Probablemente más de una vez al caminar o al conducir, tu atención se ha ido hacia alguna de las soluciones impresas que ofrece la empresa Moti, ya sea en las paredes de los centros comerciales, en los escaparates de tiendas y en sus interiores, en las fachadas de edificios, en un espectacular, en el techo y en cualquier superficie que el cliente se pueda imaginar.

“El valor de Moti no radica solamente en la impresión como tal, sino en la conjunción de herramientas y tecnología para crear piezas de comunicación visual”, expresa Alberto García de Quevedo, fundador y director comercial. Starbucks, Nike, Domino’s Pizza, Guess, Converse, Nextel, Nine West, André Badi, Levi’s, Tutto Pelle y Mac Cosmetics son algunas de las marcas que han confiado en las soluciones digitales de Moti.

Esta empresa, con nueve años en el mercado y consolidada a escala nacional como una de las mejores en impresiones en gran formato, le mereció a este egresado de Ingeniería Electrónica del ITESO el Premio Adolf Horn, que reconoce al empresario joven del año. El galardón es entregado anualmente por el Consejo Coordinador de Empresarios Jóvenes de Jalisco (CCEJJ).

 

En palabras de García de Quevedo, Moti recibió esta distinción al ser un proyecto emprendedor por completo, que “arrancó de ceros”, y que actualmente genera 150 empleos formales por su gama de servicios de impresión, la innovación y el uso de equipo de tecnología avanzada (de origen americano, israelí, alemán y japonés).

El slogan de Moti, “imprimimos todo lo que te imaginas”, no se queda en una frase publicitaria, pues la empresa escucha las ideas de los clientes y las lleva a cabo, comenta García de Quevedo.

“Si me dicen un acrílico, en una madera y con un fierro, así lo imprimimos, así lo ensamblamos. No tenemos límites”, asegura.

“Parte de la clave como empresario está en aprender a ver lo que nadie más ve. Vas a un centro comercial, ves los escaparates pero no te preguntas quién los hizo, lo que ves es la ropa que quisieras comprarte, ahí está Moti”, añadió el joven empresario.

Antes de estudiar la universidad, a los 17 años vendía seguros y afores, lo que le permitió tener ingresos para pagar el monto restante de la beca y financiamiento con los que contaba para cursar la universidad.

Cuando terminó sus estudios en el ITESO viajó a Londres, donde estuvo durante un año para perfeccionar su dominio del idioma inglés. Luego regresó a México y trabajó en IBM; más tarde se integró a Kodak como ingeniero de servicio, ahí arreglaba máquinas, las instalaba y ponía en marcha en diferentes puntos del país.

“La ingeniería me ayuda a pensar muy rápido a solucionar problemas de todo tipo. Creo que mi mayor virtud es la flexibilidad para adaptarme a cualquier situación rápidamente”, destacó García de Quevedo.

Sus primeros clientes fueron fotógrafos profesionales tapatíos y más tarde de otros puntos del país, quienes buscaban que sus imágenes se imprimieran sin distorsión de colores, nitidez y tamaño. “Así como se ven tus fotografías en la computadora, así se verán impresas”, les decía. Ese nicho que le dio vida a la empresa ahora representa 10% de su mercado.

Fue la calidad de sus impresiones lo que provocó que ya no sólo artistas de la imagen contrataran sus servicios, sino también empresas publicitarias y de otros giros comerciales. Al ver el potencial que podría tener la empresa, a través de financiamientos de Sofom (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple) adquirió maquinaria para ofrecer impresiones en una variedad más amplia de superficies y materiales, como acrílico, madera, tela, fierro, látex y lámina, que le permitieran hacer piezas más creativas y elaboradas.

Cuando trabajó en compañías transnacionales imaginó llegar a ser el director de las mismas algún día, pero sus ganas de emprender y llevar el liderazgo provocaron que decidiera arriesgarse y comenzar con su propia empresa. “Moti empezó cuando tenía 25 años, cuando estás joven y nada te da miedo”.

Alberto invita a los jóvenes ingenieros y de todas las carreras a que emprendan, a que piensen en proyectos nuevos con los cuales puedan hacer negocio y concretarlos en su propio empleo para después generar otros. Uno de los aspectos por los que considera que mereció el reconocimiento es que Moti es una empresa socialmente responsable, que apuesta por el bienestar de sus trabajadores en aspectos emocionales y de salud.

En su empresa ha implementado el Sistema Eficaz de la Actitud, un programa que se enfoca en la vida integral de todos los trabajadores sin importar el puesto que desempeñen, para mejorar los resultados de una organización.

“La formación humanista hace que la gente te siga cuando ven que tú ves por los demás”, expresa García de Quevedo, y es que, comenta, desde temprana edad su educación fue de la mano con la formación jesuita en el Instituto de Ciencias, donde estudió desde el preescolar hasta la preparatoria.

En su experiencia, si desde la universidad los estudiantes despiertan un interés por realizar proyectos y llevarlos a cabo, es más fácil que puedan solucionar su futuro laboral, pero también cree importante ganar experiencia en empresas ya establecidas para después independizarse. Sin embargo, opina, no hay recetas secretas y únicas para el éxito.

Además de sus instalaciones en Guadalajara, Moti cuenta con oficinas de ventas en Ciudad de México, Mérida y Monterrey. Para más información, puede visitar su sitio web (www.motidigital.com). Texto Fabián Ramírez Foto Luis Ponciano