25 años) y la ausencia de políticas públicas concretas, por ejemplo, para la captación de agua de lluvia, o una política de recarga de los mantos freáticos lo dificultan.

La investigación del ITESO alrededor del agua visibiliza esta injusticia, en los impactos sociales y ambientales de obras hidráulicas o en el crecimiento urbano y también en el reconocimiento de territorio para ubicar dónde están los espacios vitales para el agua.

El Grupo del Agua del ITESO se ha vinculado con asociaciones como Salvemos Temaca o Un Salto de Vida, y mantiene una relación estrecha con la red de investigación e intervención internacional Waterlat. Además, profesorado del ITESO pertenece al Consejo Académico del Agua de Jalisco.

Para la quinta edición del Foro del Agua, “Sustentabilidad para la vida”, dos profesores del ITESO compartirán sus investigaciones y propuestas. Esta se llevará a cabo el 23 de marzo en la Universidad Panamericana.

Soluciones que imitan a la naturaleza

Guadalajara, además de una alteración drástica de su territorio, es compleja en su geografía y, tiene lluvias intensas en tiempos relativamente cortos que generan inundaciones y carece de infraestructura de captación, más allá de los colectores tradicionales.

Los cauces de los ríos no solo fueron entubados. También fueron sepultados por urbanizaciones, convirtiendo las calles en los colectores improvisados de agua. Académicos y profesores de instituciones educativas como el ITESO y la Universidad de Guadalajara han propuesto la incorporación de esquemas de manejo del escurrimiento basados en los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS).

Estos consisten en la construcción de diversos sistemas que imitan el comportamiento natural de los escurrimientos pluviales para integrarlos en los espacios urbanos.

Los SUDS fueron la base de la investigación desarrollada por Alfredo Urías, egresado de la Maestría en Proyectos y Edificación Sustentables, con la dirección y asesoría de Francisco Álvarez Partida, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), titulado “Hidrología urbana con criterios de sustentabilidad”, en el cual realizaron una comparativa técnica y económica entre un proyecto de drenaje y regulación pluvial convencional contra el de aquel que utiliza drenajes sostenibles.

Francisco Álvarez presentará en el Foro del Agua los resultados de esta investigación, en la que se realizó el cálculo de cómo un terreno de 7.5 hectáreas podría aprovechar el recurso hídrico natural a través de sistemas de biorretención, una cuneta verde y un sistema de detención. Esto, en comparación con el método tradicional de bocas de tormenta y tuberías PVC con pozos de visita.

“El ahorro en costos es muy significativo, lo que puede interesar a los desarrolladores y proyectistas, además le da un carácter sustentable a esta alternativa de manejo de las aguas pluviales por ser técnicas que imitan a la naturaleza”, concluyeron ambos en su informe de la investigación.

Prevenir el desastre

Guadalajara es, desde 2016, una de las 100 Ciudades Resilientes de la Fundación Rockefeller, la cual se dedica a apoyar a estas urbes a los retos que pueden experimentar, sea por causas de la naturaleza—inundaciones, terremotos— o sociales y económicas — desempleo o inequidad.

En los resultados preliminares, el servicio de agua ante la sequía fue una de las áreas vulnerables para atender. Paralelamente, la Conagua ya había elaborado en 2013 un Programa Nacional contra la Sequía, el cual, narra Rodrigo Flores, profesor del Departamento de Economía, Administración y Mercadología, aún falta por implementarse.

“La Ciudad de México está reaccionando tarde a su falta de agua y nosotros somos la ciudad que sigue en tamaño. Aprendamos de sus errores. No creo que este año nos veamos en la Guerra Civil del agua, pero debemos prever y tomar medidas ahora”.

Para anticiparse a los desastres, el miembro del Consejo Académico del Agua de Jalisco tiene más de un año trabajando en el proyecto de investigación “El Área Metropolitana de Guadalajara y su resiliencia hídrica”.

A través de este estudio, él quiere reunir todos los elementos que afectan la mala distribución del agua, para que su trabajo ayude a plantear políticas públicas más adecuadas en el AMG, y presentará sus avances en el Foro del Agua para recibir retroalimentación de la comunidad experta que asista.

Por medio de la metodología de la organización internacional Resilience Alliance y una serie de servicios públicos del equipo de investigación inglés Transitions to the Urban Water Services of Tomorrow (Trust), el profesor realiza un diagnóstico del sistema socio-ecológico del abasto de agua para el AMG, aspectos de gobernanza, aspectos técnicos y mecanismos financieros.

“Un área metropolitana como Guadalajara, y que está más allá de los límites de su abasto —sobre todo por las aguas subterráneas sobreexplotadas—, debe actuar rápido, antes de que los efectos del cambio climático sean más manifiestos”, afirma el miembro de la Red de Investigadores sobre el Agua del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

En las políticas públicas se carece de un plan para solucionar el abastecimiento de agua que vaya más allá de la construcción de represas.