En su tercer número, la publicación Clavigero. Comunidades de saberes se enfoca en el cuidado ambiental con base en la encíclica Laudato Si’, del Papa Francisco.

La mala noticia es que al ritmo que le estamos dando, la Tierra no da más; por lo menos no sin consecuencias para todos. La buena: para que esto se detenga distintas ciudades, barrios y comunidades de México y Jalisco están dando batallas cotidianas, desde situaciones empíricas y conocimientos académicos.

Ambas noticias son el tema del tercer número de Clavigero. Comunidades de saberes, titulado “El cuidado de la casa común”. La publicación trimestral es editada por los departamentos de Psicología, Educación y Salud, y de Estudios Socioculturales, el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS), y la Oficina de Publicaciones del ITESO.

El pretexto e hilo conductor de la publicación, que se presentó el miércoles 26 de abril, es la encíclica Laudato Si’, promulgada por el Papa Francisco en junio de 2015.

Las encíclicas son documentos que el Papa envía, para que los cumplan, a los obispos y fieles de todo el mundo. En esta ocasión se trata del primer paso oficial, en 2 mil años, de un diálogo de entre la Iglesia y la ciencia, basado en los conocimientos y filosofía del científico francés Pierre Teilhard de Chardin, SJ, así como de dos brasileños: el teólogo de la liberación Leonardo Boff y el educador popular Paulo Freire, comentó Jaime Morales, profesor e investigador del CIFS.

En este caso, se trata de una cuestión urgente, pues de no hacernos cargo del don recibido y el compromiso para devolverlo, entonces no podemos imaginar un futuro fácil, a decir del profesor.

La publicación contiene un mapa de la cantidad de conflictos ambientales en cada nación en América Latina, que han sido registrados por el proyecto Environmental Justice Organizations, Liabilities and Trade. La organización indica que los problemas se dispararon a partir de 1980, y los países con mayores situaciones de pugna son Colombia, Brasil, Perú y México, en ese orden.

Clavigero 3 también consigna la esperanza. Relata, por ejemplo, la experiencia de la Red Cajititlán por un Lago Limpio, en la cual la mayoría son mujeres; y el trabajo de Yomol A’tel, un colectivo de cooperativas de Chiapas que produce el café de Calpetic con apoyo de integrantes de la Compañía de Jesús.

María de Jesús González y Óscar Rodríguez, SJ, integrantes del primer y el segundo grupo, presentaron la publicación. María de Jesús recordó que en los últimos 50 años el lago de Cajititlán, a media hora de Guadalajara, pasó de ser un ecosistema saludable a un sitio que ya no funciona ni como proveedor de alimentos y servicios ambientales, ni como espacio recreativo.

“La encíclica nos cayó como anillo al dedo porque estábamos queriendo hacer algo por el medio ambiente; locuras nuestras. El Papa nos vino a decir: adelante. Nos pusimos a estudiar el documento hoja por hoja y a compartir con el pueblo cada uno de los capítulos. ¿Cómo va a querer Dios que se acabe este lago?”.

Óscar Rodríguez, SJ consideró que la Laudato Si’ no nació de la inspiración divina, sino de la urgencia: es un documento que ha puesto a la Iglesia en la vanguardia de los temas de relevancia social. Ahora falta ponerse en acción desde el lugar en el que cada quién se encuentre.

Durante la presentación, Carlos Ortiz Tirado, director del CIFS, señaló que la encíclica, y con ella Clavigero 3, pretende transformar en “conciencia dolorosa” lo que ocurre en el mundo: que las cosas “no solo suceden. Son resultado de las decisiones y acciones que emprendemos. El medio ambiente está deteriorado porque nosotros lo deterioramos”. Añadió que no es suficiente tener información, sino transformarla en un dolor personal que nos invite al cuidado de nuestra casa común y, antes, a un diálogo lleno de esperanza.