Después de cuatro años como titular de la Coordinación de Investigación y Posgrado, Catalina Morfín está lista para su nueva encomienda en el ITESO: a partir de esta semana, llevará la batuta de la Dirección General Académica de la Universidad.

 

Cuando Catalina Morfin egresó de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación a principios de los años 80, se hizo una promesa: no trabajar en el ITESO. ¿La razón? En ese entonces Luis Morfín, SJ, era el Rector de la Universidad y la recién egresada no quería trabajar en el mismo lugar que su hermano.

Sin embargo, hay promesas que son imposibles de cumplir: al final no solo entró a trabajar a la universidad, sino que ha construido toda una historia que está por comenzar un nuevo capítulo: esta semana Catalina Morfín tomará posesión oficial como titular de la Dirección General Académica del ITESO, en sustitución de Gisel Hernández.

La nueva encomienda que recibe es algo que, asegura Catalina, la llena de ilusión, “casi tanto como cuando entré a la carrera en 1979”.

Luego de terminar sus estudios universitarios, cuando todavía mantenía su propósito de no laborar en el ITESO, trabajó haciendo radio y dando clases en la Univa. Fue entonces cuando, recuerda, recibió la invitación para cubrir una licencia por seis meses en la entonces Coordinación de Servicio Social. Era 1985 y aceptó la invitación aunque, reconoce, “no tenía expectativa de quedarme”.

Los buenos resultados que tuvo en ese semestre, sumados a una coyuntura personal —“murió mi madre y entonces necesité el trabajo más en forma”—, fueron razón suficiente para quedarse en el ITESO, donde echó a andar un nuevo proyecto: la creación de la Oficina de Promoción.

“Pasé cinco años viajando por el país para hablar del ITESO”.

A principios de los 90 hizo una pausa en su trayectoria dentro la institución. Fue la época en que recibió la invitación para sumarse al equipo fundador del ya extinto diario Siglo 21. Tras su paso por el periódico, regresó para sumarse a la Dirección de Publicaciones, después a la Dirección de Integración Comunitaria y posteriormente pasó a la Dirección General Académica.
Los últimos cuatro años se desempeñó como titular de la Coordinación de Investigación y Posgrado, donde tuvo la encomienda de reestructurar los posgrados e impulsar la investigación.

Como parte de esa reestructura, actualmente el ITESO ofrece 24 posgrados —“abrí nueve nuevos y fue necesario cerrar tres”, detalla Morfín—. A la par de todo esto, las aulas volvieron a ser parte central de su vida. Catalina realizó la Maestría en Investigación de las Ciencias de la Educación en la UdeG y el Doctorado en Ciencias Sociales por el CIESAS DE Occidente, además de una Maestría en Desarrollo Humano.

Sobre el cargo que está por asumir, señala que durante su paso por la Coordinación de Investigación y Posgrado pudo ver que los alumnos llegaban a esta instancia con propuestas concretas para resolver problemas concretos.

“A nivel licenciatura falta que los alumnos atiendan sus preguntas básicas para detonar procesos de formación. Hay que centrar la experiencia de formación a partir de sus inquietudes, ideas y propuestas de manera que la universidad los ayude a crecer, no los limite. Hay que vincular esas inquietudes con las problemáticas sociales y hay que rediseñar los programas desde, por y para la sociedad”.

Por otra parte, también señala que hay que llevar a la práctica los diversos convenios que ha venido firmando el ITESO con diferentes empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para que no se queden en letra muerta.

“Hay que involucrar a los académicos, que son los que tienen el contacto con los proyectos y con los alumnos; solo así serán productivos los convenios”.

Catalina señala que es importante que el ITESO defina con claridad las áreas en las que quiere estar y los agentes con los que quiere relacionarse, esto con el objetivo de que ambas partes estén en sintonía con los temas que le interesan a la institución, a saber: la equidad y la inclusión social; la justicia; el bienestar económico; la sustentabilidad y la gobernabilidad democrática.

“Es importante definir hacia dónde queremos llevar los proyectos”.

¿Cuántos alumnos puede (y debe) recibir el ITESO?

Otro tema que, a decir de Morfín, debe ser motivo de reflexión es el de la cantidad de alumnos que puede recibir la Universidad Jesuita de Guadalajara.

“Necesitamos un criterio más preciso del tamaño que queremos y, con base en ello, optimizar la propuesta educativa y afinar los criterios académicos. Hay que conservar la identidad sin perder la exigencia, avanzar en las nuevas formas de acceso al conocimiento. En la universidad siempre ha habido ímpetus innovadores”, dice.

Sobre si concibe una escuela más humanista o más tecnológica, señala que ambos perfiles son complementarios dentro de la propuesta itesiana.

“El humanismo no puede prescindir de la tecnología y, bien entendido, el avance tecnológico debe estar al servicio de las personas. El mismo Ignacio de Loyola fue científico y sabía que no bastaba solo con generar conocimiento, sino que había que poner la ciencia para satisfacer a la humanidad. El ITESO es fuerte en ingenierías y en ciencias sociales y creo que la clave está en crear más espacios interdisciplinarios”.

Y también es necesario, afirma, “una actividad docente que fomente la ciudadanía, la formación social y el análisis de la realidad”.

Antes de Catalina Morfín, las riendas de la Dirección General Académica fueron llevadas por Gisel Hernández, quien fue la primera mujer en ocupar dicho cargo. Morfín será la segunda. Esto, afirma, es una muestra de que cada vez más “existe la conciencia, en general, de que las mujeres pueden asumir las mismas responsabilidades que los hombres. Cada vez se reconoce más a la mujer como alguien capaz y más empoderada, y hay que seguir aprendiendo a convivir de maneras distintas”.

Morfín señala que hoy en día el ITESO está consolidado en cuanto a sus competencias, a la infraestructura y a sus recursos. Por eso, añade, el siguiente paso será “dar un salto cualitativo en la capacidad de incidencia social, tanto en la región como en el país”.

Para ella resulta evidente que la universidad es un agente importante en muchos temas de primera importancia para la ciudad y la región, ya que muchas instancias de la vida pública “consultan al ITESO para la toma de decisiones por su capacidad y su imparcialidad pero, sobre todo, por su búsqueda del bien común, más que el interés particular”.

Así, añade que otro de sus objetivos desde la Dirección General Académica será conservar los rasgos identitarios de los itesianos.

¿Y cuáles son esos rasgos? “Saber colaborar, trabajar con otros para producir, hacer redes. El itesiano también está dispuesto a reflexionar sobre cómo aprendemos para innovar en las prácticas. Otro rasgo es que está atento a la realidad y tiene el ímpetu para incidir en ella. Estos rasgos están presentes desde el origen de la universidad, solo hay que adecuarlos a los tiempos”. Foto Luis Ponciano